
Del número de Mayo elegimos esta poesía de Claudio Simiz:
Buenos Aires, Argentina, 1960
Los hijos
Y mientras el esclavo
y el siervo
y el mensú
y el obrero
engendraban sus hijos,
el amo hacía cuentas
y contaba las monedas de carne encadenada
en su cofre de hierro.
En cambio
el esclavo
y el siervo
y el mensú
y el obrero
danzaban, reían y lloraban
porque sabían que engendraban hombres.
(De De pura chapa y otros versos, Runa, 2000)
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