Revista EL COLECTIVO

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martes, 21 de diciembre de 2010

ESPACIOS DE LIBERTAD

PRIMER ENCUENTRO DE LA FLIA EN SANTA FE
Por Osvaldo Quintana


La imagen que ilustra el afiche convocando a la primera FLIA santafesina, diseñado por Gonzalo Geller, es harto elocuente: un personaje con alas de libro volando libre por sobre la ciudad. De eso se trata la FLIA, de un espacio de arte en libertad. De un sitio que no tiene dueño porque lo hacen todos. Desde su página en Internet ellos mismos se definen como “un colectivo de artistas y escritorxs de todos los caminos que se reúnen para crear un espacio cultural y alternativo abierto para todxs”. La sigla significa Feria del Libro Independiente y Alternativa, Autogestiva y Amiga, se lleva a cabo varias veces por año (ya van por la número 15 en Capital) y ahora busca expandirse por distintos puntos del país. En Noviembre pasado se realizó el primer encuentro en suelo santafesino. La feria incluye muestra de producciones independientes, libros, fanzines, presentación de libros, talleres, relatos de experiencias, música en vivo, poesía, documentales y demás espectáculos; todos organizados y financiados por los mismos artistas “sin sponsors, partidos, ni marcas”.

Es domingo, último día de la primera FLIA santafesina. El sol y el viento pegan fuerte y a eso de las cuatro de la tarde no pasa demasiado.
Los puestos, que las dos anteriores jornadas bordeaban la entrada del Centro Cultural El Birri, (un espacio independiente recuperado por un colectivo de trabajadores de la cultura organizado de modo autogestivo), se hallan dentro, desperdigados, a medio hacer. Desfilan rostros cansados, un poco por el trajín de días y más por la “alta peña” desarrollada la noche anterior que se extendió hasta varias horas de la madrugada.
El viento, que pudo con los más arriesgados, da vueltas y vueltas, metiéndose por mil recovecos, a igual que el colectivo 14 que nos depositó en la Ex Estación Mitre luego de casi media hora de recorrido. Con el correr de las horas, la cosa afloja y algunos se animan a armar sus puestos en la vereda.
En la primera FLIA santafesina nos encontramos puesteros de Córdoba, Buenos Aires, Rosario, Entre Ríos y Santa Fe. Flota en el aire un sentimiento de hermandad entre personas que nunca se han visto antes. No hay reproches ni reclamos. Se disimulan errores, no hay problemas de cartel, predomina el intercambio y el respeto por el otro.

La FLIA nació en Buenos Aires, como respuesta a la Feria del Libro Oficial, una especie de Shopping del libro con entrada paga y manejada por las grandes editoriales.
Pronto, los pioneros optaron por no quedarse en la protesta sino pasar a la acción, buscando generar nuevos espacios para los artistas independientes. Así fueron dándole forma a lo que hoy es la feria, convocada solamente por el boca a boca y un listado de correos electrónicos.
En los encuentros cada uno tiene su lugar y puede expresarse: nadie queda fuera. Todos cooperan, todos son importantes y necesarios.
Sin dueños de la cosa, la FLIA “se hace a mano y sin permiso”.


Hay un micrófono abierto para quien quiera expresarse, diciendo, leyendo poemas propios o ajenos. Todos socializan sus conocimientos. Se cuentan sus experiencias, logros y fracasos. Se comparten mesas, sillas, mate, cerveza y otras infusiones. Todos en un clima de respeto y alegría.
Mientras, van pasando espectáculos infantiles, circo, presentación de libros y un taller de encuadernado donde se entremezclan sin dramas, grandes y chicos.
La FLIA invade el interior, se ha transformado en una caravana ruidosa de artistas populares por fuera del sistema que, a igual que ellos, los ignora y desprecia. El arte al alcance de todos, sin intermediarios y sin costo de entrada.
“Esta guita te va a volver porque en un rato paso por tu puesto y te compro una revista”, nos dice Santos, uno de los personajes de la FLIA cuando adquirimos una lámina en su stand repleto de títulos de los más variados lugares.
Santos es porteño y se pasea constantemente por todo el predio, dialogando y pasando data, siempre con una botella de cerveza en la mano. Dice que el próximo encuentro ERICA (Encuentro de Revistas Independientes y Publicaciones Alternativas) en Misiones va a explotar y que no nos lo podemos perder. Al lado nuestro, unos estudiantes de filosofía de Santa Fe convidan torta y tereré mientras reparten en forma gratuita su revista de “filosofía y demás yerbas” (POLEMOS). Muy cerca, compañeros de Rosario comentan aciertos y desaciertos de los encuentros de FLIA organizados el mes pasado en una plaza pública y el Centro Cultural recuperado llamado La Toma.



Jorge Jacobi, de El Birri, uno de los mentores del evento, cuenta que todo se inició en un encuentro de arte en San Marcos Sierras, Córdoba. “Hubo una feria de la FLIA y los compañeros vinieron entusiasmados con la idea de hacerla acá. Entonces le dimos para adelante.Lo primero que hicimos fue comunicarnos con las pequeñas editoriales santafesinas que trabajan de otra manera, para que los propios autores gestionen este trabajo. Por ahí, es gente que está haciendo el mismo trabajo, tiene problemáticas similares pero no se conocen entre sí”.
Jorge hace música, y dice tener un fuerte sentido de pertenencia con la historia del Centro Cultural. Toca en la cuerda de tambores "Cambá Nambí”, la comparsa de candombe conformada en el 2008 a partir de un taller dictado en el Centro Cultural.
El músico define a la FLIA como un momento de encuentro, de aprendizaje, de puesta en valor, de difusión. Dice que la experiencia de organizar la primera feria fue muy buena, “se compartieron experiencias, se conocieron diversos trabajos, escritores, inclusive de Santa Fe. Fue un disparador para encontrarnos todos los que estamos haciendo cosas. La idea es pasarles la posta a los principales protagonistas para que se pongan el proyecto al hombro.




Varias familias del barrio cruzan a mirar de qué se trata. Los chicos se copan con formas y colores. Algunos toman un ejemplar, se sientan en el suelo y se sumergen en ese mundo mágico que ellos conocen bien y muchos olvidamos. Así continúan leyendo, entre los puestos, indiferentes a la gente que pasa. Son los mismos pibes que, para tiempo de carnaval, se apropiarán del Birri y la ex estación Mitre, cuando La Birrilata, la comparsa de carnaval de San Lorenzo, inunde el barrio, con los chicos ensayando por las calles y las madres, hermanos y conocidos junto a los artistas del Birri se entremezclen pintando los carteles. “En la última comparsa hubo 300 chicos”, cuenta con orgullo indisimulado Jorge.
Pronto el tiempo pasa, va cayendo el domingo y hay que volver. Dentro del Birri hay clima de despedida y celebración. Se sabe, habrá nuevos lugares para el reencuentro. Afuera, el viento continúa soplando fuerte. El cartel de actividades con la imagen del hombre con alas de libro, resiste. De repente una ráfaga lo arranca de cuajo. En un breve instante el afiche vuela por los aires perdiéndose por las calles desiertas del barrio San Lorenzo.


VOCES DE FERIA
Santos – FLIA – (Buenos Aires) Yo soy de La Boca. Lo que nos interesa actualmente es la periferia de la Capital que se está copando. También hay una historia con las provincias que es alucinante y que seguirá creciendo.
Nosotros hacemos como que vendemos libros pero, en realidad, vendemos pastillas para los nervios. Hay gente a la que todavía le gusta leer y dentro de esas lecturas encuentra algo que no estaba buscando pero ayuda. Vendemos pastillas para dormir. En cada uno de los libros hay una diseminada, en polvo. Yo vivía en la calle, y en algún momento me di cuenta que lo único que podía hacer era tirarle poesía a la gente y que me diera plata. Dio resultado. Las poesías salían dos pesos, vendí muchísimas, ahorre y los de Milena Cacerola me propusieron hacer un libro. Hasta hoy, tengo siete libros editados, todos en forma independiente.


Nazareno - fanzine Estilo Libre (Paraná) Nuestro objetivo es difundir la cultura Hip Hop desde lo artístico, en su totalidad. Sacamos el fanzine que se solventa con la venta. Nuestro nombre es la Muta Madre Producciones. Producimos eventos, tenemos un programa de radio y un grupo de rap “Entre Haches” junto a mi compañero Ezequiel. En la Muta también nos ayuda Gastón. Nos enteramos hace una semana que se hacía la Flia, apuramos el segundo número especialmente para el evento, y aquí estamos.

German – Editorial Ultimo Recurso – (Rosario) – Somos una organización autonomista y horizontal. Participamos en el 2001 junto a otras organizaciones con todo lo que fue el movimiento autonomista que por esa época se empezó a encender. Tenemos una concepción de la política como prefigurativa. Es la que no espera que la revolución venga para proponer y hacer cosas que uno piensa, van a aplicarse en la futura sociedad. No esperamos el futuro, empezamos a militar en esas prácticas. El objetivo de la publicación de materiales es promover e impulsar hacia ese lugar. Por ejemplo, hay un libro llamado La política en Acción, que es un relato desde los trabajadores de lo que fueron tres años de conflicto con una empresa que terminó con el despido de 60 personas y la conformación de una cooperativa , donde todos terminaron confluyendo y saliendo adelante. Es demostrar cómo, organizándose de manera asamblearia y horizontal, se puede triunfar en lo que es hacerse cargo de su propia vida, juntarse para sacar adelante un proyecto.

Gastón - Fanzine Big Bang – (Santa Fe) Tenemos un fanzine de historietas y humor grafico que sacamos desde el 2008.Buscamos crear un espacio donde puedan mostrarse guionistas, dibujantes, escritores e ilustradores. La idea es ver la realidad de manera humorística. Nuestro slogan es “la revista que sale cuando tiene ganas”. Todos a quienes les interese el tema de la historieta y el humor tienen las puertas abiertas para publicar. Se distribuye en la librería La Torre de Babel, al lado de la Escuela de Bellas Artes. El dueño nos hace el aguante y nos da todo el producto de la venta. También la ofrecemos mano en mano o en eventos como estos. Hacen la revista; Gonzalo Geller, Sebastián Mercau, Marcelo Froia, Leandro Godoy, Camilo Acríbale, Pablo Cainero, Leonel Salcedo, José Ramírez, Marco Pinta, Diego Lujan y Gastón Zuñiga.

Ximena - Librería Lo de Luca Libros – (Santa Fe) La librería vio la luz hace unos días, con la presentación del último libro de Stella Calloni. Es un sitio chico pero acogedor. Estamos trabajando en temas de historias y política, casi todo nacional y popular. Pensamos que hay que generar nuevas estrategias de venta, como ésta, salir a disputar en espacios donde se venden libros, porque en las librerías, generalmente, entras y te ofrecen lo que las editoriales comerciales proponen con sus medios establecidos de propaganda. La difusión tiene que ser de boca en boca y con el uso de las nuevas tecnologías de la comunicación. Hay que recuperar estos espacios, porque la gente responde.
La hacen: Claudio Cherep, Raúl Bisso, Paula García y Ximena Pro.


ALGUNAS DIRECCIONES
Centro Cultural El Birri: elbirri@gmail.com
La Gota Microediciones: lagotaediciones@yahoo.com.ar
Editorial Último Recurso: Editorialultimorecurso@yahoo.com.ar
Revista Polemos : contacto@revistapolemos.com.ar
Revista Big Bang: revistabigbang@hotmail.com
Revista Estilo Libre: estilolibrefanzine@hotmail.com
Lo de Luka Libros: lodeluka_libros@yahoo.com.ar

lunes, 20 de diciembre de 2010

¡¡EL COLECTIVO 31 YA ESTÁ EN EL HORNO!!


La revista está en imprenta aún, pronto en todos los kioscos y librerias. Mientras tanto te adelantamos los títulos. Espero te guste este número.

Experiencias que fomentan la lectura :
MÁS ALLÁ DE LAS PALABRAS

- Primer Foro de Promotores de Lectura
- Libros Libres
- Biblioteca a Cielo Abierto
- Cuenta Cuentos, un libro hecho por chicos.
- Feria del Libro Independiente en Santa Fe.
- El cuento de la infancia Por CLAUDIA RAFAEL

- La soja, la salud y la guita POR JULIO MAJUL

- Por otro Sistema de Producción Agroalimentario, Humano y Sustentable - POR DAIANA PEREZ GOMIERO

“El país subsidia lo que en diez años será un desierto tóxico" ENTREVISTA A Carlos González (Asociación Ecologista Inti-Chuteh -San JUAN)POR MARCELO MANGIANTE.

- El crimen de la pobreza POR VICENTE ZITO LEMA
- Entrevista: MURGA LA MALPARIDA POR FERNANDA PUGLISI

- Arthur por MAXI.

- Entrevista a Jorge Claudio Morhain, historietista: “EL ETERNAUTA FUE UNA PREMONICIÓN EXTRAORDINARIA" Por LEO RAMONE

- Nueva editorial: Ese es otro que bien baila. POR FER PUGLISI.

- Semiótica de una Lluvia Por PAZ GALLO

DOSSIER POESÍA: MARTIN CARLOMAGNO, FRANCISCO CHIROLEU, NENE MARTINELLI
y las secciones de siempre que haran las delicias de grandes y chicos. Esperala en tu kiosco o lo que es mejor SUSCRIBITE.

viernes, 3 de diciembre de 2010

POBREZA Y DELITO: UNA MIRADA DISTINTA



Por Florencia Pretto (*)
Es común en nuestra sociedad asociar al delito con la pobreza. El “discurso dominante” basado en el sentido común, establece una relación determinante entre ambos fenómenos. Por lo contrario, tal como lo analizan algunos sociólogos, se trata de un vínculo probabilístico. A decir de Míguez (2004; 27) “si se coloca a una persona en situación de pobreza existen más posibilidades de que incurra en actos delictivos; diferente sería el comportamiento si el sujeto estuviera en una posición económica holgada. Pero aun así nadie puede asegurar que el individuo en estado de miseria cometerá delitos. De igual modo no puede decirse que todos los pobres son delincuentes, ya que no siempre la carencia económica conduce a elegir ese camino; tampoco puede afirmarse que la pobreza no se relaciona de ninguna manera con el crecimiento de la inseguridad, ya que esa vinculación se torna evidente”. Resulta absurdo desvincular a la pobreza del delito, no obstante, es necesario adjuntar a dicha relación otros factores como ser el desempleo y la desigualdad de oportunidades. Ello evidencia que el delito es un problema social que, en palabras de Pavarini, “amenaza al orden social construido”.
Una de las pocas certezas con relación al delito es que es un problema significativo en la sociedad argentina actual. En nuestros días prevalece una creciente lucha contra el crimen y preocupación por el orden público. El delito constituye uno de los pilares de las preocupaciones de los ciudadanos y de allí, de las promesas de los políticos que apuntan a solucionarlo. Mediante este artículo propongo ejercer una mirada analítica, que se aparte de los prejuicios y de las emociones cotidianas que la inseguridad genera. De este modo podemos aproximarnos a una comprensión más abarcativa del problema del delito, que no se reduzca a una relación de causa y efecto. Entendiéndolo de esta manera, otras formas también tendrán las políticas para su disminución. Si se trata de una problemática social, ¿es pertinente, como muchos defienden, “atacarla” mediante una mayor construcción de cárceles?...

SI SOS POBRE, ¿ENTONCES ROBAS?
No se trata de algo tan sencillo, el simple hecho de ser pobre no indica que se va a delinquir, la pobreza por sí sola no es un factor unívoco determinante del delito. Ésta se encuentra interrelacionada con la desigualdad de oportunidades y el desempleo, tratándose de un conjunto de factores que incrementan la probabilidad de que el delito sea un problema social.
En primer lugar, hay mayores probabilidades de que un pobre incurra a la delincuencia si el mismo se encuentra en una posición de desventaja en relación al resto de la sociedad. Resulta contradictorio que la cultura de la sociedad argentina proponga metas comunes a toda la sociedad que sólo puedan ser alcanzadas por algunos. Veamos de qué se trata: la cultura propia de la sociedad argentina propone a los individuos una determinada jerarquía de valores que conforman metas. Las mismas son aceptadas y perseguidas por todos y consisten principalmente en el éxito económico y bienestar material. Así también, por otro lado, nuestra cultura indica cuáles son las vías lícitas para lograr aquellas metas, por ejemplo, el estudio y trabajo. Existe por lo tanto una contradicción entre estos fines y la estructura socioeconómica argentina que no ofrece una igualdad en oportunidades a los individuos para alcanzarlas: Como bien explica Pavarini (2002;109) “las desigualdades socioeconómicas, la estratificación en grupos sociales, conlleva la existencia de sujetos estructuralmente en desventaja para quienes las metas del éxito económico y de la riqueza son inalcanzables; son obstaculizadas si se pretende alcanzarlas por medios legítimos”(…) “estas minorías discriminadas, en la comprobada imposibilidad de alcanzar las metas oficiales a través de las formas institucionales, son llevadas a expresar otros valores, otras metas perseguibles desde su posición de desventaja o a legitimar algunas prácticas ilegales para la consecución de las metas oficiales”. De esta manera, en una Argentina donde existe desigualdad social y prima una cultura capitalista consumista, los individuos marginados elegirán probablemente medios no convencionales para alcanzar las metas comunes que persigue la sociedad en su conjunto.
En segundo lugar, es necesario también vincular a la pobreza con el desempleo. Hay mayores probabilidades de que un pobre infrinja la ley si el mismo pierde su trabajo o en peor de los casos, nunca haya obtenido uno. Veamos, puede suceder que una persona pase de estar empleada a ser un desempleado o, por lo contrario, que nunca haya trabajado. En el primer caso, cuando un individuo pierde su trabajo, pierde su “ámbito de pertenencia social”, ya no ocupa un rol determinado en la sociedad. En consecuencia, como expone Daniel Míguez, sufre una especie de “degradación de valores”. Aquí es poco probable que quien haya conocido la cultura del trabajo opte inmediatamente por la delincuencia al momento de perderlo. Caso diferente es el de quienes nunca han trabajado. Un individuo que no posee valores vinculados al trabajo, la educación y la familia (posiblemente porque no fueron transmitidos por sus padres también desempleados), no conoce el valor del trabajo y la forma de integrarse en la sociedad. De esta manera, probablemente estos individuos opten por el camino de la delincuencia para subsistir y alcanzar aquellas metas establecidas por la cultura dominante.
En síntesis, la explicación precedente no implica que todo pobre robe, pero sí ayuda a pensar que toda persona afectada por aquellas dificultades se vea tentada a transgredir la ley de maneras diversas.

DEJANDO LO ABSTRACTO: UN POCO DE NUESTRA HISTORIA
Se dejó en claro que el proceso por el que se llega a delinquir es fruto de la relación de los individuos y las condiciones sociales en las que éstos se desenvuelven. En consecuencia, para comprender por qué se desarrolla la delincuencia en la Argentina es preciso indagar cuáles fueron las condiciones sociales que afectaron a los jóvenes que hoy transgreden la ley.
Como explica el sociólogo Daniel Míguez, los delincuentes de hoy son en su mayoría niños de origen humilde, nacidos en la década del ochenta y llevados a la adolescencia a partir de mediados de los noventa. Fue justamente en dichas décadas en donde la Argentina sufrió cambios notorios: si bien hasta mediados de los 70 la pobreza era de “transición”, es decir, los pobres se encontraban en un proceso de ascenso social, a partir de los mediados de los setenta la pobreza se vuelve general y comienza un impactante proceso de pauperización. A su vez, en dicho período hubo grandes modificaciones en el mercado laboral las cuales tuvieron gran impacto en las generaciones jóvenes. Las ofertas de trabajo no se incrementaron en proporción al crecimiento demográfico, así también, la mayor parte del trabajo creado se generaba en el sector informal de la economía. De esta manera, “lo jóvenes con bajos niveles de escolaridad que en los años ochenta se iban incorporando al mercado, probablemente encontraron empleo sólo en el sector informal, o sea que obtuvieron bajos sueldos, no gozaron de beneficios sociales y padecieron de una altísima inestabilidad laboral” (2004; 36). En los noventa, el poco empleo formal que se generaba requería trabajadores calificados, razón por la cual quienes en la década anterior habían sufrido la informalización del empleo se topan ahora con un mercado laboral excluyente.
La historia argentina de las últimas décadas “contribuye” a la delincuencia. En otras palabras, las condiciones socioeconómicas de las décadas del ochenta y noventa fomentaron la formación de un sector social para el que no ha existido empleo estable así como tampoco expectativas reales de progreso y ascenso social. Los hijos de estos jóvenes, los delincuentes de hoy, no conocieron en sus padres el modelo de estabilidad laboral, la cultura por el trabajo, la dignidad personal y progreso social. Hoy un delincuente no roba por el simple hecho de “ser pobre”, a dicha condición debe sumarse la dificultad de no poseer valores vinculados al trabajo así como tampoco, la capacidad psíquica y material para alcanzar aquellas “metas” propuestas y perseguidas por toda la sociedad.


¿HAY SOLUCIÓN?
La “enfermedad” del delito tienta principalmente a quienes la padecen a buscar una solución mágica, apresurada. En las sociedades actuales es común pretender solucionar o disminuir dicho fenómeno mediante una mayor construcción de cárceles. Evidentemente, se trata de un remedio “inmediato” y no difícil de aplicar, no obstante, ¿es una medida eficaz? Políticas públicas de dichas características lo que hacen es “atacar” los efectos del delito y no sus causas. En palabras de Wacquant (2007; 2), “La reacción de utilizar el Estado penal para tratar de contener la violencia fracasa porque no toca la causa que es la inseguridad social y económica. Si se deja que la inseguridad económica siga ahí, forzosamente habrá inseguridad criminal. (…) Se puede aumentar la policía, la justicia y las cárceles, se pueden multiplicar por dos, por tres, por cinco y poco se logrará”. “Hacen falta políticas a largo plazo (…) los políticos deben pensar no sólo en las generaciones presentes sino en las próximas. Hay que tener el valor, aunque no haya una caída inmediata de la criminalidad, en sostener el crecimiento económico y el mejoramiento de empleo”
En el caso argentino, al ser el delito un fenómeno ya instalado en la sociedad, el Estado debe implementar políticas dirigidas a las causas pero también a los efectos del mismo. En relación a las políticas preventivas, se trataría de aquellas vinculadas a la promulgación de empleo, crecimiento económico, salud y educación. Son políticas indirectas y de largo plazo pero que atacan verdaderamente al fenómeno en cuestión. Así también, son necesarias las estrategias estatales dirigidas a la inserción social de aquellos individuos que, debido a sus condiciones de pobreza y falta de contención familiar, tienden a delinquir. Por otro lado, en relación a las políticas implementadas una vez cometido el delito, se trataría de aquellas vinculadas a la reintegración del delincuente en la sociedad y no en la construcción de una mayor cantidad de cárceles, endurecimiento de penas y aumento de vigilancia. Finalmente, sería pertinente la existencia de políticas de monitoreo de la reinserción del detenido una vez que abandona la cárcel.

POR ALGO SE EMPIEZA…
El “discurso dominante” (basado en el sentido común de los ciudadanos) sobre la delincuencia asocia al delito directamente con la pobreza así como también a la solución o disminución del mismo con la construcción de una mayor cantidad de cárceles. Estas relaciones determinantes no son apropiadas, sino que por el contrario, existe una relación probabilística entre el delito, la pobreza, la desigualdad social y el desempleo de manera que se trata de problemática social acorde al desarrollo socioeconómico de cada país. La delincuencia en la Argentina se incrementa particularmente en la década de los noventa, período caracterizado por una baja en la tasa de empleo y consecuente aumento de pobreza y desigualdad social. Es por ello que si se quiere disminuir o solucionar el delito son necesarias políticas a largo plazo destinadas al crecimiento socioeconómico. Se trata de políticas indirectas pero de efectos notorios ya que atacan las causas de fondo de la delincuencia. A diferencia de aquellas que proponen la construcción de mayor cantidad de cárceles que son políticas de corto plazo dirigidas únicamente a los efectos y no a la prevención de dicho fenómeno.
Hoy en día se torna utópico pensar una sociedad exenta de delito, no obstante, distanciarse de aquellos “discursos dominantes” y prejuiciosos permite a cada uno de nosotros aproximarnos a una postura objetiva y crítica, y de allí, poder contribuir de alguna manera al tratamiento de dicha problemática social. En otras palabras, “cambiar la mirada”, comprender con mayor claridad cuáles son las causas probabilísticas del delito y de qué manera podría disminuirse el mismo, convierte a cada uno de nosotros en ciudadanos comprometidos y reflexivos. Hombres conscientes de cuál es la sociedad en la que vivimos y qué rol ocupamos en ella. Posiblemente este cambio se plasme en “ganas” de aportar a la comunidad, de cambiar nuestra sociedad. Si bien quizás sólo se trate de “ganas” y pequeñas contribuciones, al fin y al cabo por algo se empieza….
(*) Alumna de la Carrera Licenciatura en Ciencia Política de la UNL. El presente texto será publicado en próximos números de la revista EL COLECTIVO.

BIBLIOGRAFÍA
PAVARINI, Máximo. Control y Dominación. Teorías criminológicas burguesas y proyecto hegemónico. Siglo XXI Editores Argentina, Buenos Aires, 2002.

MIGUEZ, Daniel. Los pibes chorros. Estigma y marginación, en Claves para todos. Colección dirigida por José Nun, Capital Intelectual, Buenos Aires, 2004.

Entrevista a WACQUANT, Loic en Diario El Clarín, Buenos Aires, 2007.

-“Horror en las cárceles argentinas” LOZADA Martín en Le Monde Diplomatique, Argentina, marzo 2005.