Revista EL COLECTIVO

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lunes, 17 de septiembre de 2007

LA UADER SIGUE EN PIE POR LA LUCHA ESTUDIANTIL


La Universidad Autónoma de Entre Ríos (UADER) se fundó sobre la base de las carreras del Instituto Superior del Profesorado (nivel terciario). En el año 2000, por iniciativa del entonces gobernador de la provincia de Entre Ríos, Sergio Montiel, se crea la universidad. La UADER inició las cátedras en sus cinco facultades, con sedes distribuidas por toda la provincia, en mayo de 2001, con una oferta académica de carreras universitarias con títulos de alcance nacional; el pueblo entrerriano, apostando por su futuro, se volcó masivamente a las aulas, inscribiéndose en las numerosas tecnicaturas, traductorados, profesorados, licenciaturas e ingenierías, aceptando la propuesta del Estado provincial, confiando en su palabra.
En mayo de 2003, en plena campaña electoral por la gobernación, el candidato del PJ, y hoy gobernador, Jorge Busti, puso en el tapete la cuestión de la Universidad. Se le reprochó, al en ese entonces gobernador Sergio Montiel (UCR), haber creado una universidad inviable, cuyos trámites legales, ante la CONEAU y el Ministerio de Educación de la Nación, estaban retrasados y serían casi imposibles de aprobar. Al mismo tiempo, y dentro del marco de sus propuestas electorales, Busti prometió al pueblo entrerriano sacar adelante la Uader; esto ponía en evidencia la utilización política que se estaba haciendo de ella, y, fundamentalmente, de los estudiantes, docentes, padres, y de todo el pueblo entrerriano; ambas partes intentaban sacar réditos (léase votos) para las elecciones. La UCR declaraba que el PJ terminaría con ella; estos últimos, prometían defenderla, intentando quedar así como los “salvadores” de la educación y del pueblo. Lo que quedaba claro para todos, era que ambas partes jugaban con el futuro y las ilusiones de 20.000 entrerrianos; en este conflicto electoral, había solamente malos, malos que prometen beneficios para el pueblo, y que una vez en el gobierno, le dan la espalda aplicando las políticas neoliberales .
Luego de las elecciones, llegamos al 2004, donde, aduciendo recomendaciones de la CONEAU y del Ministerio, el rector Mario Mathieu (varias veces funcionario de los gobiernos del PJ), suspendió las inscripciones al primer año de todas las licenciaturas e ingenierías. Estudiantes, docentes y pueblo entrerriano, luchando unidos, movilizados en marchas y asambleas que fueron tapa en los diarios locales, consideraban que con esa medida se iniciaba un plan de vaciamiento de la Uader, que posiblemente concluiría con su desaparición. Se reclamaba el levantamiento de la suspensión de las inscripciones; se reclamaba, y se exigía, el cumplimiento de la oferta realizada por el Estado entrerriano en el 2001, oferta de carreras universitarias con calidad y excelencia, no depreciadas como parece que pueden terminar siendo los profesorados y las licenciaturas, si es que sobreviven. La Uader no es de un gobierno o de otro, la universidad es del pueblo entrerriano, que les reclama a sus gobernantes, a los anteriores y a los actuales, que cumplan con sus promesas.
Pero la cuestión de fondo es una cuestión política. La Uader es la universidad del pueblo entrerriano, es la universidad donde pueden estudiar todos, es la universidad de los pobres, de los excluidos, de los marginados. En ella, estudian desde los chicos recién salidos de la secundaria, hasta los grandes, que, gracias a la flexibilidad de horarios de algunas carreras, pueden estudiar a la noche luego de trabajar (si tienen la suerte de hacerlo) todo el día. Estudian los bancarios y los piqueteros, estudian los ya profesores y los cartoneros, estudian las madres, estudia el pueblo.
Esta lucha culminó con la reapertura de la inscripción a las licenciaturas; se perdieron las ingenierías, pero evidentemente lo que se logró es instalar que no es viable una universidad sin carreras que apuntalen fuertemente la investigación, principal bastión de las universidades públicas argentinas.
Desde diciembre de 2006 comenzó otra disputa en la arena política de la Uader, en diversas sesiones del Consejo Superior Provisorio, se menciona, dirime, evade el tópico siguiente para lograr la normalización de la Universidad: los concursos abiertos de antecedentes y oposición. Aparecen distintas propuestas, una de las cuales es presentada por los consejeros superiores del claustro alumnos y una lista de consejeros superiores docentes que constituyen una minoría, la otra propuesta es presentada por los decanos y los consejeros docentes que constituyen la mayoría. Desde diciembre hasta junio se suceden varias sesiones de Consejo Superior en las cuales nada se resuelve. El día 5 de junio se realiza una toma simbólica del rectorado de la Uader, dado que no se trata el tema álgido de los concursos abiertos. En la sesión correspondiente al 28 de junio, sin terminar la lista de oradores y sin dar tratamiento a la propuesta de la minoría, se resuelve aprobar la propuesta de la mayoría de forma espuria. Levantan la mano los consejeros de la mayoría y se retiran los consejeros representantes de la minoría. En medio del espectáculo bochornoso, se decide la toma del rectorado, una docente sufre un desmayo y los consejeros que iniciaron la medida de acción directa llaman a un servicio médico para que la asista. A partir del 28 de junio en la sede de rectorado se realizan actividades culturales, de formación, recitales, así como también asambleas diarias a las 20 horas. Para el sostenimiento político y económico de la toma se distribuyeron responsabilidades y comisiones pertinentes en las cuales los miembros decidían las cuestiones inmediatas para luego volcar los avances, decisiones y novedades a la asamblea plenaria. El día 29 de junio, las autoridades de las facultades de la Uader, cierran las sedes, tomando medidas sólo comparables a las de los generales de la Dictadura. Se realizan tres marchas de antorchas, la primera y la segunda desde la plaza central hasta el rectorado; la tercera se dirige desde la sede de rectorado hasta la casa de Gobierno, dado que se entiende desde la asamblea que las verdaderas autoridades de la Uader son el gobernador y los funcionarios provinciales entrerrianos. Se acompaña a los docentes en una marcha por reclamos salariales que llevan a cabo todos los gremios estatales, solidarizándonos con ellos y sumando nuestro reclamo al de todos los trabajadores en lucha. El día 14 de agosto se resuelve en la Asamblea de Estudiantes, Docentes y Autoconvocados en Defensa de la Uader suspender la medida de fuerza (toma del rectorado) si se da un acuerdo en tres puntos firmado por las partes en presencia del mediador. Para la suspensión de la medida de fuerza se toman en cuenta los siguientes motivos: cambio del escenario, mediación en substanciación, imposibilidad de acordar con la otra parte sosteniendo la acción directa, etc. El día 15 de agosto por la tarde los representantes de la Asamblea de Estudiantes, Docentes y Autoconvocados en Defensa de la Uader firman el acuerdo, así como también es refrendado por los representantes consejeros superiores y autoridades institucionales de la Uader. En la asamblea del 15 de agosto se delinean los puntos más importantes del plan de lucha. Quedan acordadas las próximas asambleas en las distintas sedes de las facultades de la Uader. El día 16 de agosto a las 11 hs. se levanta la toma, para ello se convoca a conferencia de prensa presentando los motivos de la suspensión de la medida de fuerza.

Después de casi 50 días de toma de rectorado de la Uader, se evalúa que es necesario cambiar de herramienta de lucha, se proponen asambleas rotativas en todas las facultades de la Uader, clases públicas y espacios de formación, así como también la reunión de la comisión ampliada que analizará los pasos a seguir por partes de los representantes de la asamblea en la mediación.
Tomando las palabras de otro estudiante de Filosofía, Mario Castaldo, nuestra lucha es contra las autoridades del gobierno de Entre Ríos que manejan esta provincia como un feudo. Gobierno que ha vendido los terrenos que pertenecían a una escuela rural a Etchevehere, el dueño de “El Diario”, medio gráfico con mayor tirada de la provincia, sin importarle en lo más mínimo la suerte que correrán los alumnos entrerrianos que concurren a esa escuela. Tan importante resulta la educación de los gurises que es necesario quitarle hasta los edificios escolares para mejorar su calidad educativa. En esta línea se inscribe el conflicto que han encabezado los miembros de la Asamblea, puesto que sabemos de lo que son capaces los gobernantes si no se los enfrenta. Sabemos que no retroceden ante nada, ni siquiera ante lo más preciado que dicen defender, es decir la educación pública. Nuestro conflicto tiene el eje de los concursos ordinarios para lograr la normalización de la Uader, pero no se acota allí, hoy los concursos, mañana será por los edificios propios, y no dejaremos que nos atropellen las autoridades de turno. Pues nuestra apuesta es por la educación pública de calidad para todos los entrerrianos, no queremos ser una universidad que no tenga posibilidades de subsistencia, no queremos que haya anuncios que digan: ‘graduados de la Uader abstenerse’.
Actualmente, fines de agosto, estamos en el proceso de mediación que es encabezado por el doctor Carlos Pérez Rasetti (funcionario de la Secretaría de Política Universitaria), las dos partes que se presentan son: La asamblea de docentes, estudiantes y autoconvocados en defensa de la Uader y los docentes por la mayoría del Consejo Superior.
Es preciso contextualizar esta lucha. A los protagonistas de esta toma y de la continuidad de esta disputa no nos es ajena la situación de las universidades a nivel nacional. Las elecciones de rectores a puertas cerradas y de espaldas a los estudiantes como fueron por ejemplo las de la UBA, la de la UNLP, etc, nos alertan acerca de la intenciones políticas y académicas de las camarillas dirigentes de las universidades públicas. Quieren legitimarse a cualquier costo, ya sea infringiendo leyes, actuando incluso contra la democracia y transparencia que suponen los comicios universitarios. Por eso es que inscribimos nuestra lucha en el clima político vivido por el movimiento estudiantil argentino. Queremos que nuestro proceso se propague y se difunda puesto que es lo único que puede sostener este conflicto. Sabemos que aislados no lograremos la universidad al servicio del pueblo que buscamos como estudiantes provenientes de las clases populares.
No queremos más universidades al servicio del poder hegemónico, no queremos ser trabajadores calificados trabajando en pasantías gratuitas al servicio de las multinacionales, queremos construir una universidad en la que toda se discuta, una universidad que forme profesionales transformativos y dispuestos a cuestionar, crear, discutir y repensar todas sus políticas y metodologías. Por eso es que nuestra lucha es por la educación pública y gratuita, por la excelencia académica, por la investigación y por una verdadera extensión universitaria; cuestiones que nunca se lograrán sin los concursos abiertos de antecedentes y oposición.
Valeria Canoni (estudiante Filosofia Uader)
Publicado originalmente en www.mateamargo.org

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