Revista EL COLECTIVO

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domingo, 10 de marzo de 2013

Y PORQUÉ NO?

( Poni Micharvegas)


Hoy 8 de marso –

Día Internasional de la Mujer Trabajadora

y, cuando en Caracas y el Mundo,

se rinde homenaje póstumo

a Hugo Chávez Frías,

Presidente Comandante

de la Venezuela Bolivariana

... y Héroe Latinoamericano –,

como reasión a esos planteos consumistas

de andar selebrando sin sesar

el día de esto

y el día de aquello y el día de lo otro

(como queriendo recordarnos todo el tiempo

que tenemos

“compromisos” con los ídolos y tótems,

ante los que debemos

someternos y rendirnos)

escribí

hoy 4197 NE -,

estas palabras para reubicarnos:



y porqué no

Día del Día

Día del Mediodía

Día del Atardeser

Día de la Noche?

Y porqué no

Día del dado

Día del dedo

Día de Dido

- una diosa para Eneas

Día del dodo

- pájaro muy estranio

Día de la duda

- obsesiva sartriana esistensial?

Día del Papa

o

Día de la papa

- tubérculo nutrisio

o

Día de la papa

- cánser implacable

Día de la Pepa

- Josefa o Constitusión Espaniola

Día de la pipa

- fumada por tantos y tantas mariner@s o no

Día de la popa

- estremo en un barco opuesto a la proa

Día de la pupa

- herida lastimadura yaga

Día de la mama

- tata teta tita tota tuta

Día de la mema

Día del mimo

- carisia artista gesticulante mudo

Día de Momo

- dios carnaval carnal carnestolendo

Día de la muma

(que no sé qué es

pero que de poco importa)

y así hasta conselebrar

todas las cosas y casas y cosos

de este inagotable mundo

y en el acmé festejar

Nanas! Nenas! Ninas! Nonas! Nunas!

varios días de todo

en un sólo gran día

en que la Tierra sea

Farra! Ferra ! Firra! Forra! Furra!

O por lo contrario:

Taras! Teras! Tiras! Toras! Turas!

y el Tiempo deje de ser:

Paro! Pero! Piro! Poro! Puro!

y la Tiempa

(la líquida mercurial que siempre huye):

Lala! Lela! Lila! Lola! Lula!



Para

Hugo Chávez Frías,

en su memoria

y con

respeto revolusionario



Madrid / 4197NE


martes, 31 de enero de 2012

“NOSOTROS SOMOS LOS RESPONSABLES DE QUE VAYA POCA GENTE AL TEATRO”

Charla con MANACHA YAÑEZ, actriz y directora teatral:
Por GILDA GARCIA



Estudio, trabajo y constancia son atributos que definen a la actriz y directora teatral que hoy nos cuenta de los gozos y las sombras a la hora de montar una obra en la ciudad de Paraná. Convencida que “en la vida nada se da por casualidad”, Manacha Yañez le pone el cuerpo y la pasión a los tablones del escenario que, casi cuatro décadas atrás, eligió como ladero para caminar la vida.
¿Desde cuando hacés teatro?
Hace treinta y ocho años. Empecé cuando estaba en la escuela secundaria. Antiguamente en Paraná se hacían unas fiestas maravillosas con uniones de grupos donde el Cristo Redentor – mi colegio – trabajaba con el Don Bosco. Después los católicos nos íbamos con los adventistas, los metodistas, los judíos. Hacíamos cadenas en la parte cultural, en la deportiva, preguntas y respuestas. A comienzos de octubre se hacía la gran fiesta donde nos uníamos con la Normal y todas las otras escuelas de Paraná.
Empezaste como un juego.
Sí, como un juego. Yo tenía 13 14 años cuando un hermano del Colegio Lasalle preguntó si en mi grupo alguien hacía teatro. Levanté la mano y dije que yo. Lo cual era mentira. Así fue que hicimos una obra de Alejandro Casona para presentar en competencia. Salimos ganadores y nos llevaron a Gualeguaychú como representantes juveniles. Yo no pude viajar porque se enferma mi madre, entonces me dan el premio por teléfono. Me avisan que por correo iba a llegarme un libro de Stanislavsky.
¿Tu primer libro de teatro?
Mi primer libro de teatro. Preparación de un actor, de Stanislavsky.
¿Qué te decidió a seguir?
Me divertí tanto, jugué tanto, fue una experiencia tan hermosa que me enganché y me dije: “Bueno, capaz que es esto”. Y hasta el día de hoy nunca paré. La única excepción fue cuando estuve embarazada de Valentina – mi tercer bebé -, donde actué hasta los ocho meses. Cuando ya era imposible, dejé. Hacía de vieja. Me habían puesto unos pechos artificiales, entonces quedaba derecha. Era toda una mujer de la tierra.

AMOR AL ARTE
¿Qué porcentaje de Teatro paranaense es independiente?

Acá no hay teatro que no sea independiente. Lo que sí hubo en Entre Ríos fue la Comedia Entrerriana de Teatro. Era como la Sinfónica, pero de teatro. Es una cosa insólita. Se creó en el 78, pero los milicos derogaron la ley por un decreto. Se suspendió y nunca más tuvimos Comedia Entrerriana. Hay muchas provincias que la tienen. Es una institución donde tenés actores pagos, donde podés trabajar hasta políticamente. Podés usarla para ir informando cosas. Ir proyectándote a otras provincias.
O sea que estás por tu cuenta para todo.
Absolutamente. Y, lo que es más terrible, es que estamos involucionando. Esto lo digo con mucho pesar. Por ejemplo, en los concursos nacionales ya casi no participamos. No porque no queremos, sino porque no nos dejan entrar. Las obras que se presentan no son de buena calidad. Nosotros pertenecemos a la Región Centro - Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos -. De Córdoba participan aproximadamente 10 grupos, de Santa Fe, 15 y e Entre Ríos, 5 grupos. Y participan porque la provincia sí o sí tiene que estar representada. Después, cuando salen los promedios a nivel nacional, nosotros estamos allá abajo. Es terrible.
¿Se puede vivir del teatro?
No, en la provincia no. Tenés que ser muy trucho para eso. Si vas a hacer arte, no. Es muy difícil. No están dados los medios políticos ni sociales como para que una persona pueda mostrar su arte y encima redituarse de eso. Acá todo es a contramarcha. Para preparar una obra son siete u ocho meses y, mientras tanto ¿de qué vivís?
¿Y dando talleres tampoco alcanza?
No. Para mí es una falta de respeto cobrar lo que se cobra en los talleres porque acá no podés darlo bien, como en Buenos Aires, por ejemplo. Acá tenemos muy poco material bibliográfico. Salvo la biblioteca del Juan L. Ortiz que se está armando gracias a donaciones y que es muy bueno lo que tienen. Después no hay donde buscar. En las librerías locales hay poco y nada. No te podés actualizar. Entonces nada es fluido, nada es ameno y los talleres terminan siendo una improvisación de uno.
¿Dónde se dan los talleres?
Tenés talleres en todas las cuadras. Acá hay discípulos de todos. En la Alianza Francesa, en ATE, yo doy en AGMER. También se da en las comisiones vecinales, para universitarios, en algunas escuelas quedaron talleres después de hora, para chicos con diferencias. Además, están los talleres municipales, que son gratuitos. Hay mucha gente haciendo esto.

¿Hay alguna escuela de teatro?
Está la Escuela de Música, Danza y Teatro, que es lo más nefasto que hay. Ahora hay una teatrera al frente y pienso que algo puede llegar a pasar. Puede haber una reestructuración de todo eso.
¿Existe alguna política cultural provincial que los contenga?
No. No hay nada.
¿Y cómo es el tema para conseguir salas?
Salas no tenemos. Trabajamos en Metamorfosis o La Hendija. Pero para hacer una obra tenés que pagar el 30% por la sala. El 70% restante queda para nosotros, pero de ahí tenés que pagar a los técnicos de iluminación y sonido. Por ejemplo, en el 2007, cuando estrenamos Muerto sin Dueño, como directora y actriz gané 35 pesos.
Realmente es amor al arte. Ganás menos que yo con El Colectivo.
Es terrible. La única vez que me pagaron bien, que me costaba creerlo, fue con El Conventillo de la Paloma. Fue un batacazo. Se llenaba la sala. No sé qué pasó. Fue la primera vez que pude disponer de dinero para hacer una cosa en mi casa. Estoy hablando de 500-600 pesos. Pero fue medio año de trabajo. Hasta hicimos un asado para festejar. No lo podíamos creer.

SANGRE, SUDOR Y LÁGRIMAS
¿Cuántos años tiene La Mandrágora?

La Mandrágora es una cooperativa. Estamos desde el 2004. Al comienzo éramos 35. Ahora es un grupo de 15-17 personas.
¿Cómo se llama la obra que están ensayando?
Todavía no tiene nombre. Es para el año que viene. Surgió a partir de un cuento de uno de los integrantes. Empezamos a jugar con la letra de ese cuento y, cuando quisimos acordar, nos encontramos con que era una cosa impresionante. Con un poco el absurdo, un poco se humor negro. No es comedia ligerita como hemos hecho en años anteriores. Esto es un poco más denso.
¿Por qué va poca gente al teatro?
Creo que nosotros somos los responsables. No le hemos dado al público lo que el público necesitaba. Le hemos dado muchas obras de teatro que eran más para nosotros que para un público. Al público lo tenés que educar, tenés que inducirlo de a poco, ir seduciéndolo y, en ese juego e intercambio de sensaciones y pasiones, vos me vas a entender a mí y yo te voy a poder dar lo que vos quieras que te dé. Entonces, creo que acá en Paraná, hicimos agua por muchos años.A veces somos soberbios. Nos metemos en vericuetos donde no estamos en condiciones de meternos. Hay que tener un poco de humildad y ver. Con esto no quiero decirte que voy a hacer a un Franchella o un grotesco de los que vemos en televisión. No me voy a prostituir así.
También suele suceder que cuando viene una obra de ese estilo se pagan dinerales para verla.
Lo pagan. Y felices. Se bañan, se ponen el mejor perfume. Te digo más: muchas de esas obras que nos cobran horrores, cuando vienen acá no actúan. Con esas giras comen para poder después hacer teatro en Buenos Aires. Entonces, en muchas ocasiones, no actúan, hacen como que… Te indigna. Por eso te decía que me siento responsable en ese sentido, porque también en una época hice teatro de elitismo.
¿Es buena la formación de los actores de Paraná?
No. Yo creo que no. Parezco asquerosa, pero es lo que creo. A veces por no ser violenta y no faltarle el respeto a muchos compañeros no le he dicho “Dejá de hacer teatro, porque me estás faltando el respeto. Hay una persona que hace una hora que está sentada ahí y vos te le estás riendo en la cara.” No estoy diciendo que yo soy la mejor actriz ni que sólo lo mío tiene calidad. Pero hay que tener una coherencia mínima. No puedo agarrar un texto y destrozarlo porque a mí se me antoja. Conozco compañeros que se ríen cuando comentás que una escena te costó cinco ensayos. Se te quedan mirando. En la Argentina hay grandes grupos que te asombran. Pero ¿por qué? Porque han estudiado, se han dedicado.
A veces me emociona ver a un Tato Pavlovsky. Pero vive estudiando y formándose.
¡Por favor lo que es ese hombre! Es increíble verlo trabajar. Está todo pensado. Tiene vísceras. Pero eso es por algo. No hay nada casual en la vida.
¿Las obras de teatro locales cuentan con el apoyo de los medios locales?No. Pasan desapercibidas. Una cosa que me causa gracia es que vos tenés que ir a los diarios y decirles: “Mirá yo vengo para ver si me pueden hacer un reportaje…” Eso es horrible. Yo prefiero que no me lo hagan. Jamás he ido. Voy cuando ya pasó la obra y entonces te convocan. Pero ir a golpear la puerta como pidiendo limosna, no. No me vendo a esas cosas, como tampoco a los premios Escenario.

PONIENDO EL CUERPO
El teatro también puede usarse como herramienta.

No hay que olvidarse que el teatro es la conjunción de todas las artes. Más allá de eso, es una expresión de reclamo de algo o en apoyo de algo. Ahí tenés todas las expresiones: el ser vivo, el actor y todos los complementos como la música, la plástica, le lengua. Y a esto vos lo podés usar como quieras. Es un arma. ¿Por qué con las dictaduras el teatro es lo primero que se niega? Porque representa el primer reclamo.
Y hasta lo podés lograr con una sola persona.
Exacto. Es minimalista al máximo. En Brasil, Augusto Boal, junto con Paulo Freire, levantaron pueblos enteros con el teatro. En Mendoza, por ejemplo, que tiene mucha valoración cultural, en las villas miseria, teatro y expresión corporal bajaron entre el 40-50% la posibilidad de violencia. Los chicos lo fueron viendo, lo fueron trabajando. Y lo siguen haciendo. Sobre todo con expresión corporal, porque la violencia se pone en el cuerpo. Cuando vos hacés teatro en los grupos donde tenés chicos con conflictos sociales como drogas, violencia, etc., es impresionante lo que se puede lograr.
Es lo que hacía Norman Brisky hace muchos años con Teatro Asamblea. Iba a los barrios y trabajaba los temas o conflictos irresueltos en ese lugar.
Claro. Pero a Brisky primero lo tildaron de loco y después fue censurado por muchos años. Lo que hacía era impresionante. No te puedo decir el trabajo que se podría realizar. Acá, en Paraná, desde fines de los setenta hasta el 85 hacíamos lo que se llamó Teatro Sanitario. Íbamos a un barrio y contábamos – a nivel teatro – cómo era el nacimiento de un chico, hacíamos profilaxis. Y siempre había un a enfermera que estaba mirando, levantando los casos. Tenés que trabajar en equipo. Porque eso es lo grande del teatro: nunca estás solo. Siempre estás con otro. Tu visión nunca es subjetiva. Siempre es objetiva, porque vos estás trabajando en equipo.
En la década del 80 fuimos a trabajar a la cárcel con Charo Montiel. Trabajábamos con menores delincuentes. No te puedo decir lo que fue eso. Después nos sacaron porque hubo una movida ahí adentro. Pero era increíble y maravilloso el trabajo que estaban haciendo estos chicos. Y siempre con teatro de base, por supuesto.
¿Se está haciendo teatro Callejero en Paraná?
No. En una época Gerardo Dayub, Claudia Zaragoza y muchos más hicieron Teatro Callejero. Pero no tuvo continuidad. Son esas cosas que suceden acá. No hay estructuras económicas, no hay decisiones políticas, entonces las cabezas por ahí se cansan. O sea, yo me puedo mantener porque tengo este laburo en la escuela y lo mío fue más empírico por otros lados. Hice experiencias por dónde vos me digas. Estuve en la escuela, en la cárcel, en comunidades, en Teatro Sanitario. Eso me enriqueció muchísimo. A esta altura de mi vida me puedo apoyar desde una base, tengo un conocimiento. Lo mío no es light, tiene un sustento. Y todo eso me sirve para poder seguir trabajando, para poder abrir cabezas. Porque la mayor preocupación que tengo es que no hay cabezas pensantes. Estamos hablando de mi generación para abajo. Me preocupa que los chicos sepan muy bien la letra de una canción y no le den una proyección a eso. Podemos ir creando. No nos quedemos en la letra nada más. Puedo usar mi cuerpo. Yo sé que este cuerpo es útil. Pero si vos a esto no lo tenés en la escuela, no hay muchos otros lugares para hacerlo. Hoy en día la entrada a los barrios no es fácil. Los padres están descreídos de veinte mil cosas. No hay adultez responsable. Para mí estamos destrozando al ser humano.

FILOSOFIA DE VIDA
¿Qué tipo de obras prefieren los paranaenses?

Hoy en día lo cómico. También le gusta mucho lo clásico. Le gusta pasarlo bien. No siempre les interesa mucho la obra, pero sí el hecho de pasarla bien.
¿Cómo se elige un libro o texto para adaptarlo a una obra teatral?
Hay muchas formas. A veces te embobas con un autor y haces muchas cosas de él. Otras veces te gusta una temática, entonces buscas autores afines a ella. Ahora se está usando mucho el teatralizar cuentos. Pero ahí se corren algunos riesgos. Por ejemplo, ahora la moda es Fontanarrosa, pero lo están destrozando al pobre negro. Y otra cosa que también se están dando son las creaciones colectivas.
¿Qué obra te gustaría hacer?
Hay una que siempre quise hacer y todavía no pude: “Orquesta de Señoritas”. Después me gusta mucho Samuel Beckett, alguna tragicomedia, algo de Chejov Shakespeare. Los clásicos me encantan.
¿Los unipersonales?
Sí, me gustan. Yo más bien hice monólogos. En este momento me gusta jugar más en conjunto. Pero si hay un buen texto (un monólogo) lo hago.
¿Alguna vez pensaste en cambiar de oficio?
No. Y lo que tampoco nunca pensé es en irme de Paraná. Dejar es como decir: tu coherencia no sirvió de nada. Alguna vez me ofrecieron hacer una experiencia en Buenos Aires y no acepté. Yo amo esa ciudad. Acá está mi raíz y listo. Quizás no soy entendida para el convencional de la gente, pero bueno, me gusta ser libre. Soy una persona que puede decir lo que piensa. Junto al teatro formé mi familia. Soy una persona que todavía tengo afectos, tengo cierta calidez para trabajar, para conversar con alguien. Por eso siempre vuelvo al teatro. Para mí el teatro es una filosofía de vida.
NOTA APARECIDA EN REVISTA EL COLECTIVO Nº 26. oct/nov 2006

lunes, 30 de enero de 2012

TIEMPOS DIFICILES

Entrevista con Guillermo Belaga, psiquiatra.
Por Gilda García



Guillermo Belaga es médico psiquiatra, miembro de la Escuela de Orientación Lacaniana y de la Asociación Mundial de Psicoanálisis. Actualmente se desempeña como Jefe del Servicio de Salud Mental del Hospital Central de San Isidro y Coordinador de Salud Mental de la Municipalidad de esa localidad bonaerense. Además de ser autor de numerosas publicaciones y compilador de dos muy nuevas como “La urgencia generalizada. La práctica en el Hospital” y “La urgencia generalizada 2. Ciencia, política y clínica del trauma”, se da tiempo para ofrecer charlas en distintos lugares del país. Fue así que, en Junio pasado llegó a Paraná convocado por la Cátedra Clínica II Orientación Psicoanalítica de la UADER a cargo del psicoanalista Francisco Uranga Gallino.
En esta nota Belaga nos habla de las certezas e incertidumbres en que se debate el hombre actual para tratar de “encajar” buscando infructuosamente cierto “imaginario de equidad” que, en las “sociedades de riesgo” en que nos toca vivir, se vuelve casi imposible porque el quiebre y la destotalización de los relatos a que estábamos habituados está sufriendo un corrimiento permanente.

- En la actualidad, cuando nuestras vidas aparentan estar organizadas
externamente, ¿qué pasa en el interior del sujeto?

- La pregunta me parece muy importante, pero requiere un breve rodeo, en principio avanzar en una lectura de la época que permita ubicar los modos actuales en que se organiza la vida de los sujetos a diferencia del pasado, donde la identidad social e individual se organizaba de otros modos.
Una primera aclaración es que para el psicoanálisis no es lo mismo individuo que sujeto, que este no es algo previo, no es un modelo teórico elaborado lejos de una experiencia ni una descripción ordenada de la realidad sino que se demuestra como producción, como efecto de una verdad, de un gozo.
En este sentido, se puede decir que la puesta en escena del sujeto del psicoanálisis está desde su posición como infans condicionado por una máquina original – la heteronomía de la lengua que lo pre-existe- que se refleja frente a la realidad en su división, ya sea como actor, y/o al mismo tiempo como espectador, pero no como director, y que es además lo que condiciona la experiencia analítica.
Al respecto, la práctica actual del psicoanálisis en el ámbito de las instituciones, toma como problemática un fenómeno nuevo que dimos en llamar: la urgencia generalizada.
De este modo, el término “nuevo”, su uso adjetivando una categoría clínica, aparece denotando un efecto: el que proviene de la plasticidad actual de las representaciones sociales. A diferencia de la época freudiana que se referenciaba en un Otro consistente, que decía “No”, que catalogaba y civilizaba, ahora hay una verdadera metonimia de significaciones desfilando, porque resulta que ya el Otro no es el mismo, que en realidad hay un agujero en el Otro.
Es lo que Zygmunt Bauman denomina una “modernidad líquida”, describiendo cómo las certidumbres tradicionales se fluidifican.
Así, es como en la Ciudad actual, donde impera el vacío, los sujetos se encuentran funcionando sin punto de capitón. Es un sistema donde impera lo que Lacan llama el no-todo, las lógicas inconsistentes, en el cual la Ciencia al situarse como un discurso verdadero es el único capitón en cuanto hace una descripción programada de cada uno: desde la programación genética hasta el cálculo cada vez más preciso de los riesgos posibles.
Entonces es la Ciencia, la que aparentemente hace existir una causalidad programa¬da, y es a medida que la misma toma consistencia que surge el concepto de trauma como todo lo ¬ligado a la irrupción de una causa no programable.
En este punto la clínica del trauma verifica que el sujeto tiene un estatuto topológico exterior/interior, ya que puede haber una catástrofe, un acontecimiento exterior, pero que esta irrupción por más colectiva que sea, siempre tiene algo singular, en el punto que resuena en la estructura fantasmática de cada uno.
Por eso no creemos en las tentativas de homogeneización biologizante de los sujetos, que conlleva el diagnóstico del Síndrome de estrés postraumático, ya que define de antemano “para todos” un programa, un sentido fijo, predeterminado por una estandarización masiva que impide que cada caso tenga la posibilidad de definir cuál es su trauma.


- ¿A qué se debe el incremento de los llamados "ataques de pánico" o
diferentes fobias que se presentan en la sociedad?

Estas verdaderas “epidemias” clínicas están en correspondencia con lo que decíamos antes, un nuevo régimen social producto de un mundo transformado por la ciencia y la globalización económica. Un nuevo orden social dominado por la tecnocultura o la tecnoestructura que produce dos efectos: uno que vivimos en un mundo de “incertidumbre fabricada”, que penetra todos los ámbitos de la vida, y el otro, también como consecuencia del fin del órden tradicional patriarcal, la caída de los guiones grupales (las clases sociales, la pequeña familia, el papel de las mujeres, el de los hombres) que orientaban y situaban al sujeto, haciendo que ahora el individuo cada vez más tenga que hacerse cargo de su propia definición, y se re-afirme en modos de satisfacción “autónomos”.
Esto para el psicoanálisis también significa revisar su propio estándar, ya que se relaciona a una sociedad que dejó de vivir bajo el mito del padre edípico. Comprobamos diariamente que estamos ante un padre moderno que no puede asegurar ni decidir sobre la distribución del goce de manera conveniente, donde las familias ya no cuentan con el Otro de la Ley de antaño.
Es lo que decimos en nuestro lenguaje, que la estructura del Todo, la del mito freudiano de Tótem y Tabú que igualaba por la identificación a un ideal, ha cesado. Del mismo modo de como se presentaba el Estado de Bienestar, resguardando y preservando en cada sujeto una lógica universalizante y su “imaginario de seguridad”.
Hemos entrado a la sociedad del riesgo, donde siempre hay algo incalculable, indeterminado e indeterminable.
Esto implica, trasladado a la clínica cotidiana, por ejemplo que ya no haya nada que constituya una barrera, que esté en la posición de lo prohibido, que algo se desarrolla sin encontrar límites, por ejemplo el consumo, pero también la precariedad del sujeto, el miedo.
Al respecto le recordaría que el “ataque de pánico” - uno de cuyos síntomas principales es el miedo súbito a morir- surgió como entidad en los 80 en Gran Bretaña en pleno auge de las políticas del “thatcherismo”.


- ¿Considera que hay un abuso en el consumo de psicofármacos?
- Sí definitivamente. Hay un imperativo a consumir, a ser “todos consumidores”. El individuo actual cada vez más, como mencionaba antes, intenta re-afirmarse en modos de satisfacción “autónomos”, en prácticas autoeróticas, y a veces consigue como propone el “marketing”, estilos de vida logrados. Estas formas de individualismo institucionalizado –todos compramos las mismas zapatillas como si fuera un acto “individual y autonomo”- pueden sin dudas, tranquilizar y anestesiar; pero cuando estos “imaginarios de seguridad” se ven amenazados y /o fracasan surge lo traumático. Ahí, el sujeto se ve urgido a solucionar lo que irrumpe en su programación, se enfrenta a la precariedad de su condición, y demanda efectos terapéuticos rápidos que le den un sentido a ese agujero en el discurso singular y colectivo. Entonces muchos optan por la “pastilla de la felicidad” que los regrese a la antigua homeostasis.

- ¿Cuál es el precio que paga el hombre por tratar de "encajar", por ser parte de este modelo civilizatorio único que le toca vivir?
Tendría que decir que la globalización económica, ha llevado a la homogeneización de los sujetos bajo el imperativo del derecho a gozar. Son muy interesantes los intentos y la lucha por una nueva definición de lo social en un mundo que está a la vez globalizado e individualizado.
Reflexionando en este punto, podríamos preguntarnos: ¿cuáles son las condiciones para que haya una “urgencia subjetiva”? Se puede afirmar, que si existen cada vez más las consultas de “crisis” frente a cualquier contingencia y/o acontecimiento, es porque previamente algo “resistía bien”. Parecía existir una subjetividad organizada en un imaginario firme, en algunas identificaciones que permitían funcionar sin sobresaltos, hacer lazo social, e incluso lograr que se pudiera no consultar, o “no tener urgencias”. Imaginario que mediaba hasta ese momento satisfactoriamente sobre lo que no es programable: la disyunción entre el goce (del cuerpo propio) y el Otro, sobre la disyunción en cuanto a posición sexuada entre el hombre y la mujer. A esta construcción, que puede relacionarse con los aspectos mas narcisistas del individuo moderno, es lo que describía como un “imaginario de seguridad”. El costo de estar “hiperencajado” es el ataque de pánico, típica situación de cuando fracasa dicho imaginario de seguridad.

- En este contexto, ¿qué papel juega el miedo al otro?
El sujeto por un lado está alienado a estos modos de gozo autónomos, por otro lado, como describe Ulrich Beck, hay una Ecología del miedo que viene a reemplazar a la antigua ecología de la pobreza. Los espacios públicos se organizan a partir del par seguridad/ inseguridad.
Hay una inseguridad que se deriva de la disolución de las formas y los estilos de vida tradicionales, y en las megalópolis empieza a hablarse de una patología civil del trauma, ligada a la violencia, a la criminalidad, a las catástrofes, al terrorismo, etc.
Esto lleva a una situación muy complicada a la que hay que responder porque sobre cierta “histeria de la seguridad” se monta el uso político del miedo, que refuerza el encapsulamiento, la exclusión, y promueve intervenciones en pro del órden y la organización.
No se trata de restablecer el viejo órden del padre perdido, la re-tradicionalización, todo eso lleva a un vacío petrificado.

LOS GOZOS Y LAS SOMBRAS

- ¿En qué cree el hombre contemporáneo?

- En conexión con lo anterior, hay sectores en la sociedad que hacen un llamado a la autoridad, un retorno al órden. En todo caso se nota la tensión que ha puesto en marcha la globalización.
J.A. Miller ha descripto que este término resulta inestable, puesto que se trata de que ya no hay más todo, de que en el proceso actual lo que constituye un todo y establece un límite está amenazado, vacila. Debemos acostumbrarnos a esto, a procesos de destotalización que ponen a todas las estructuras “totalitarias” entre comillas, a prueba.
En este proceso ningún elemento posee un atributo que le estaría asegurado por principio y para siempre. No se tiene la seguridad del atributo, sino que sus atributos, sus propiedades, sus experiencias son precarias. El no todo implica esta precariedad del elemento. Ahora el significante tiende a presentársenos por fragmentos discontinuos, ya no organizado, esencialmente fragmentario.
Por eso se habla de una patología de la desorientación, y los sociólogos aislaron estrategias subjetivas que consisten en replegarse en zonas limitadas de certeza, que aportan algunas referencias. Son micrototalidades, nichos que ofrecen abrigo, cierto grado de sistematicidad, codificación y estabilidad. Esta restitución de un cierto “dominio”, ocurre a costa de una especialización extrema de los sujetos allí atrapados. Para restituir ese dominio es preciso elegir un campo muy restringido de significantes, un campo muy restringido de saber.
Probablemente estos planteos no dejen de resonar con el ascenso de los valores femeninos. Al hecho de que lo viril está sitiado y se nota.
Es que efectivamente, la función del padre está ligada a la estructura que Lacan encontró en la sexuación masculina y que implica un todo dotado de un elemento suplementario y antinómico que al limitarlo, le permite al todo constituirse como tal. Esta estructura es la matriz misma de la relación jerárquica.
Mientras que lo que Lacan refiere a la sexuación femenina, es posible remitirlo a lo que pone en escena la globalización como no todo, al hecho que se destaca lo ilimitado de la serie. Las mujeres son una por una, por eso Freud desde su lógica patriarcal no encontraba respuesta a su pregunta de: ¿que quiere la mujer?

- ¿Que lugar ocupa el deseo en estos tiempos?
Había una primer clínica freudiana tributaria de una época donde lo prohibido estaba ligado a las metáforas paternas efectivas, a un régimen de normas e ideales que estaban en primera fila. En este sentido el psicoanálisis fue un gran aporte a los movimientos culturales de liberación del siglo XX y en consecuencia al ascenso del “derecho a gozar” de los sujetos.
Es un hecho que ahora el concepto de ciudadano está muy vinculado al de usuario- consumidor.
Al respecto el concepto de deseo se instala ligado a la prohibición, como lo demostró Lacan, primero se inscribe la ley y luego el deseo.
Su pregunta habría que pensarla en el contexto de lo ya dicho sobre la época y la menor efectividad de la metáfora paterna, y la pluralización de los significantes amo.
Creo que habría que explorar el aburrimiento y el tedio, que son motivos de consulta usuales y signo de estos problemas. La contraparte se ve mucho en los adolescentes –que ejemplifican la subjetivación de una época-, que cuando logran ubicar un objeto de su pasión, se dedican a ese único sector de interés, se vuelven especialistas y presentan un desinterés absoluto por sus contemporáneos. Buscan solo continuar en paz con su hobby.

- ¿Por qué se acrecientan la soledad y el desamparo en un mundo que, en
apariencia, está cada vez más comunicado, más globalizado?

- Para ubicar otras referencias, la globalización significa actuar por encima de las distancias, de ese modo se quiebran los horizontes locales y personales de experiencia. Como comentaba, con la individualización se multiplican las situaciones vitales y los estilos de vida, y dejan de valer los guiones grupales del llamado fordismo y taylorismo: las biografías personales, las identidades sociales ligadas a los modelos de la división del trabajo en tareas y producción en cadena.
Jürgen Habermas distingue en este contexto entre “singularización” e “individuación”. “Singularización” significa aislamiento, autonomía, necesidad de maximizar los intereses individuales. Mientras que “individuación”, por el contrario, presupone la internalización recíproca de una moralidad que el denomina post-convencional. La pregunta sería: ¿como pueden concertarse autonomía e interdependencia, vida propia y responsabilidad?

EN BUSCA DEL PARAISO PERDIDO
- ¿Cómo responde el psicoanálisis a esta crisis existencial del hombre
de hoy?

- Ya he mencionado dos efectos producidos por la tecnocultura o la tecnoestructura: la “incertidumbre fabricada”, que penetra todos los ámbitos de la vida, y se traduce clínicamente en las crisis y/o urgencias subjetivas de la actualidad. Y el otro, que ahora el individuo cada vez más tenga que hacerse cargo de su propia definición, y se re-afirme en modos de satisfacción “autónomos”. Lo que se traduce en los “delirios de identidad”: “yo soy toxicómano”, “yo soy anoréxico”, “yo soy normal”, etc.
Estas dos figuras, confluyen en un mismo punto, en que el delirio de identidad implica de por sí situarse fuera del Otro, es el yo que se llama a sí mismo, es la ligazón del sujeto a un goce yoico narcisista, a ese goce de la identidad, y que hace obstáculo a que se produzca un pasaje al Otro, lo que explica también el problema para la entrada en tratamiento de estos sujetos. Y coincidentemente, el paciente de la urgencia, también tiene que pasar por el Otro para resolver su sufrimiento, dado que si bien el sujeto es singular, padece de lo universal.
Entonces en ambas situaciones el que consulta, se ve forzado necesariamente a pasar por el Otro en el recorrido de la cura, para llegar luego a su posición de goce, a una nueva identidad ligada a un modo-de-gozar enlazado a los valores del Otro social.
La ética del análisis podría resumirse en que ubica en el fin de la cura un “final pasional”, no aislado de los valores de la Ciudad ni separado de la problemática sexual, en el cual queda como saldo un deseo decidido y responsable.

- ¿Que papel juegan las terapias alternativas que prometen ser más
rápidas y eficaces que el diván?

- Diría que su pregunta se ubica desde la visión de un estándar, de un dispositivo “el famoso encuadre” que al menos el psicoanálisis de la orientación lacaniana ha criticado y reformulado. Estamos en una época donde se piensa el psicoanálisis aplicado desde la perspectiva de mantener los principios, pero no el viejo estándar ligado justamente a marcos de certeza que ya no funcionan.
Los psicoanalistas en las instituciones estamos acostumbrados a producir resultados terapéuticos rápidos, en una, dos, tres sesiones, muchas veces. En el hospital donde estoy a cargo de la jefatura del Servicio de Salud Mental, hemos hecho un estudio donde el 70% de los pacientes son dados de alta con resultados positivos en los primeros cuatro meses.
El modelo del trauma permite ilustrar las respuestas actuales del psicoanálisis aplicado.
Ante el sufrimiento subjetivo, lo que anima al psicoanálisis es su posibilidad de ofrecer a la sociedad una respuesta diferente a la de otras psicoterapias, lejos de una adaptación al significante Amo de la época, sin subsumirse a los mandatos del superyó actual. La acción analítica, recurre al poder de la palabra sin ser autoritario, ni implementar la sugestión, ni dar consejos imperativos, comunes a otras prácticas psicoterapéuticas.
Al respecto, el psicoanalista se define por hacer surgir la particularidad de cada cual, en el seno de lo que es vivido por todos.
Entonces, teniendo en cuenta la casuística trabajada, en sus comienzos el paciente viene como sujeto expuesto en su singularidad padeciendo de lo universal, y quien lo recepciona apuesta al sentido, a la construcción del Otro. Primer paso que puede lograrse ni bien se hace hablar, dado que se produce una inscripción en el Otro. Es la calma que encontramos al poco tiempo de iniciado el tratamiento, incluso luego de la primer entrevista.
De este modo, existe inicialmente una vertiente terapéutica que otorga sentido, ubica algo del inconsciente y produce un efecto curativo. También esta acción, tiene importancia porque permite reintegrar al sujeto a sus lazos grupales, a esos lazos de los que ha sido apartado.
Haciendo un balance de esta primera escansión el analista se presta para dar un sentido al sufrimiento, que no lo tiene, para conseguir una resolución del trauma lo más rápido posible.
Pero también, consideramos que su accionar no se limita a esto, dado que si bien el sentido puede suplir en un primer momento el vacío pánico, no se apunta en la cura sólo al mismo.
Esto conduce a definir otro aspecto específico del psicoanálisis, que estaría en contemplar no sólo el hecho contingente traumático que motivó la consulta, sino también tener -al menos- en el horizonte de la experiencia otra vertiente del trauma, la del trauma como lo imposible de programar de la relación entre los sexos. Y en esta perspectiva lo que importa, es reinventar un Otro que ya no existe, como queda develado por el mismo accidente y/o catástrofe, por la pérdida, por el duelo. Con lo cual la experiencia del análisis, no sólo comprende el dar sentido o restituir el sentido reprimido; el acto analítico también implica frente a ese agujero en el Otro, apostar a una invención. Ayudar a que el sujeto, conciba otra narrativa “causando” al paciente para que reencuentre reglas de vida con un Otro que ha sido perdido, para que invente a partir del traumatismo un camino nuevo.
Desde ya esta operación se puede hacer sin recurrir al diván. Pero, para ubicar un uso posible del mismo diría que el paciente recurre a él en el momento de experimentar vergüenza, cuando la mirada del Otro avergüenza.
Situación que usted entenderá es de máxima delicadeza, y sin duda fundamental en la práctica, porque no hay posibilidad de un análisis si el que recurre a la consulta no es capaz de experimentar la culpa y la vergüenza.

- En este mundo de incertidumbre y sensación de "caída libre". ¿Cree
que el hombre puede aspirar a alguna certeza posible?

- Sólo podría agregar a lo ya dicho, que la experiencia analítica puede pensarse también como una búsqueda de certeza. Por ejemplo el análisis hace trabajar la incertidumbre, y en el marco de la misma se establece una certeza al menos hipotética.
Lo que quisiera subrayar es que el análisis una vez superadas las urgencias subjetivas, hay que entenderlo mas allá de todo ideal por alcanzar, más allá de la problemática misma del ideal y de la norma. La experiencia tiende a ser entendida más como la comunicación de un estilo de vida que como el acceso a la realización de un ideal.

(Nota aparecida en Revista EL COLECTIVO de Mayo del 2006)

jueves, 26 de enero de 2012

UNER – MINERÍA A CIELO ABIERTO: CONTAMINACIÓN, SAQUEO Y COMPLICIDAD


Por DIEGO FAINSTEIN
Desde UNER en Movimiento
(unerenmovimiento@gmail.com)


INTELECTUALES NO MUY ALUMBRADOS POR UNOS COBRES
A fines de 2008 llegaron por primera vez a la Universidad Nacional de Entre Ríos los fondos provenientes de la explotación minera “Bajo La Alumbrera”. Hasta ese momento la megaminería era un tema ajeno a nuestra universidad, a pesar de que las Asambleas de Vecinos y otros movimientos sociales de la región cordillerana llevan años enfrentando las iniciativas de las transnacionales y sufriendo los efectos de las mega-explotaciones. En aquel momento, los Consejeros Superiores de la Universidad discutieron si recibir o no estos fondos, y finalmente decidieron --casi por unanimidad-- aceptar un millón de pesos para distribuir entre las 9 facultades que componen la UNER.

Fundamentaron así: es legal recibir los fondos porque están asignados por una ley vigente. Otros Consejeros argumentaron --sin pudor-- que la Universidad ya recibe distintos fondos espurios (¿qué le hace una mancha más al tigre?) y que incluso el Tesoro Nacional está alimentado por empresas y actividades contaminantes (¿vamos a renunciar al 100% del presupuesto universitario?). En cuanto a las denuncias respecto de la contaminación (y el saqueo) que produce la megaminera, otorgaron el “beneficio de la duda” ya que afirmaron desconocer la existencia de estudios técnicos para certificar si efectivamente Bajo La Alumbrera es tan perniciosa o no. Como se puede advertir, muchos universitarios llegaron tarde a descubrir datos de dominio público, mientras que otros patearon la pelota para adelante. Su confesión de ignorancia debió haberlos empujado a informarse antes de votar, pero además resulta incompatible con su formación y ámbito de trabajo. En aquella reunión se designó una comisión (¡claro!) para efectuar un estudio técnico que permitiese dirimir científicamente esta cuestión, pero mientras tanto los fondos se aceptaron.

A lo largo de 2009 se acrecentó la difusión de información sobre la minería a cielo abierto: el modo de extracción de los minerales y su impacto sanitario y ambiental, las leyes vigentes, la distribución de beneficios y pérdidas, etc. Estos temas se incorporaron en el contexto de las eternas discusiones sobre la situación de la Universidad: su financiamiento a cuentagotas, la autonomía de fantasía, el carácter mercantilista de la formación adquirida en sus aulas, los propósitos de las investigaciones que no parecen apuntar a la resolución de los problemas regionales, entre otros temas.

Muchos universitarios de la UNER nos sensibilizamos con este tema al intercambiar documentos y opiniones, a través del correo electrónico y mediante encuentros entre grupos de activistas. Uno de los primeros textos que leímos fue el acta de la discusión del Consejo Superior de fines de 2008, que disparó nuestra indignación, y también informes elaborados por docentes, investigadores y figuras públicas como Pérez Esquivel y el biólogo Raúl Montenegro. Es preciso remarcarlo: no había que hurgar en sótanos de bibliotecas olvidadas, ni era preciso lanzarnos a ubicar expertos inaccesibles para encontrar indicios sobre el impacto de la megaminería. Bastaba con ponerse en contacto con los movimientos sociales o incluso --dentro del propio sistema universitario-- con los investigadores que trabajan sobre estos temas. Pero es más habitual perseguir convenios empresarios que vincularse con la plebe.


NO SÓLO EXPLOTA EL VERANO (Y OTRAS REFERENCIAS AMBIENTALES)
Casi un año después, para la reunión del Consejo Superior de Agosto de 2009 se trata nuevamente el tema, que para este año son 37 millones que se distribuyen entre las UUNN, de los cuales le tocarían a la UNER 820 mil pesos. Como para ubicarnos: el presupuesto de nuestra universidad en 2009 es de unos 100 millones de pesos, el 95% correspondiente a sueldos. De modo que los fondos provenientes de la minera representan menos del 1% del presupuesto total. Sin embargo, si sólo se considera la porción destinada a gastos no salariales (desde la compra de equipamiento, tonner y biromes hasta la construcción de aulas y el pago de la luz y el teléfono) el porcentaje que representa la plata de Bajo La Alumbrera se eleva al 16,4% (de los 5 millones de pesos destinados a estos fines). Ya deja de ser un porcentaje tan insignificante para convertirse en una suma capaz de tentar voluntades. Los 5 millones de pesos de las arcas ilustradas son tan insuficientes que convierten a los universitarios en langostas famélicas dispuestas a fagocitarse cualquier residuo, sin condiciones.


Echemos un vistazo a la explotación que produce estas monedas. Luego de siglos de minería tradicional bajo tierra, ya no quedan sustancias útiles concentradas en vetas sino que los minerales aparecen diluidos en las montañas, como si fueran una salmuera sólida. Entonces, para obtenerlos es preciso dinamitar la roca y separar el cobre, el oro y demás metales mediante procesos muy agresivos que involucran el uso de cianuro, mercurio, acido sulfúrico u otros elementos que los solubilizan y permiten separarlos de la matriz de roca. En el yacimiento Bajo La Alumbrera se necesita mucha agua, tanto para estos procesos como para bombear el material desde Catamarca hasta Tucumán por un mineraloducto, que no es otra cosa que un tubo, de más de 300 kilómetros. En el proceso se extrae una enorme cantidad de agua fresca proveniente de un acuífero subterráneo (y cabe enfatizar que la región de donde se chupa el agua es semidesértica). Una vez en Tucumán, se le extrae parte del agua (y esos miles de litros un poquito contaminados se liberan en una cuenca de agua diferente a la de su origen). Ya hecho polvo, el concentrado viaja en tren hasta San Lorenzo, provincia de Santa Fe, donde se carga en barcos que lo llevan a las refinerías del extranjero. No se exporta el cobre puro sino la mezcla que posee un 30% de este metal (y que al refinarse multiplica su valor por cuatro, pero este agregado de valor no se realiza en nuestro país). En el proceso también se separa el oro y posiblemente otros materiales útiles y caros, pero sin ningún tipo de control.

El impacto ambiental es enorme. Bajo La Alumbrera consume el equivalente al 87% de la energía utilizada en Catamarca, además quema alrededor de 33 millones de litros de gasoil anualmente, bebe 100 millones de litros de agua fresca por día (y que no devuelve cristalinamente al ambiente) y por si fuera poco suele padecer accidentes, como la recurrente pinchadura de su mineraloducto o el derrame de combustible que provocó un camión de La Alumbrera al volcar el 19 de agosto de 2009 y derramar 36 mil litros de gasoil que contaminaron el río y la planta potabilizadora en plena época de sequía, dejando a la población sin agua (1).

Cada año la explotación procesa unos 120 millones de toneladas de roca utilizando miles de toneladas de explosivos y de solventes, para producir sólo 180 mil toneladas de concentrado de cobre. Estos números transparentan una eficiencia sumamente baja, un desperdicio casi total. Tras la separación de los concentrados, los desechos se almacenan en la propia montaña y se transforman en un peligro potencial porque los piletones y diques de contención pueden agrietarse y filtrar su contenido, ahora mismo o dentro de un número desconocido de años. Uno de los mayores peligros de este tipo de minería es que la roca residual es potencialmente generadora de ácidos, los cuales tienen la capacidad de solubilizar metales pesados sumamente tóxicos para la vida. De respetarse a la montaña y su proceso de erosión natural, los metales pesados quedan atrapados en la matriz rocosa sin peligro de difuminarse, o haciéndolo a un ritmo inocuo a lo largo de miles de años. Probablemente, cuando los efectos alcancen su esplendor (y los metales pesados manifiestan su presencia décadas después de su ingestión), la minera y sus directivos no habrán dejado rastros.

Los sistemas de tratamiento de desechos que poseen, por ejemplo en Tucumán, no han impedido que se haya comprobado que contamina a cientos de kilómetros de Andalgalá (la población más cercana al epicentro de la explotación). Por este motivo está procesado el vicepresidente de la empresa, Julián Rooney. ¿Por qué está procesado el vicepresidente y no otros directivos de la misma empresa? La respuesta en palabras del Fiscal Federal de Tucumán Gustavo Gomez: “Porque, aunque parezca mentira, no sabemos quiénes son. Los registros de la AFIP no estaban actualizados y los de personería jurídica, menos. La Alumbrera tiene domicilio en una isla del Caribe” (2).


BREVE APELACIÓN AL BOLSILLO NACIONAL Y OTRAS HISTORIAS
Para evitar golpes bajos que atenten contra el supremo pragmatismo que reina en los lugares donde se toman decisiones que tienen que ver con la minería a cielo abierto, no se intentará dimensionar el volumen de contaminación producida ni describir sus múltiples efectos sobre los seres vivos (entre quienes se encuentran, por ejemplo, el subgrupo que podríamos llamar "los Catamarqueños" que algunos derechos deben tener --según la Constitución-- ya que teóricamente los clasificaríamos dentro de una especie amenazada, aún no extinguida, denominada "ciudadanos"). En cambio, le prestaremos un poco de atención al negocio de la mega-minera. La empresa de capitales canadienses y suizos Minera Alumbrera Limited (integrada por Xstrata Copper, Goldcorp Inc. y Yamana Gold) se asoció con la estatal Yacimientos Mineros Agua de Dionisio (YMAD), propietaria del yacimiento, en la cual participan la provincia de Catamarca, la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) y el Estado Nacional. El 80% de las utilidades generadas se distribuyen para MAL (y esto no sólo es un juicio de valor, sino que M.A.L. es el acrónimo de la empresa transnacional) y 20% para YMAD (a su vez esta fracción se distribuye así: 60% para la provincia de Catamarca, 20% para la UNT descubridora del yacimiento y 20% para el resto de las UUNN, que actualmente son 36). Para dar un ejemplo, las utilidades generadas en el año 2004 por el concentrado de cobre fueron de unos 650 millones de dólares (3). Estas ganancias son las que la empresa declara, sin que exista ningún tipo de control por parte de su socia estatal. Por suerte son gente súper honesta que nunca intentaría estafar al Estado Nacional y al pueblo argentino. La empresa extranjera de dueños desconocidos que se queda con el 80% de las utilidades declaradas prácticamente no paga impuestos sobre estas superganancias gracias a las leyes de minería sancionadas durante la década menemista y aún vigentes en épocas mucho más nacionales y populares, redistribuidoras de la riqueza.

La megaminera utiliza un fuerte operativo de prensa para disfrazar su acción e impacto mostrando bellas cifras de inversiones, contribuciones al fisco, cuidado ambiental y generación de trabajo. Le llaman responsabilidad social empresaria. Pero sólo es una fachada que necesita para que no peligre su permanencia, para no resultar expulsada por la potencia del rechazo social. Veamos algunos detalles: entre 1995 y 2003 invirtieron 1400 millones de dólares. Esta cifra es astronómica. Sin embargo se recupera en menos de 3 años contando sólo la producción declarada de concentrado de cobre, y es preciso señalar que la vida útil prevista es de 20 años, con lo cual ya vienen gozando de ganancias puras y sin cargas fiscales, que seguirán llevándose durante mucho tiempo. En el pico de utilización de mano de obra, durante su construcción entre 1995 y 1997 emplearon a 5.000 trabajadores. Hoy en día quedan unos 2.000, de los cuales sólo 45 están agremiados, raro considerando las condiciones de trabajo: 12 hs/día, 14 días corridos, 7 de descanso, no se pagan los días no trabajados por enfermedad.

Lo dicho hasta aquí es sólo un breve resumen. Se puede corroborar la existencia de procesos judiciales que avanzan a pesar de la corrupción que están en condiciones de alimentar y de las presiones que son capaces de generar sobre la justicia. Existen muchas denuncias de contaminación y se cuenta con pericias realizadas por distintos organismos (desde Gendarmería hasta la Comisión Nacional de Energía Atómica) que certifican la existencia de peligro y de daños.


UNIVERSITARIOS CON SÍNDROME DE ARGUMENTOS ESCASOS
¿Qué decidió el Consejo Superior de la UNER en agosto de 2009, cuando discutió si volver a aceptar o rechazar los 820 mil pesos provenientes de YMAD? Optó por recibir nuevamente los fondos, a pesar de que la Comisión especialmente designada para investigar si Minera Alumbrera Limited contamina nunca presentó ningún dictamen (espejismo que demuestra que su creación fue una farsa para ganar tiempo), a pesar de la sólida argumentación esgrimida en contra de los fondos mineros, a pesar del pedido expreso de más de 130 docentes que solicitaron rechazar este dinero y a pesar de que no cabe exculparse aduciendo ignorancia.

La diferencia respecto de 2008 fue lo ajustado de la votación: 15 por la aceptación, 11 por el rechazo y 1 abstención. ¿Por qué, cuando ya disponemos de suficiente información aún existen dieciséis consejeros que prefieren convertir a la universidad en cómplice del saqueo y la muerte? Entre éstos, resultan llamativos los votos de los representantes de Bromatología (esta facultad se encuentra en la emblemática ciudad de Gualeguaychú, tan cercana a Botnia), y de Ciencias de la Salud, que en la localidad de Concepción del Uruguay dicta la carrera de “Licenciatura en Salud Ambiental”.

Al argumento de quienes lavan su conciencia resguardándose en la legalidad de los fondos contraponemos la emergencia de la siguiente asimetría: cuando se trata de la defensa de los trabajadores, de los movimientos sociales y del medio ambiente, las leyes no se respetan tanto. El Estado se revela como Estado de Clases toda vez que con las herramientas legales, o sin ellas, mantiene su apoyo y sostén al Gran Capital y a su estructura subsidiaria. Por dar un solo ejemplo del contraste: la Ley “Banelco” sigue flexibilizando a los trabajadores mientras que la Ley de Glaciares sufrió el veto presidencial. El ejercicio de los derechos, en condiciones de igualdad, se actualiza –como ya sabemos– cuando la plebe resiste.


FACULTADES DESOBEDIENTES Y EPÍLOGO AGRIDULCE
La Universidad actualmente dista de ser un espacio gobernado por la argumentación, el conocimiento y la racionalidad. Sus órganos de gobierno padecen una democracia desnutrida, con una representatividad al menos dudosa y más interesada en acoplarse al mercado que en defender los derechos humanos. Su presupuesto “genuino” (aquel proveniente del Tesoro Nacional y que tiene potestad de distribuir internamente) es tan minúsculo que están comprometidas sus actividades de docencia, investigación y extensión. La perversidad del sistema es tal que lo pequeño del botín no invalida las mezquinas disputas por su apropiación. Desde hace años esta política ha sido acompañada por el despliegue de diversas formas de financiamiento estatal y privado con efectos nocivos sobre la autonomía universitaria. En vez de cooperar, las universidades compiten y se esmeran por “prestar servicios a terceros”, focalizándose en prácticas que mercantilizan el conocimiento. Las aulas y laboratorios ya no prometen un futuro mejor; en cambio, se van convirtiendo gradualmente en un outlet, en un puesto de venta, en una consultora que facilita los grandes negocios. Incluso en la actualidad, y si ejercitáramos la imaginación para suponer que la Universidad cuenta con presupuesto suficiente, cabría preguntarse por la proporción de docentes e investigadores con voluntad para contribuir al cambio social y a la transformación de la realidad.

Durante septiembre de 2009 se disparó el activismo y cuatro facultades (Educación, Ingeniería, Trabajo Social y Bromatología) decidieron rechazar los fondos mineros. Además, no conformes con esto, solicitaron al Consejo Superior que reconsidere su decisión previa. El 24 de septiembre, luego de haber sido suspendida por el rector Asueta la primera convocatoria (probablemente si la reunión se hacía en la fecha prevista perdía la votación), y con la presencia de numerosos estudiantes y docentes, el tema se volvió a tratar. Esta vez hubo 6 ausencias, 5 de las cuales se supone que corresponden a Consejeros que hubiesen votado por el rechazo de los fondos. Por más que se manifestaron una catarata de motivos para rechazar los fondos mineros y pese a que no hubo contra-argumentos, la votación fue de 14 a 12 para que la UNER se constituya en cómplice de la muerte y el saqueo. La indignación de los presentes no se hizo esperar. Los consejeros cómplices de los daños que ocasiona La Alumbrera fueron receptores de una lluvia interminable de cantitos, recriminaciones e insultos. Las réplicas que intentaron solamente atizaban la bronca. Al otro día el rector denunció públicamente agresiones y amenazas. Si allí hubiera estado la intención de agredir, ella se hubiera concretado fácilmente, por la sola fuerza del número. No hubo más violencia que la del silencio de los que votaron sin justificar, la violencia de la imposición de mayorías conseguidas en la oscuridad, con representantes que votaron en contra de la decisión de sus representados (por ejemplo el caso del estudiante de Gualeguaychú) y con ausencias llamativas. Ellos sí contaron con la fuerza del número y no del argumento.

El movimiento en contra de los fondos mineros, sin embargo, no se vio disminuido con este resultado. Por el contrario, fue estimulado, creció en participación y se multiplicaron diversas iniciativas: campañas de afiches, mesas redondas, escraches, etc. En una próxima entrega, continuaremos el relato.

Referencias:
(1) Prensa Contrapunto, periódico integrante de la Red Nacional de Medios Alternativos. 19/08/2009.
(2) Mu, el periódico de lavaca. Marzo 2009 / año 3 / número 22.
(3) Coria, Lorena (2007). “Desarrollo local y actividad minera en la provincia de Catamarca. Compatibilidad e incompatibilidades para la configuración de la micro región de Andalgalá”. Revista Oidles (vol 1, nro 0).


(NOTA APARECIDA EN REVISTA EL COLECTIVO Nº 26-OCT/NOV 2009)

sábado, 14 de enero de 2012

SEGUIMOS REPARTIENDO!!


Señor, señora, lector amigo, los bellos promotores de EL COLECTIVO seguimos repartiendo este noble pasquín, para la cartera de la dama y el bolsillo del caballero. No tiene contraindicaciones. No tiene padrinos ni siquiera parientes lejanos. En este número:
Los Derechos Humanos más allá del discurso oficial: EL OTRO PAIS
Escriben en exclusiva: Roberto Iglesias, Claudia Rafael, Alfredo Hoffoman, Antonio Miglianelli, Dario Aranda, Correpi.
-Empresas recuperadas Hoy. Dos miradas: Horacio Lalli (Bauen)- Raúl Godoy (Zanón)
- Entrevista con el músico Raúl Barboza.
- FOTOS: Tango, por Gilda Scévola.
- Aquel estallido presentido, por Jorge Pistocchi.
- Los ojos de Pablo, por Gilda García.
- Grupo Coral Voces de Paz.
- Arthur, por Maxi Sanguinetti.
- Sigue... por Andrea Bártoli.
- ¿Cuando hay derecho? por la Dra. Beatriz Vecchio.
- Humor como resistencia.
- Biyíken contemporaneo, por Martín Micharvegas.
Y las secciones de siempre.
Comuniquense al teléfono (0343) 154409688 o a nuestro mail: revistaelcolectivo@hotmail.com. Sino por aca nomás.
Partidarios del pensamiento único, abstenerse!!

jueves, 12 de enero de 2012

“BUSCO ESE MILAGRO DE LA VIDA QUÉ SE TRANSFORMA”


ENTREVISTA A PIPO LERNOUD
Por OSVALDO QUINTANA

A Pipo Lernoud no le gusta definirse, desconfía de esas palabras que encasillan y atan. Pionero del hippismo en Argentina, uno de los primeros letristas del rock nacional, protagonista desde sus inicios de publicaciones independientes como Expreso Imaginario, acercando temáticas distintas como pueblos originarios o ecología cuando solo era una lejana palabra, Pipo es enemigo de “teorizar y vivir en la cosa abstracta”. Locuaz, entusiasta, reflexivo y con 64 años cumplidos, el autor de Ayer Nomás habla en este extenso reportaje para EL COLECTIVO de sus creencias, sus dudas y certezas. El pasado y el presente. Mientras algunos intentan definirlo como casi una leyenda, él prefiere verse a sí mismo como una persona que busca la acción con muchas preguntas distintas.

“Yo no me siento poeta, pero escribo poesía. No me siento agricultor pero he hecho agricultura orgánica. Tampoco soy editor de revistas sin embargo hice tres. Para mí es muy importante hacer cosas en el mundo concreto: editar revistas, libros de poesía, leerlas, convertir mis poemas en canciones, hacer agricultura orgánica”.
Dice que está por construir una casita en la Patagonia, frente al Bolsón, para tener una chacra y poder escribir; que hace poco, luego de 43 años, volvió a componer una nueva letra junto a Pablo Dacal, y que otros tres grupos están haciendo temas con textos suyos. “Es como el regreso”- define - , y cuenta de su entusiasmo con la nueva generación de músicos y compositores con quienes suele subirse a los escenarios. “Estoy viviendo una experiencia muy parecida a la de la Cueva”, afirma, haciendo mención al boliche donde prácticamente nació lo que luego se llamaría rock nacional. Una historia que lo tuvo como protagonista.
“Cuando saqué mi libro de poesía me di cuenta que, de alguna manera, a través de las cosas que hago estoy diciendo lo mismo. En la poesía digo que pertenecemos al universo, que venimos desde que se produjo el big bang y estamos compuestos por la misma sustancia que los planetas. Tomamos forma, vamos a perderla y volver a ser de la misma sustancia de que está hecha la tierra. Eso también lo ves en la agricultura orgánica: cuando reciclas el material para hacer abono te das cuenta que las pajas del maíz se convierten en tierra negra. Todos nos convertimos en tierra negra. Eso me maravilla y apasiona. Busco ese milagro de la vida que se transforma, en las notas, en lo que escribo. Después, me encanta el rocanrol, escribo sobre el rocanrol”.
“Me cuesta definirme”, insistirá Pipo aunque, con el trascurrir de la entrevista, elegirá reconocerse como periodista. Después sacará cálculos y concluirá contando que acaba de cumplir 43 años dentro de lo que algunos definen como periodismo de rock. Desde la revista artesanal La Mano una temprana publicación que intentaron sacar junto a Moris, en el 66, pasando por la Expreso y Canta Rock hasta la recientemente desaparecida La Mano, junto a Roberto Pettinato.
-Fuiste fundador de revistas que hicieron historia. ¿Qué significó el Expreso Imaginario para vos?
- “Hubo tres puntos del Expreso que me marcaron e hicieron la persona que soy. Uno, el reportaje al músico brasilero Egberto Gismonti. Nosotros veníamos del rock y, aunque poseíamos una formación bastante abierta, teníamos una visión limitada de las cosas. El tipo nos hizo ver que estábamos en un continente lleno de vida con millones de cosas para hacer, mixturar y descubrir. Y que todo podía hacerse con muy pocos elementos. Lo segundo fue el reportaje a Gary Snyder, un personaje del libro “Los vagabundos del Dharma” el libro de Jack Kerouac, que cuenta su encuentro con Snyder. El personaje es un escritor, poeta, budista y antropólogo que viajó por todo el mundo. Juntos van a descubrir las montañas, los ríos y los bosques donde no hay nadie. Narra la aventura de descubrir sus miedos, soledades y asombros en medio del bosque y trepando montañas. Después Atahualpa Yupanqui, la síntesis de lo que es este país apenas salís de Buenos Aires. Y habiendo vivido en el campo, me significó mucho. ¿Vos sabes la anécdota de ese reportaje? Después de conocer a Atahualpa yo me dije “tengo que hacer una investigación de qué carajo es el folklore hoy”. Entonces fui a Cosquin llevándome la revista con tapa de Atahualpa. En ese momento le habían levantado la prohibición y estaba en una conferencia de prensa. Y allí dice:” porque la mejor entrevista que me han hecho fue de unos muchachos del rock, de la revista Expreso Imaginario”. Yo estaba ahí y casi me muero”.


Tocando con León Gieco-IFOAM 98


BASTIÓN DE RESISTENCIA JUVENIL, vehículo aglutinante frente a tanta oscuridad. ¿Por qué no existe hoy una revista como el Expreso? ¿Es posible el surgimiento de una publicación de estas características? Pipo cuenta que en alguna de las FLIA (Feria del Libro Independiente y Autogestionada) suele dar una especie de conferencia proyectando imágenes de la revista y siempre termina preguntando lo mismo. “Nunca encontramos respuesta”, confiesa. “Está la típica, “porque contra Videla estábamos mejor”, contra una persecución muy grande estábamos unidos y con objetivos más claros”. Yo pienso que en este momento existen muchas distracciones: la gente está más en Tinelli o la política de todos los días y no tiene ganas de pensar en los temas que planteaba el Expreso”.
Para Lernoud la tendencia inevitable es que la gente lea por Internet. “Estoy haciendo videos de poemas para subir a YouTube, me parece el método del futuro. Tengo un blog donde escribo lo que quiero y sin límite de lectores (*). En una revista de papel hay muchas limitaciones, pero amo el papel escrito. Ahora con el facebook la gente tira opiniones livianamente. Antes tenías que sopesar mucho, era muy difícil, además de peligroso”.
-¿Cómo ves al periodismo hoy?
-En este momento estoy muy entristecido con la pelea entre el periodismo oficialista y el clarinista. Veo un nivel muy bajo de discusión. Creo que se tiran mierda con un ventilador.
-No hay discusión, hay chicana.
-Claro, pura maledicencia. Me parece que de golpe nos pusimos partidistas. A quien se corre un poquito de la ideología oficial le cortamos la cabeza. Existen enfrentamientos que no veo desde los 70. Por esos años yo viví muy fuertemente la quebradura de nuestra generación: los militantes y los rockeros, por ejemplo. Y toda la cosa de “nosotros somos los que tenemos todas las respuestas porque leímos a Marx, Fanón o a quien carajo”. Fue muy doloroso ese proceso de pelearse con amigos. Mi mejor amigo fue el primer Montonero muerto. Tuvimos discusiones terribles cuando dijo que empezaría a andar armado. Y, aunque en este momento no se habla de armas, estamos en un espacio de intolerancia muy fuerte. Eso sucede en el periodismo político, pero cuando se producen estos enfrentamientos todo se convierte en político. Yo no estoy con el gobierno ni contra él.
De pronto Lernoud titubea. Parece arrepentido. “Tengo miedo de lo que digo cuando se tocan estos temas, pienso que será distorsionado – confiesa - Porque todos tienen como una agenda, y eso me rompe las pelotas”. ¿Ustedes cómo lo ven?, nos interroga. Después menciona una de las características esenciales que tuvo la Expreso: “¡Lo más importante fue que marcó su propia agenda y va fangulo! Porque si vas a discutir lo que discute todo el mundo, es tremendo. En este momento el nivel de nuestro periodismo es bajísimo por este problema. Conozco muchos periodistas peleados entre sí, y no me gusta”.
-¿Pero de donde surgió este conflicto entre pares?
-Hasta cierto punto pienso que es un manejo del gobierno que se fabricó un enemigo con Clarín. Me sorprende que tipos como Víctor Hugo Morales, de un nivel de cabeza muy interesante, hoy estén convertidos en chirolitas del gobierno.
En realidad es más fácil criticar al gobierno que a la oposición. Por ejemplo, la minería, o esa cosa desastrosa que han hecho con la ganadería. Eso me preocupa, me da bronca y puteo, lo haya hecho Cristina, Macri o cualquiera.
Últimamente cada vez que voy a decir algo me preocupo en aclarar: estoy de acuerdo en algunas de las cosas que hizo este gobierno, porque no me considero opositor.
-Tenes que atajarte, aclarar que no sos de derecha.
-Claro, sos periodista y estás paranoico. Van a pensar que sos esclavo de Magneto o de Mariotto. Si te corriste un poquitito, chau. Es un pensamiento estalinista. Los medios manejados por el gobierno, que son muchísimos, son prácticamente fotocopias. Eso empobrece la discusión.

POR LOS AÑOS 70 el retorno a la naturaleza se presentaba como una alternativa posible a las grandes concentraciones urbanas cada vez más invivibles. Aunque, claro, una cosa era cantar “vamos al campo” y otra muy distinta llevar eso a la práctica. La tierra era algo más que una palabra y de lo que se trataba, por entonces y siempre, era de predicar con el ejemplo.
-¿Cómo surgió tu interés por la agricultura ecológica? - En el 68 me fui a vivir a Capilla del Monte con Miguel Abuelo, Tanguito y una pareja que tenía. Estuve casi un año, hice una huertita. Cuando Miguel y Tango se volvieron yo me quedé. Poco después, a partir del Expreso y la sección “Guía práctica para habitar el planeta tierra” se conformó un grupo interesado en la agricultura ecológica. Cuando terminó la revista, armamos una cooperativa de compras llamada “Al pan, pan”. Funcionó muy bien. Nos conectamos con gente del Bolsón, de San Marcos Sierra y de Mendoza. Se crearon otras cooperativas. Este proceso duró dos años, de ahí salió la primera estructura de agricultura orgánica en Argentina: CENECOS, Centro de Estudios de Cultivos Orgánicos. Yo organizaba los cursos y sacaba ciertas publicaciones. Al tiempo empecé a hacer agricultura, compramos una chacrita cerca de Chascomus, comenzamos a producir y mi mujer se puso a vender. Una distribución a domicilio. Paralelamente teníamos esta asociación que era miembro de la Federación Internacional de Movimientos de Agricultura Orgánica que reunía a todos los movimientos, con dos millones de miembros en todo el mundo, la mayoría asociaciones de campesinos. De esa federación yo llegué a ser vicepresidente.
-¿Cómo ves la política de medio ambiente de este gobierno?
-No hay políticas de medio ambiente en el país, es más, creo que nunca existió una política coherente en ningún gobierno. Ya mencioné la destrucción de la industria cárnica. Hasta hace unos años nuestro país simbolizaba en el mundo la carne natural. Hoy, para dejar espacio a la soja, han estimulado los feedlot que consiste en reunir a todas las vacas en un corral cerrado, llevarles la comida y sacarles la bosta. Dos trabajos que hacia la vaca hoy se hacen gastando nafta, a veces dejando la bosta en zanjones y contaminando las napas. Un desastre ecológico mayor. En este momento se está subsidiando feedlot, Hace un par de años salieron en los diarios los grandes negociados. Peor aún es el desastre ecológico. Vas a cualquier supermercado, miras un corte de lomo y notás que tiene como hilos de grasa en el medio del músculo. Cuando la carne era de pradera y las vacas caminaban eso no existía. Hoy, como no caminan y su dieta es 90% grano, tienen una cantidad de grasa intramuscular. Por eso los problemas de obesidad en Estados Unidos. Este tema del feedlot generará en 15 o 20 años un aumento de la obesidad, de la hipertensión y la diabetes. Los problemas ecológicos y de salud están entretejidos. Nadie plantea este tema que hace a la salud de la población. Antes alimentábamos a los reyes, porque teníamos la mejor carne y los mejores granos, ahora alimentamos a las vacas europeas. En aras de un supuesto negocio, que no lo es, en vez de exportar cosas más certificadas, vamos a un producto con menos valor agregado. Este gobierno, además, ha cometido errores graves, por ejemplo el tema de la minería a cielo abierto, que empezó Menem, continuó esta gestión y es el negocio de varios gobernadores amigos. Para sacar un anillo de oro necesitan destruir veinte toneladas de montañas. Y el arsénico que se usa para separar el oro va a las napas de los ríos. Si se contaminan, se acabó todo. Creo que el medioambiente somos todos. Estamos formados por los mismos elementos que forman las plantas, los animales y el suelo. Como decía Atahualpa, “somos tierra que anda”. Al morir volveremos a convertirnos en tierra. No hay una separación entre el hombre y la naturaleza. No hay conciencia de eso.


Con Vanda Shiva

-¿Crees que esta sociedad es más libre que ayer?
-Creo que es más libre pero también está más distraída. La maquinaria de distracción es mucho más poderosa que cuando éramos jóvenes. Cuando me dicen: “ah la época de la Cueva era bárbara”, yo le digo: “no era bárbara para nada”. Nos echaban de casa por pelo largo, te echaban del laburo, del colegio. Íbamos en cana todo el tiempo. Era muy difícil hacer el amor con tu novia. Se suponía que todos debían llegar vírgenes al matrimonio. Hoy todos puede tener el pelo largo y convivir con su novia. Sin embargo, tenes a Tinelli que lleva de la nariz a las masas. Hay una maquinaria de entretenimiento y distracción muy fuerte que parece divertida, moderna e interesante, pero en realidad es fuertemente distractiva. Hoy es muy difícil estar en silencio con vos mismo porque es automático prender la radio o la televisión. Entonces, creo que estamos evolucionando como sociedad pero, paralelamente, estamos destruyendo el planeta que nos cobija. Hoy los pobres, clase media o baja, tienen una posibilidad de expresarse y crear cosas que no tenían hace cincuenta años. Cuando nosotros íbamos a la Cueva estaban los edictos policiales que prohíban la homosexualidad. Hoy se pueden casar. Se evolucionó muchísimo en libertades y derechos de las personas.
-Es como una contradicción: se va evolucionando y por otro lado se está destruyendo el planeta.
-Esa es la contradicción central. El cambio climático es muchísimo más grave de lo que la gente cree, y no solo hará que suba el agua del Rio de La Plata inundando las costas, sino que va a cambiar el clima. Cambios que afectaran muchísimo la vida de las personas.
-Dentro de este sistema, ¿pensas que podemos decidir qué hacer con nuestra vida?
-Hay bastante libertad para decidir qué hago con mi vida. Obviamente un tipo que nace en una villa tiene muchas menos posibilidades de desarrollo personal que cualquiera de nosotros. Me refiero a que, en general, gran parte de la población tiene la posibilidad de elegir otra forma de vida. Una chacra cuesta igual que un departamento. Tener un trabajo en un banco o en el medio del campo, son cosas que pueden elegirse. Creo que la clase social en que naciste, la educación que recibiste y los medios que te rodean influyen mucho, pero cada uno de nosotros es responsable. Yo he hecho una vida muy distinta de la de mis primos caretas. Lo he visto en millones de casos. No creo que el Estado tenga que proteger a las personas y guiarlas como nenitos. ¿Por qué en medio de la pobreza, de las dificultades, surgió Miguel Abuelo, un chico que no tenía padres, con montón de problemas y que, sin embargo, desarrolló una vida creativa?
-Tocaste el tema de la música. Hoy con un concurso podes ser famoso al otro día.
-¡Pero eso para mí es como el Club del Clan! En mi época, Palito Ortega se presentó como cafetero, lo vieron, dijo “yo canto” y les pareció que podía andar. Lo mismo que hoy con Operación Triunfo. Todo está súper industrializado y organizado. En aquellos momentos eran búsquedas. Hoy son multinacionales con estudio de mercado y mucho marketing, antes eran personas. Básicamente es lo mismo. Cuando estábamos en La Cueva y éramos 20 tipos, ya estaba el Club del Clan a full. En este momento está Operación Triunfo, Tinelli, Latin American Idol o no sé qué carajo. Por otro lado esta Flopa con su guitarrita, cantando en lugares chicos temas maravillosos. Ha elegido no entrar en esa picadora de carne, a igual que Tanguito o Javier Martínez eligieron no entrar en el Club del Clan.
LA GENERACIÓN HIPPIE. Pipo dice sentirse feliz de haber pertenecido a esa generación. Aquella que creo Greenpeace, Amnistía Internacional, la IFOAM y toda la agricultura orgánica, la que creo las terapias naturales, el parto natural, aquello que anunciaba el Expreso: la medicina china, el yoga, la meditación, el tai chi, del i-ching, un montón de culturas más armoniosas que hoy forman parte de la vida cotidiana. “Hace treinta años hablabas de ser vegetariano y pensaban que ibas a enfermarte. En realidad, ellos están más sanos que los carnívoros. La generación hippie, gente activa y creativa, cambió la sociedad. Siempre pensé que la prueba de si funcionaba lo nuestro o no, era que naciéramos de otra manera; que tuviéramos parto natural en un ambiente afectivo, no medicalizado, casamientos con nuestros propios rituales y también muerte nuestra. Hace poco falleció un amigo que tocaba en Los Jaivas y le hicimos un velorio muy lindo. Leímos poemas, alguien tocó el sitar. Creo que si uno se enfoca solo en lo empresarial, pierde muchísimo en el camino. El nacimiento, por ejemplo, debe ser una fiesta para los padres. Yo tengo cuatro hijas. En tres de ellas estuve en el parto, ayudando. Fue uno de los momentos más mágicos de mi vida. Ves que esa persona que sale de tu mujer está hecha con la carne de tu carne. Pero si eso te lo sacan no podes verlo. Yo he lavado mis hijas, he cortado el cordón, he participado. Hoy eso es algo normal”.
Cuando en 1998 se encargó de organizar el Congreso Mundial de la Federación que se realizó en Mar del Plata, Pipo tuvo la oportunidad de reencontrarse con mucha de aquella generación: la que se fue al campo, hippies que armaron granjas y huertas, los que iniciaron el movimiento orgánico y ecológico en todo el mundo, por ejemplo The Farm, unos hippies que crearon una granja enorme en Tenesse, Estados Unidos, donde además hacían parto natural. Una organización de mil familias muy admirable que dura hasta estos días. “Gente que han logrado cosas, que laburan sacando productos de muy buena calidad y están vendiéndole al mundo. Tipos que trabajan con pequeños productores en lugares perdidos en la montaña. A mí me hizo mucho bien ver eso porque hay un nivel de trabajo concreto, es gente que realmente está haciendo cosas.
-¿Sos optimista respecto al futuro?
-Yo pienso que si desaparecemos no hay ningún problema. Creo que el futuro es un agujero negro. Todo esto va a desaparecer dentro de unos cuantos miles de millones de años en un agujero negro, va a acabarse de la misma manera que empezó: con el Big Band. Eso me parece parte del chiste. Morir me parece muy importante, tanto como vivir. A lo mejor esto es un instante. Toda la civilización humana no es más que la consecuencia del cerebro, que es una configuración que produjo la naturaleza como la cosa más compleja, que evolucionó hasta llegar al cerebro humano. Los monos tienen herramientas, los humanos empezamos a desarrollarnos culturalmente y a desarrollar todo lo que nos rodea. Creemos que esto es lo importante en el mundo y es nada más que un pedo en el espacio. Hay miles de millones de galaxias donde esto no tiene ninguna importancia. Yo creo que no hay que apegarse. Si esto termina mañana, habremos vivido una buena experiencia. Yo soy básicamente optimista. Creo que esta experiencia de vivir es maravillosa.
-¿Para que pensas que estamos acá?
-Creo que no estamos para nada. No hay un objetivo. La vida se creó espontáneamente. El desarrollo del cerebro humano es también espontaneo, un resultado de la evolución. No hay un dios. Creo que somos una casualidad, podemos desaparecer mañana y pueden aparecer otras cosas mejores.
-¿Pero, con qué incentivo nos levantamos cada mañana?
¡Porque cada segundo de la vida es un milagro! No necesito pensar que me estoy levantando para algo ulterior, o para ir al paraíso. ¿Para qué te levantas? Para vivir, porque la vida en sí es maravillosa. El hecho de poder levantarte es un milagro. El hecho de poder pensar y decir “hoy es sábado, llueve”, que se yo, no sé. No hay nada más. No hace falta dios, No hace falta nada. Esto que esta acá, esto que sos vos, que soy yo, es lo que es. Todo lo demás sólo es ponerle colores, decorarlo.
(*) http://calandriasygratebus.blogspot.com/

domingo, 8 de enero de 2012

ENTREVISTA EXCLUSIVA CON EL EX FISCAL JULIO CESAR STRASSERA:



“EL GOBIERNO DESCONOCE EL JUICIO A LAS JUNTAS PORQUE NO PUEDE APROPIARSE DE ÉL”
Por Gilda García y Osvaldo Quintana


Un 22 de abril de hace 26 años comenzaba el Juicio a las Juntas Militares: hecho único en el país y en el mundo donde se lograban condenas ejemplares para quienes habían secuestrado, robado, torturado, desaparecido y matado a miles de ciudadanos argentinos. Aquella era la primera vez que se condenaba a una dictadura.
Julio Cesar Strassera, fiscal de la causa por ese entonces, es uno de los tantos que carga en su memoria las palabras quemantes de las víctimas, familiares y testigos de lo que fue el accionar del terrorismo de Estado. Es también un símbolo de la historia honrosa de nuestro país, porque no es un hecho menor saber que hubo un crimen y hubo un castigo, que existió una condena por la cual ya no serían posibles el olvido y el perdón.
Julio Cesar Strassera es además el hombre que hace 26 años, con sencilla solemnidad, se plantó frente a quienes habían sido los dueños de la vida y de la muerte. Es también quien pronunció en su alegato esas palabras finales que dieron la vuelta al mundo: “Nunca Más”.
Tal vez por eso, y pese a los años transcurridos, para muchos de nuestra generación y para la historia toda, este hombre, campechano y sin vueltas a la hora de dialogar con EL COLECTIVO, continúe siendo “el fiscal Strassera”. Aunque ya esté retirado de la vida pública y para él alcance con ser recordado tan solo, “como un funcionario judicial que cumplió con su deber”.


A seis días de asumir el gobierno, en diciembre de 1983, el presidente Raúl Alfonsín borró de un plumazo la denominada “Ley de Autoamnistia” dictada por los militares en retirada.
Poco tiempo después, en abril del 85, los sentó en el banquillo de los acusados cuando aún ostentaban un poder evidente. Los genocidas no tenían intenciones de retirarse en silencio. Contaban con el miedo sordo bajo la piel que nos habían dejado tantas noches de oscuridad y muerte. Por aquel tiempo el país amanecía con amenazas de bomba, levantamientos carapintadas y la presencia latente de un nuevo golpe de estado pisándonos los talones.
Esa democracia acechada era el escenario en que se desarrolló el juicio a las juntas militares. Fueron cinco meses que cambiaron para siempre la fisonomía cultural y política del país. Ya no podría pensarse el presente sin la memoria de esa ignominia. Con los testimonios de las audiencias, muchos argentinos supimos del horror que, hasta ese momento, sólo sospechábamos. Ahora ya no volveríamos a ser los mismos.


- ¿Por qué decidió ser abogado?
- Bueno, esa es una elección. Yo tengo muchas dudas respecto a las vocaciones. Siempre digo, “cada vez que veo el puente de Brooklyn, tengo una vocación de ingeniero bárbara”. Es una elección. Cuando uno tiene más inclinación para las humanidades elige una carrera relacionada con las humanidades.

- ¿Cuándo comenzó a enterarse de lo que sucedía en el país durante la última dictadura militar?
- Nosotros empezamos a sospechar que estaban ocurriendo cosas, no sabíamos la gravedad del asunto. Pero que había personas privadas de la libertad lo veía, porque era funcionario judicial, recibía los habeas corpus y eran todos negativos. Ahora, lo que no sabíamos era la gravedad, como mucha gente no lo supo durante años en la Alemania nazi.



- ¿Qué recuerdos tiene de aquel período?
- Yo, como le decía, era funcionario judicial y vivía de mi escaso sueldo. Como no tenía ninguna actividad política tampoco podía ser víctima de ningún tipo de persecución. No se olviden que en mi época los funcionarios judiciales no podían ser ni siquiera afiliados a un partido político determinado. Así que mi vida se deslizaba más o menos tranquilamente, sin angustias ni persecución.

- Pero seguramente conocía de algún amigo, pariente o vecino…
- Sí, varios amigos, por supuesto. Algunos hasta se exiliaron. Incluso en la época de (la presidente) María Estela Martínez de Perón, antes de la dictadura, hubo abogados amigos que revalidaron el título y se fueron a España, porque acá estaban perseguidos.

- ¿Qué rol cree que tuvieron los medios de comunicación durante la dictadura?
- Hubo medios que fueron francamente colaboradores mientras que otros estaban muy controlados y perseguidos. Entonces debían cuidarse mucho. Hubo excepciones: el (periódico) Buenos Aires Herald, por ejemplo, porque había un temor internacional. Estaba Robert Cox que denunciaba y publicaba todo lo que quería. Pero eran excepciones. Aparte de eso estaban amordazados. También hubo algunos, tenemos nombre y apellido: por ejemplo el diario La Tarde, dirigido entonces por el actual canciller Héctor Tinmerman, que era francamente un apoyo a la dictadura. Hace poco dijo que se había arrepentido.

- ¿Un poco tarde, no?- Si, un poco tarde. (Se ríe)

AQUI NO HA PASADO NADA
Éramos una sociedad que no pedía revancha. Exigía justicia. Aquel fallo había significado el comienzo de un claro día de justicia y exorcizaba para siempre la idea de que “el silencio es salud”. El fallo conseguía que treinta mil desaparecidos se constituyeran en treinta mil historias recuperadas para el devenir de la historia. Leyes posteriores, como las de “punto final”, “obediencia debida”, hasta el infame indulto, no lograban evitar la condena social por los crímenes de lesa humanidad que vieron la luz durante aquel histórico juicio, hoy ocultado y ninguneado por el poder. Porque para el gobierno en ejercicio, la defensa de los derechos humanos comienza en marzo del 2004 con la teatralidad de descolgar un cuadro en el Colegio Militar.
Promediando la década del 80, los genocidas eran bestias cebadas, sedientas de revancha y sabedoras del terror que aún provocaban en la sociedad.
En cambio, a comienzos del nuevo milenio, esas bestias son solo animales viejos y desdentados, temerosos de la mirada acusadora de una sociedad que no olvida, con la proximidad de una muerte sin la gloria soñada.
Hoy la historia se cuenta a retazos, dejando afuera lo que no encaja con el relato oficial implantando en la conciencia colectiva el recuerdo ficticio de una abnegada, comprometida e inexistente militancia setentista.

¿Cómo analiza el hecho histórico que lo tuvo como uno de los principales protagonistas, 26 años después?
Es importante la pregunta. Yo considero que es el hecho más importante de toda la historia de nuestro país, con prescindencia de que lo hayamos hecho nosotros. Siempre digo, que alguien lo hubiera hecho mejor o peor. Pero tuvimos que hacerlo. Es la única vez que se sentó en el banquillo de los acusados a quienes detentaban la suma del poder público. No se olviden que, pese a que había un gobierno democrático, la mayoría de los represores estaban en la plenitud de sus poderes todavía. El hecho es único. Es tan único que de no haber existido ese juicio no hubieran podido existir los de ahora, de lo que tanto se vanaglorian algunos funcionarios.

Parece que todo hubiera empezado hace cinco o seis años. Hacen borrón y cuenta nueva.
Si, si. Lo desconocen a propósito porque no se lo pueden apropiar. Por eso lo ignoran. Yo les doy un dato, cuando se inauguró el Museo de la Esma, el ex presidente Kirchner dijo que la democracia estaba en deuda desde hacía 20 años con los derechos humanos. Ignorando totalmente que había existido un juicio.
El año pasado, cuando se cumplieron 25 años del juicio, muy pocos medios lo recordaron.
En Capital, Clarín y Nación, actuales enemigos del gobierno, le dieron una cobertura muy amplia, fueron los únicos prácticamente. Es una cosa alarmante que esto se desconozca. Es un juicio único en la historia. Nunca hubo una cosa así.
Se podría hablar de Núremberg pero fue diferente.
Es muy diferente porque fíjese, en el juicio de Núremberg, este juicio partió de las mismas necesidades morales de aquel pero, desde el punto de vista jurídico, fue superior. Fíjese que el juicio de Núremberg fue agriamente criticado nada menos que por Don Luis Giménez de Azua, presidente de la corte de la republica española, un hombre socialista, bien de izquierda. Y en su tratado dice horrores del juicio de Núremberg: tribunal del vencedor, aplicación retroactiva de la ley penal, violación del principio de principio de nulum crimen, nula pena, giemelé. Nada de eso pasó aquí. Fíjese que fueron juzgados por un tribunal que tenia cien años de existencia en el país y por el código penal vigente desde 1922. No fue un tribunal especial ni un tribunal del vencedor. Quiero hacer otra comparación, con el juicio de los coroneles griegos. Ese juicio fue hecho por un tribunal militar y fueron condenados por traición a la patria, nada más. Acá fueron condenados por delitos comunes. Esto fue único en la historia. No es ninguna jactancia. Esto obedeció a una decisión política.
Que no habría que olvidar.
Sí. Exacto.
Tampoco habría que olvidar que Alfonsín, a los pocos dias de asumir el gobierno, declaró nula la autoanmistía de los milicos. Había que estar en ese momento, porque ahora es gracioso.
Usted fíjese que el candidato del que es hoy oficialismo, el doctor Luder, decía que la autoammistia era válida.
Luder era el mismo que había firmado el comienzo de la represión.
Si, si.

SABER PARA NO OLVIDAR
¿Qué opina de la fragmentación que sufren hoy los organismos de Derechos Humanos?
Pasa que algunos equivocaron el camino. Fíjese que hace cuatro o cinco años nomas, ninguno hubiera imaginado la posibilidad de que se hiciese una crítica a algún organismo de Derechos Humanos. Sin embargo hoy la gente los critica. Creo que han equivocado el camino. Algunos se han politizado demasiado. Y si se politizan, se fragmentan.
Doctor, cuando le ofrecieron ser fiscal en el juicio a las juntas, usted dudó un poco.
Lo que pasa es que a mí no me ofrecieron ser fiscal del juicio a las juntas. Me ofrecieron ser fiscal de cámara. Yo no pensaba ni remotamente que ese tribunal iba a intervenir en el juicio.
Yo dude, porque en ese momento era juez de sentencia y estaba muy cómodo allí. Esto era un cambio pero también un ascenso. Un puesto más importante. Y terminé aceptándolo.

Muchos empezamos a enterarnos de lo que pasaba en el país a partir de la derrota en Malvinas…
Exactamente. Otro dato fundamental que creo es merito del juicio, es que la gente empezó a enterarse de ello con el juicio. Mas allá de las sentencia s, y esto es lo más importante, el juicio sirvió para esclarecer. Hoy ni los mismos partidarios del Proceso dudan de que fuera verdad lo que se estableció en el juicio.
Es así, pero ninguno sabía la magnitud del genocidio.
La magnitud no se sabía. Escúcheme, estábamos acostumbrados desde el año 30 a que había un golpe militar. Yo pasé varios. En el 30 no había nacido pero, naci en el 32 así que desde el 43 en adelante, cayeron presidentes como Castillo, Frondizi , Illia. En fin…
Era como algo inevitable.
Exacto, era algo inevitable. Pero nosotros pensamos, y todo el mundo pensó, que este era un golpe más, como aquellos a los que nos tenían acostumbrados. Y que después iba a haber elecciones y nos iban a prestar el poder como tantas veces hicieron. Pero no sabíamos que detrás de esto había un verdadero plan criminal. Y esto se esclareció en el juicio.
Usted en ese momento debió sumergirse en ese horror…
Y por supuesto, tenía que hablar con los testigos y ver los expedientes.
…y ¿qué sensación tuvo al irse enterando de todo lo sucedido?
Fue atroz. Pero hay una cosa también: yo me propuse tomarlo, aunque era muy importante y atroz, como un juicio común, como un juicio penal más. Porque si me comprometía emotivamente con el juicio no hubiera podido llevarlo adelante. Yo ya era fiscal de cámara y estuve el mismo día cuando Ernesto Sábato como miembro de la CONADEP entregaba al doctor Alfonsín el informe del Nunca Más. Ahí comprendí la magnitud de lo que era esto.
Como hacía en lo cotidiano después de cada jornada del juicio, llegaba a su casa, comentaba lo que había sucedido con su familia…
Llegaba a casa, charlaba, lo comentaba. Yo trate de seguir haciendo mi vida común, era muy difícil pero seguí yendo al café de la esquina, continué caminando sólo por la calle; pero no por valentía ni por coraje, ni mucho menos. Sino porque, vea, cuando alguien quiere hacer algo es inevitable. Como dijo alguna vez Balbín: “Yo no tengo custodia porque tengo miedo”. A Indira Gandhi lo mató su custodia. Traté de continuar la misma vida que llevé durante toda mi función judicial.
¿Qué hecho o testimonio fue el que más lo sacudió, el que más recuerda?
Yo recuerdo muchos. Pero, por ejemplo, le puedo dar dos o tres, uno Floreal Avellaneda, un chico que fue hallado su cadáver en jurisdicción uruguaya, en el río, el día que cumplía 15 años, empalado y torturado…




Yo leía por entonces EL DIARIO DEL JUICIO y luego de ese testimonio tuve que dejar de hacerlo porque se me hizo casi insoportable.
Fue terrible, pero hubo otros. Hubo un individuo que relató y causó mucha gracia, nos reímos todos, hasta los jueces. Dijo “Me robaron desde los calzones de mi mujer hasta el magiclick de la cocina”. Después hubo otra señora que dijo: “Señores jueces, a mi hijo lo sorprendieron armando una bomba - no dijo mi hijo era la virgen María- yo quisiera saber señores jueces si mi hijo no merecía un juicio como este. Me devolvieron una bolsa de huesos”. Esos son los testimonios que recuerdo y por supuesto no puedo olvidar.
Durante el juicio a las juntas la sociedad acompañaba y empujaba. ¿Cómo la ve hoy respecto a los juicios que vienen llevándose a cabo?
Vea, está más tranquila. En general, la gente los aprueba, pero no está pendiente de que es lo que pasa como sí lo estaba en aquel tiempo donde había colas para ver las audiencias.
¿Por qué cree que sucede eso?
Bueno, precisamente, porque luego de un juicio tan importante ahora es normal, no es nada extraordinario.
¿No influirá también el uso y abuso sobre el tema que viene realizando este gobierno?
Creo que los están prolongando innecesariamente con una finalidad propagandística. Porque esos juicios hace rato que debieran haber terminado. Hay un proyecto de ley muy viejo, de más de tres años, presentado por los doctores Andrés D´Alessio y Ricardo Gil Lavedra destinado a abreviar estos juicios. Todavía está cajoneado. El congreso jamás los trató. Porque no les interesa abreviarlos. ¿Cómo es posible que Videla deba comparecer hoy en Comodoro Rivadavia, mañana en Córdoba, pasado en Santa Fe? No, esto hay que unificarlo y hacer una condena ejemplar y rápidamente. Y terminar con esto.

"LOS ESCLARECIDOS"
¿Por qué cree que el gobierno sobreactúa en el tema derechos humanos cuando se conoce públicamente que ni siquiera presentaron un habeas corpus y se dedicaron a hacer dinero?
Jamás lo hicieron. Especialmente el matrimonio Kirchner que eran abogados. Le digo, hasta Menem presentó habeas corpus. Yo tuve casi todos los habeas corpus a la vista, jamás vi que se preocuparan. Pero ellos sobreactúan porque les da rédito político. La gente quiere condenas por esos hechos que fueron gravísimos.
¿Por qué creen que nadie les pregunta demasiado sobre esa época?
Esas son cosas inexplicables. Hay ciertos intelectuales que saben claramente que hoy existen hechos atroces de corrupción. ¡Ah, bueno pero ellos defienden el modelo! Entonces, es “apoyo crítico”. Yo no lo entiendo ni tampoco voy a entenderlo ahora. Creo que eso deberían preguntárselo más a un sociólogo que a un abogado.
¿Continúa militando en la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos?
Sí, continúo. La APDH fue el primer organismo y uno realmente apolítico y multipartidario donde confluían distintas tendencias: desde comunistas, radicales hasta demócrata cristianos, de todas las tendencias.
¿Cómo ve hoy a la justicia y el resto de las instituciones democráticas, el parlamento, por ejemplo?
Vea, creo que bastante mal. Todavía tenemos algunos jueces buenos. Pero existen otros atroces, directamente. Algunos ni merecen serlo. Y lo digo con nombre y apellido: el doctor Oyarbide no debería ser juez porque es absolutamente funcional al poder ejecutivo. Esto es grave. Al Parlamento tampoco le tengo mucho respeto. Yo no soy oficialista, estoy con la oposición, pero con cierta oposición. No con una oposición ventajera. Por ejemplo, yo he visto gente que habló incendios de la ley de medios y luego voto a favor. Mucho bla bla ante los medios para después terminar dándole el apoyo al gobierno. Ese tipo de oposición no me gusta.
¿Tiene alguna opinión formada sobre la Ley de Medios?
Sí. Creo que era necesario que se dictara una ley de medios pero no en la forma en que se realizó, porque está hecha nada más que para controlar desde el Estado. Los organismos de control están en manos del Estado.
Pero dicen que, con la nueva ley, mucha gente podrá tener acceso a decir su palabra.
Hasta cierto punto. Cuando no les guste lo que dicen van a quitarle la licencia. Es grave. Yo creo que es una ley mordaza. Hay varios artículos que ya han sido declarados inconstitucionales por la Justicia.
Aparte es una ley enmarcada en la pelea contra Clarín.
Exactamente, y eso es lo grave. Ellos hablan de monopolio pero fue durante la presidencia de Néstor Kirchner cuando se hizo la fusión a favor de Clarín.
Hablando de las instituciones democráticas, ¿le parece que la gente continua creyendo en ellas?
Yo pienso que en general, la gente cree en las instituciones. Pero se van a llevar una sorpresa desagradable porque todas esas instituciones, especialmente las de control, a pesar que el discurso presidencial es “la institucionalización”, están prácticamente anuladas desde el primer día. Porque no se le informa a la auditoría general, se trabó la fiscalía de investigaciones administrativas, el consejo de la magistratura no pudo reformarse. Son instituciones democráticas que están siendo controladas por este gobierno.
Usted abandonó la función pública luego de los indultos.
Sí. Yo era embajador para los derechos humanos en Ginebra. Me había nombrado Alfonsín. Era embajador político y yo cesaba con su gobierno. El presidente Menem mandó un nuevo acuerdo al Congreso confirmándome en el cargo pero renuncié cuando se dictaron los indultos.



¿Cuál fue su sensación en aquel momento?
Sentí una gran indignación, porque la gente confunde ciertas cosas. Hoy, por ejemplo, se equipara la ley de punto final y obediencia debida con los indultos. La ley de punto final y obediencia debida fueron dictadas luego de dos levantamientos militares. Con los indultos no había reclamo ni social ni sectorial, no lo pedían ni los mismos militares. Tengo mi teoría, pienso que el poder ejecutivo, llámese Menem, quiso quedar bien con ciertos factores de poder que estaban de acuerdo con el Proceso de Reorganización Nacional. Y por factores de poder entiendo, sindicatos, la iglesia y ciertos empresarios.
Usted en algún momento afirmó que los Kirchner debían terminar presos luego de finalizar su mandato. ¿Por qué?
Yo creo que se han cometido delitos desde el Poder Ejecutivo y deben dar explicaciones. Se han archivado injustamente los expedientes. Uno de ellos es el caso del enriquecimiento ilícito que fue archivado prácticamente en una semana por el juez Oyarbide.

LEGADOS
Usted ya pertenece a la historia de nuestro país, pero más allá de interpretaciones históricas ¿cómo le gustaría que lo recordaran?
Como un funcionario judicial que cumplió con su deber. Y esto es mucho decir y mucho aspirar, realmente. Yo he tenido jueces de toda orientación política. Y tuve excelentes jueces. Uno de ellos, por ejemplo, fue el doctor Inchausti, yo fui su secretario. Inchausti tenía en ese momento un acuerdo para camarista en el Senado. Y le metieron un habeas corpus nada menos que en favor del Negro Quieto que había sido jefe de las FAP y luego se incorporó a Montoneros. El llamó a los secretarios y nos dijo: "Muchachos yo sé que van a retirarme el acuerdo, pero estoy convencido y tengo que firmarlo". Y lo firmó. Al otro día le retiraron el acuerdo. Se jubiló como juez pudiendo haberlo hecho como camarista. Entonces, me gustaría que me recordaran de esa manera.

El juicio a las juntas fue un corte abrupto, un antes y un después en nuestra historia de mansa alternancia entre gobiernos civiles y de facto. Fue un quiebre para entender lo que vino después. Con toda esa podredumbre saliendo a la superficie ya nadie podía justificarse diciendo que no sabía, que no había que meterse, que algo habrían hecho.
35 años más tarde continuamos transmitiendo la memoria del horror en un país donde no tendremos beso del olvido para aquella madrugada de otoño. Tal vez sea por eso que desde hace muchos años, cuando llega marzo a estas latitudes del sur, se nos hace difícil esquivar ese dolor antiguo recordando aquel grupo de hombres que, en las peores condiciones de acechanza, sentenciaron que secuestrar, robar, torturar y desaparecer tenía un precio ante la historia. Y que humillar y matar nunca podría ser cosa de hombres.

(NOTA APARECIDA EN REVISTA EL COLECTIVO Nº 32- abril/mayo 2011)