Revista EL COLECTIVO

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viernes, 19 de marzo de 2010

JEFATURA DE HOGAR FEMENINA EN CONTEXTOS DE POBREZA

POR IVANA MORELLI (1)
Los acontecimientos políticos ocurridos durante las últimas décadas en nuestro país, fundamentalmente desde la última dictadura militar, y su profundización bajo la hegemonía neoliberal de la década del 90, contribuyeron a aumentar la ausencia o abandono del Estado en muchas áreas de su competencia. Este proceso ha provocado un gran crecimiento de la desigualdad social, manifestada en fenómenos tales como la caída estrepitosa de los sectores medios y el crecimiento de la pobreza y la indigencia. A su vez, ha aumentado también el número de mujeres en situación de pobreza que deben hacerse cargo su hogar.

Tal como explica I. Arraigada (2005), esta suerte de “feminización de la pobreza” y las condiciones de vulnerabilidad y privaciones asociadas, con la consiguiente carencia y deterioro de la calidad de vida, se expresa en la precarización de su propia vida y en serias dificultades para poder mejorarla. Además, las jefas de hogares pobres, sufren la discriminación de género, lo cual limita sus posibilidades a acceder a ciertos recursos (como por ejemplo, un buen trabajo), viéndose obligadas a llevar adelante diferentes estrategias de supervivencia.
El concepto de estrategia de reproducción aportado por Pierre Bourdieu (2000), constituye una forma particular de mirar y analizar situaciones vinculadas a la pobreza, la privación y las desigualdades. Según sostiene el autor, las estrategias de reproducción son un conjunto de practicas muy diferentes, por medio de las cuales los individuos o familias tienden, de manera consiente o inconsciente, a conservar o aumentar su patrimonio y mantener o mejorar su posición en las estructuras de las relaciones de clase, constituyen un sistema que, al ser producto de un mismo principio unificador y generador, funciona y se transforma como tal sistema (Bourdieu, 2000: 150).
Para Bourdieu, la esencia de las estrategias depende del volumen actual y potencial del capital económico, capital cultural y capital social que el grupo posee, y de su peso relativo en la estructura patrimonial. Para decirlo más claramente, depende de los recursos propios de cada una de esas mujeres, por ejemplo los ingresos, vínculos sociales, nivel educativo, etc.
Según el mismo autor, las estrategias de reconversión constituyen un aspecto de las acciones y reacciones permanentes mediante las cuales cada grupo se esfuerza por mantener o cambiar su posición en lo social (Bourdieu, 2000: 154). En este sentido, una de las estrategias mas importantes para las jefas de hogar son los planes sociales, los cuales van a constituir la base sustancial de sus ingresos.
Generalmente, estas mujeres son beneficiarias de algún tipo de plan social, y paralelamente también reciben otro tipo de asistencia, como alimentos, vestimenta, medicamentos, etc.

LA ARGENTINA DE LOS ULTIMOS AÑOS

Como se ha explicado anteriormente, en nuestro país, los cambios económicos y sociales provocados por la implementación de las políticas neoliberales comenzaron a manifestarse desde mediados de los ’70, pero encontraron su máxima expresión durante el gobierno menemista.
Desde el inicio de su gestión, el gobierno de Carlos Menem aplicó una serie de políticas neoliberales, como la apertura económica, la privatización de las empresas públicas, la reforma del Estado y la desregulación de los mercados. Esta situación generó una profunda alteración de los principios de organización económica y social del país.
Estas transformaciones exceden lo estrictamente económico: la década del ’90 supuso el surgimiento de un nuevo marco social, atravesado por una fuerte dinámica de polarización, en la cual lo que primero impacta es la dimensión colectiva del proceso de movilidad social descendente, consecuencia del crecimiento estrepitoso de los niveles de desempleo.
Esta situación se presenta aún más preocupante para las mujeres que, en condiciones de pobreza, deben llevar adelante su hogar, haciéndose cargo no sólo de los aspectos económicos, sino también de la crianza y el cuidado de los hijos. Para estas mujeres, es doblemente más difícil enfrentar las situaciones inherentes a la pobreza porque son responsables tanto del rol productivo como del rol reproductivo del hogar: deben traer dinero a la casa y, además, hacerse cargo de su familia, criar a sus hijos y tomas las decisiones.

JEFAS DE HOGAR EN LA ESFERA DOMESTICA: EL TRABAJO Y LA FAMILIA

Cabe destacar que, por un lado, el desarrollo de las jefas de hogar en la esfera domestica, implicaría el único marco posible en el que podrían experimentar la función característica de las mujeres: la reproducción; ya que es donde se sienten llenas e íntegras, siendo que de ellas depende, exclusivamente, el cuidado y desarrollo de sus hijos.
Por otro lado, en lo que concierne al plano laboral, éste ya no puede organizar sus vidas, debido a que la falta de acceso a un trabajo estable y seguro no se presentan sólo como “circunstanciales”. Estas mujeres manifiestan no sólo falta de metas laborales, sino también de metas personales, de estudio, capacitación y demás.
Esta realidad laboral podría explicarse a partir de la idea de que las mujeres de clase baja idealizan el papel de ama de casa y madre de tiempo completo, constituyéndose la maternidad como el rol principal (y a veces prácticamente único) a cumplir en sus vidas. Catalina Wainerman (2005) afirma que estas mujeres priorizan el rol de la mujer a la dedicación de los niños por sobre las responsabilidades laborales (Wainerman, 2000: 54). A pesar de ello hay una serie de condicionantes que van más allá de lo que se señala. Evidentemente, hoy estamos frente a un mercado laboral que frustra las expectativas sociales, lo que hace que un número significativo de hombres y mujeres ahonden sus condiciones de exclusión, al tener dificultades para acceder al mercado de trabajo en sentido amplio.
En relación a las trayectorias laborales, estas son con frecuencia discontinuas, ya que muestran grandes períodos de ausencia del mercado de trabajo, y empleos intermitentes.
Esta discontinuidad de trayectoria laboral, conlleva, a su vez, una pérdida de lo que Pierre Bourdieu llama “capital social”, debido a que su red de relaciones, sus vínculos, son muy débiles, cada vez más reducidos al ámbito familiar.

ESTRATEGIAS DE SUPERVIVENCIA

Los planes sociales, como ya se mencionó anteriormente, constituyen una de las estrategias de reproducción principales de las jefas de hogar. Sin embargo, no hay que olvidar las limitaciones que imponen los planes sociales como medio o a través del cual se producen los ingresos en el hogar, ya sea por las dificultades de accesibilidad a los mismos o por los pocos recursos económicos que brindan.
De esta manera, las jefas de hogar se ven obligadas a desarrollar también otras estrategias para sobrevivir, y aquí es donde aparece la familia como ayuda fundamental en estos hogares.
La asistencia por parte de la familia más cercana (como padres, hijos, hermanos, tíos, etc), no sólo de índole económica, sino la colaboración para el cuidado de los hijos, la participación en la toma de decisiones del hogar, etc, se vuelve indispensable en este tipo de hogares, reforzándose así los vínculos familiares. Son precisamente esos lazos de intercambio y ayuda los que permiten sobrellevar la subsistencia cotidiana. No obstante, G. Le Blanc (2007) considera que esa vida social cotidiana es altamente frágil, atento a la vulnerabilidad social engendrada por la ausencia de trabajo (Le Blanc, 2007).
En resumen, en ausencia de una trayectoria laboral continua y todo lo que ello implica, los lazos sociales más fuertes y duraderos que construyen estas mujeres a lo largo de sus vidas, son con los familiares más directos, con quienes se interrelaciona constantemente. De ahí que la disminución del capital social en estos hogares provoca, en este contexto sociocultural en el que están inmersos, tramas relacionales y lazos sociales muy débiles con otras personas que no sean del ambiente familiar..

MADRES.."A TIEMPO COMPLETO”

Como se ha mencionado con anterioridad, las jefas de hogar se dedican casi con exclusividad a las tareas del hogar y al cuidado y crianza de sus hijos. S. Kuasñosky y D. Szulik (2002), afirman que la vida cotidiana de estas mujeres transcurre dentro del hogar, siendo éste el ámbito privilegiado de sociabilización (Kuasñosky y Szulik, 2002: 150).
Según los mismos autores, estas mujeres jóvenes repiten la experiencia de sus madres, es decir, sus conductas no manifiestan un quiebre generacional. Posiblemente esta situación tenga que ver con la gran importancia que adquiere en estas mujeres la sociabilización primaria. Al parecer no existe un proceso de sociabilización secundario considerado, que permita pensar en alternativas al mandato familiar (Kuasñosky y Szulik, 2002: 155).
Estas mujeres, al no circular prácticamente por instituciones como la escuela, y al tener una participación casi nula en la esfera pública, permanecen en la esfera doméstica, identificándose con los esquemas motivacionales e interpretativos internalizados fundamentalmente, en el ámbito familiar.
Las jóvenes que deben hacerse cargo de su hogar, definen un nuevo modo de interacción con las demás y cambian sus identificaciones. En este reacomodamiento, sus amigos irán ocupando un espacio cada vez menos significativo, en tanto que su familia tendrá un lugar central en el nuevo capitulo de sus vidas.
Podemos hablar, entonces, de que el proyecto de las jefas de hogar se construye sobre al base de dos roles principales: ser madres y “dueñas” de hogar . Las mujeres asumen estos espacios como propios y legítimos. Sus vidas cotidianas transcurren en ellos, siéndoles casi imposible pensar o pensarse en relación a otros espacios o roles. En algunos casos, estas mujeres no tienen un espacio propio de crecimiento personal (…). Esta invade sus ámbitos más íntimos, incluso sus cuerpos están subsumidos en esta relación: se privilegia el rol productivo, despojándolo de placer. Aceptan su reclusión a la esfera domestica, es allí donde se sienten plenas, integras: mujer (Kuasñosky y Szulik, 2002: 153).

ALGUNAS CONCLUSIONES FINALES

Podemos concluir afirmando que la pobreza en sí misma constituye como tal un fenómeno complejo. Es un obstáculo insalvable para la sobrevivencia, y también para la participación plena en la vida social. No obstante, esta situación se encuentra agravada para las mujeres que, además de ser pobres, deben enfrentarse al mantenimiento de un hogar, a la crianza de los hijos y a la toma de decisiones de la casa. Frente a la dificultad de conseguir un trabajo cuando deben hacerse cargo solas de sus hijos, los planes sociales constituyen una ayuda económica muy importante, pero no alcanza. Así, estas mujeres deben recurrir a su familia, la cual se transforma, en estas situaciones, en un pilar fundamental para poder sobrevivir. De esta manera, los lazos con las familias se fortalecen y solidifican, paralelamente a la desintegración de los lazos extra- familiares.
En todo caso, las sociedades deberán volver a difundir las formas sociales deseables, a efectos de encontrar los equilibrios de seguridad y protección para un número significativo de personas. Vale aclarar, sin que tal vez sea necesario, que esta discusión, es de carácter inminentemente política y está relacionada a sujetos en condiciones de desigualdad social. De no poder avanzar en este sentido, no sólo será imposible alcanzar una sociedad diferente, sino que muchos de los hogares serán, como plantea Simmel, extranjeros y, como tales, distintos a los demás.

(1) Estudiante de la Licenciatura en Sociología (UNL)

Bibliografía utilizada:

 Arraigada, Irma (2005), “Dimensiones de la pobreza y políticas desde una perspectiva de género”, Revista de Cepa, Nº 85, 2005.
 Bourdieu, Pierre. La Distinción. Criterios y bases sociales del gusto, Taurus, España, 2000.
 Le Blanc, Guillaume, Vidas ordinarias vidas precarias. Sobre la exclusión social, Nueva visión, Bs. As., 2007
 Simmel, George, Sobre la individualidad y las formas sociales, Univ. De Quilmes, Bs. As., 2002
 Wainerman, Catalina, La vida cotidiana en las nuevas familias. ¿Una revolución estancada?, Lumiere, BS. As., 2005.

Este trabajo será publicado en la revista EL COLECTIVO Nª 29

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Excelente trabajo. Gracias por darlo a conocer.
Cesar

Anónimo dijo...

Salud amigos colectiveros.
Amanda desde Córdoba

Liliana Peraza.. dijo...

Bien interesante!!! el texto de la "jefatura de hogar femenina..." de Ivanna morelli; Ojala y en mi próxima visita a Parana pueda tener este No 28 de la revista...FELICIDADES Y MAS EXITOS!!

EL COLECTIVO dijo...

Liliana, avisanos cuando andes por acá. El Texto de Ivana estará incluido en el 29. Muchas gracias por escribir. Te dejamos un abrazo.