Revista EL COLECTIVO

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domingo, 16 de octubre de 2011

"LA GLOBALIZACION ENMUDECE LA CULTURA DE NUESTROS PAISES"

CHARLA CON LA CANTAUTORA LIUBA MARIA HEVIA
Por Osvaldo Quintana


El silencio en el Teatro 3 de Febrero es impresionante. En el escenario van pasando ballenatos, tangos, guajiras y milongas interpretados por una voz muy dulce y especial aunque prácticamente desconocida por estos lares. Es que, la cantautora cubana Liuba María Hevia, parte integrante de la Nueva Trova junto a músicos como Silvio Rodríguez y Pablo Milanés, ha logrado cautivar a una audiencia que se pregunta en donde ha estado todo este tiempo.

Da gracias al cielo cuando comprueba que no llevo conmigo ninguna cámara de televisión sino tan solo un mísero grabador y encima con pocas pilas. Hace sólo unos instantes que Liuba ha finalizado su recital donde estuvo acompañada por el guitarrista José Guerra. Es la primera gira que realiza por nuestro país y la cantautora cubana esta con cansancio atrasado. No hemos parado un segundo, confiesa resignada. Minutos después, ya más distendida, enciende su primer cigarrillo.


¿Por qué elegiste el canto?
Bueno, yo no sé si lo elegí...o él me eligió a mí. Porque yo me recuerdo desde niña jugando. En mis juegos siempre aparecía de una manera u otra, el canto. Hacíamos una especie de concursos de cantantes, jugábamos a los cantantes. Ese tipo de juego que suelen tener los niños. Y ese juego era muy reiterado, me gustaba mucho, siempre me llamó la atención la música y sobre todo la magia de cantar. Y desde los ocho años empecé cantando.
¿Y la composición?
La composición vino un poquito después. A los 13 años aproximadamente hice mis primeros intentos, pero a los ocho empecé a tocar un poquito la guitarra. Y, bueno, por supuesto que las canciones que después fui cantando son muy posteriores. Yo canté siempre: en la escuela cantaba mis canciones cuando las iba escribiendo. Cuando yo las cantaba lo hacía para probar como estaban, las cantaba temerosa y muchas veces no decía que eran mías. Hasta que de a poco me fui acostumbrando a decirlo y participé en festivales en la escuela cantando mis canciones, como mucha gente en Cuba. El cubano es netamente trovadoresco, ama mucho lo que es la canción y sobretodo la canción con la guitarra.
¿Cuáles fueron tus maestros?
Fueron muy disímiles. Yo pienso que los más importantes fueron la Nueva Trova, Silvio, Pablo...Serrat. Las corrientes latinoamericanas que llegaban a Cuba en los setenta influyeron mucho en mí. Yo era una niña ( nací en Diciembre de 1964) y escuchaba mucha música latinoamericana, muchos grupos que sonaban en ese tiempo: canciones de Violeta Parra, Victor Jara. Ellas fueron conformando un gusto estético a un determinado tipo de canción.
¿La canción política también está presente en tu repertorio?
Sí, pero no es un planteamiento directo el que yo me hago. Yo compongo lo que siento, lo que me sale, y creo que el tema social siempre está incluido dentro de esto. Es una de las características de la canción cantautora, ¿no?
¿Cómo viven los músicos en la isla?
Yo hace 21 años que me dedico a la música y vivo de ella. Más que vivir de la música, vivo para la música. Yo soy una mujer obsesiva. Desde que me levanto hasta que me acuesto estoy generando cosas, siempre tratando de hacer lo mejor posible mi trabajo. Y así hay mucha gente que vive de la música, también en Cuba. Que se dedican a la música. No es como en otros sitios, donde he conocido grandes artistas que hacen su trabajo muy bien pero tienen que acudir a otros oficios además de la música. En el caso nuestro tengo que reconocer que los cubanos somos privilegiados en ese aspecto, porque hemos elegido una carrera que podemos hacer y tenemos el apoyo del Ministerio de Cultura y de las Escuelas de Artes
Hay varias Escuelas de Arte. De hecho, de la Escuela Nacional de Arte se gradúan todos los años un buen grupo de jóvenes músicos. Yo creo que hay más músicos de la cuenta. Porque el cubano es muy musical por naturaleza.

Nunca podré escapar de mi niñez, revela en uno de los temas pertenecientes a Ángel y Habanera, su último trabajo discográfico. Así es que el recital entrelazara amores, sueños y ausencias junto a aquellos recuerdos de la infancia, sus abuelos, sus maestros. Incluyendo, por si quedaran dudas, aquellas canciones para chicos que su voz recrea de una manera singular.

¿Cómo llegaste a interpretar canciones infantiles?
Bueno, a mí siempre me gustaron las canciones infantiles y tuve la dicha de tener unos padres que me hacían escuchar, me inducían a escuchar música infantil a través de los programas radiales y televisivos. Escuchaba canciones de Teresita Fernández, una señora que quiero mucho y que desgraciadamente no se conoce demasiado en algunos países de América. En España se conoce un poco y en Cuba es adorada por muchas generaciones de cubanos. Maria Elena Walsh también escuchaba, afortunadamente, una de las grandes compositoras para niños, el mejicano Gavilán Soler y, bueno, todo ese tipo de música que siempre me gustó. Yo trabajé a los 18 años como profesora de terapias musicales en una escuela especial. ¿Qué son las escuelas especiales? Son escuelas creadas por el Ministerio de Educación para niños que tienen problemas de conducta, que tienen lentitud en el aprendizaje por situaciones casi siempre familiares. Muy particulares. Y reciben varias asignaturas especiales. Una de ellas es la música. Pero más que el trabajo teórico, es un trabajo de estar con ellos, de montar canciones, de enseñarles temas, coloridos de canciones. Ese fue mi primer contacto con la canción infantil, a la hora de interpretarla. Luego conocí a Ada Elba Pérez, en el año 88. Y ella compuso un grupo de canciones para que yo las cantara que hoy son parte de mi repertorio. Canciones muy conocidas en Cuba, que se hay publicado también en España y ahora en México. Y que nos ha dado mucho placer hacerlas.

¿Cuántos discos tenés grabados?
Seis discos.

¿Y cuantos se editaron en nuestro país?
Ninguno. Mi primera visita a la Argentina es esta. Y uno de los planes que hay con el grupo de personas que quieren apoyarnos, que son muy solidarias con Cuba y sus artistas, es tratar de lograr que los discos estén por acá. Están en varios sitios: en España, México, Cuba. Acá no. Sólo hemos traído unos pocos que mandó la discográfica con la que estamos ahora que es una discográfica cubana. Y esa es la idea. Es una manera de estar un poquito presentes, porque hemos empezado prácticamente de cero aquí. No nos conoce absolutamente nadie, sólo algunos cubanos y personas como Eduardo (Rodríguez, productor del espectáculo), gente que ama la Trova, esos son los que han puesto un granito de arena. Con un resultado que sí se ve, porque en algunos conciertos me han pedido canciones que están incluidas en mi discografía, que son canciones mías y que no tienen por que pedirlas si no han oído los discos. La idea es tener un poquito más en serio la presencia del disco para poder darnos a conocer.

¿Cómo está la situación social en Cuba?
La situación económica no está bien, por el bloqueo que sigue aumentando. Pero siempre estamos tratando de buscar alternativas para mejorar. Sobretodo para cuidar los valores de las cosas que se han logrado en salud, en la educación.
¿Has hecho giras por distintos lugares del mundo?
Sí, como no. He estado en Colombia, Bolivia, Venezuela, Nicaragua, Perú. En España, en Francia, en Suiza. En países de África, también.
¿Qué recepción has tenido?
Generalmente la gente es muy amable con la música cubana aunque no conozca el trabajo directamente. La gente se identifica bien con la canción cubana por toda la historia que tiene, ¿no?
En estas giras que has hecho tuviste posibilidad de conocer otras realidades. ¿Cómo has visto al mundo?
De la cabeza, como dice Enrique Santos Discepolo. Un desastre. Pero hay que cantar y hay que hacer cosas. Cada uno en su oficio. A mí siempre me llama la atención y me genera curiosidad conocer la gente, la cultura de los países. Por ejemplo de aquí me gusta conocer gente como el Zurdo Martinez que me enamora cantándome unas chacareras, por ejemplo. Y defendiendo las cosas autóctonas. Creo que es importante tener personas como él. Y gente así hay en todos los sítios:a veces son los menos, porque la globalización daña también el tema de la cultura, va enmudeciendo a los países. Pero siempre que haya gente así, que defienda esos valores y que los muevan, vale la pena.
¿Compones durante las giras?
Me ha pasado en algunos momentos. Pero, por ejemplo, en este no me ha ocurrido. Aunque estoy muy conmovida soy una mujer muy dada a la inspiración. Y tampoco he tenido un minuto. Hemos estado moviéndonos todo el tiempo.
Recién recordaste al Zurdo Martínez a quien le dedicaste un tema que hablaba de los sueños. ¿Cuáles son los tuyos, hoy?
Quizás los que tiene todos: que las cosas mejoren en el mundo, que la gente pueda sentirse mejor. Yo digo: cada cual en su espacio, aportando su pequeño granito de arena. Yo, tratando de hacer mi parte, realizando mi trabajo lo mejor posible y sintiendo, sobretodo, que tiene alguna utilidad. Más que el adorno y la búsqueda de la belleza, lo que más me interesa es sentir que hay un poco de utilidad en lo que hago. Y, en definitiva, creo que por eso es que canto.

Entrevista aparecida en EL COLECTIVO Nº 4- abril-mayo de 2005

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