Revista EL COLECTIVO

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domingo, 30 de octubre de 2011

"TENEMOS TODA UNA HISTORIA Y UN PRESENTE QUE NO SE ESTÁ DICIENDO"

CHARLA CON EL MÚSICO PABLO SUÁREZ
Por Osvaldo Quintana
Fotos: Santiago Fiorotto



La historia oficial como una acumulación de mentiras y omisiones. Genocidios silenciados en nombre de una identidad instalada desde afuera. Calles, plazas, libros de historia con nombres de próceres de manos ensangrentadas. Supo existir en nuestro país una población negra desaparecida en nombre de esta identidad. El Barrio del Tambor existió en Paraná hasta mediados del siglo 19 y su historia tiene que ver con la esclavitud y el intento de borrar una cultura que nunca se fue del todo. Una cultura que aflora en narraciones orales y en rostros negados, que reflota en la reivindicación de una identidad colectiva, en las luchas del presente, en el rescate de toda una parte de la historia. . En esa búsqueda anda el músico Pablo Suárez, uno de los fundadores del llamado Contrafestejo, esa celebración popular que se realiza desde hace siete años en el Pasaje Baucis de Paraná, donde el repicar de los tambores en cada 12 de Octubre parece decirnos que hay cosas que siempre vuelven desde el fondo de la historia. Porque continúan hablando de nuestro presente.

Soy de los que piensan que los tremendos problemas que tenemos los argentinos y en general los latinoamericanos son culturales, que acarrean problemas económicos .La pobreza es uno de los más visibles. Hablo de cultura como otra forma de pensar la vida, de entenderla. En esta manera de vivir totalmente individualista se va perdiendo cada vez más la solidaridad, las posibilidades de ayudarnos. Lo vemos en nuestras propias vidas. El medio te lleva de una manera muy fuerte a eso. No tenemos referencias ni ejemplos de que otra forma de vivir porque es tan fuerte el modelo hegemónico. Todos están viendo una misma realidad que, por cierto, no tiene porque ser la única ya que es una realidad construida.
Pablo Suárez es músico, orilla los 33 años y se nota que el tema lo apasiona. Coloca sus manos detrás de la cabeza y se echa para atrás en la silla. Dice que su formación empezó desde temprana edad y que en su casa materna la música flotaba en el ambiente. Cuenta que a los nueve comenzó su aprendizaje de la flauta dulce y, años después, paso a la traversa. Los tambores todavía no entran en escena.
Nosotros tenemos toda una cultura impuesta, muy arraigada.La cultura occidental y cristiana apunta a lo individual, a la puja de sobresalir por encima de los demás. Y el arte tampoco está exento: “soy exitoso en la medida que sobresalgo yo”.
Suárez prepara el mate. La pila de casettes y CDS muestra sus gustos variados: folklore, rock nacional, música centroamericana y, claro, candombe.
¿Cuándo aparecen los tambores en tu vida?
Cuando finalizo la secundaria decido estudiar Arquitectura. Mi inclinación por la música era más fuerte pero pesaba mucho aquello de que había que buscar una profesión que te diera un título y cierto status social. En realidad, la música me dio muchas mas posibilidades de entrada. Y como quien no quiere la cosa, de a poco iban saliendo laburos, te tiraban unos mangos y tocabas. Entonces, medio como que me escapé. Estuve viajando tres meses y pico: me fui por la costa del Pacífico hasta Colombia, recorrí muchos lugares teniendo experiencias muy fuertes. Volví decidido a dejar la carrera y a ponerme de lleno a estudiar música: flauta, piano y, de a poco, empecé a participar en grupos de percusión. Ahí comencé a descubrir toda una parte social e histórica que desconocía. Cuestiones sociopolíticas relacionadas con lo cultural: la historia de la esclavitud y las consecuencias de esa historia tan olvidada, de la marginalidad y la relación de la cultura con eso. A través del tambor y de la música me fui encontrando con todo aquello”.
Pablo cita a un autor llamado Emilio Corbiere quien habla de una historia asentada sobre 4 genocidios. El primero de ellos, el de la población negra, un exterminio planificado para eliminar la población indeseada. Dice que todo aquello lo llevo a interesarse por el candombe uruguayo. Me metí mucho en el tema y viajé a Uruguay unas once veces en dos años. Estuvimos por mas de un mes viviendo en Montevideo, estudiando, tomando clases, tocando y conociendo mucho el ambiente, gente de muy de adentro de la cultura candombera: compositores, vedettes, bailarines, músicos. Fue como ir a meterse en el medio de la cultura del candombe. Volvimos con mucha energía y, en el año 2000 empezamos a enseñar y armar un primer grupo que fue el de tambores de candombe uruguayo. Los otros que estuvieron en ese viaje fueron Diego Sánchez, Judith de León y Juampi Francisconi. Judith después de ese viaje se fue a vivir a México y recién volvió ahora. Juanpi estuvo un tiempo y después se fue a vivir a Buenos Aires. Y con Diego seguimos trabajando un buen tiempo. Después cada uno por su lado. Ahí nació este primer grupo que empieza a participar en el Contrafestejo. Y comienza a armarse esta movida con una visión más comunitaria.
CONTRAFESTEJO
Según sus organizadores, el Contrafestejo es “una fiesta de carácter popular que celebra la multiplicidad de formas de vida existentes en nuestro continente a pesar de la colonización arrasadora a sangre y espada, de lenguas, costumbres, religiones, misticismos, para instaurar una forma única de ver el mundo”.
La idea del Contrafestejo surge casi simultáneamente entre Conrado Febles y yo. Conrado estaba aprendiendo en los talleres que dábamos y andaba con la misma idea. Yo volví del Uruguay con la inquietud porque allá se hacía una cosa importante con tambores para el 12 de Octubre, los candomberos salían a tocar como una oposición a la historia oficial. La cosa enseguida tomo fuerza. Empezamos a hablar con otra gente que se involucró mucho. Y ese primer año de la nada salió una cosa fuerte. Era algo que estaba latente y, cuando salió, tuvo mucha fuerza. Al principio fue una cosa del grupo de Tambores y hoy hay muchas mas personas involucradas. En este momento tenemos más gente del lado del ecologismo y la militancia política, de distintos grupos culturales, gente de teatro. Trascendió por lejos el grupo inicial.


¿En algún momento intentaron apropiarse del Contrafestejo determinados grupos o desde el gobierno?
Así, totalmente, no. Pero hemos tenido bastantes encontronazos o malas experiencias con grupos que, sin querer apropiarse del todo, muchas veces intentan sacar alguna tajada. En cuanto a partidos políticos, por ejemplo, nos pasó una vez, por eso estoy curado. Cada vez descreo más de todo lo que es político dentro de este sistema. Nosotros tuvimos apoyo de un partido que fue La Red cuando parecía otra cosa. Y a mi me empezó a dar vergüenza. ¿Cómo nosotros aceptábamos plata de esta gente que ahora esta haciendo lo que esta haciendo? Entonces, me cure de espanto. Partidos políticos no. Porque siempre llega u momento en que suben y suben hasta que se dan vuelta. ¡Y a veces no suben casi nada, viste, al ras del suelo y ya se dan vuelta! ¡Te da miedo!
¿Reciben algún apoyo desde el Gobierno provincial o municipal?
El de la Municipalidad lo hemos ido perdiendo. Ya durante 2007 el apoyo era mandar agentes para que corten el transito, poner un escenario, las lucecitas de colores y un sonidista. El año pasado nos dijeron que las luces no porque estaban quemadas, los agentes de transito que pusieron aparecieron uno o dos, se borraron enseguida y se complicó bastante el transito. De parte de la provincia te diría que nunca hubo apoyo. Este año sería la primera vez que habría buena disposición.

TOCAR EN LA CALLE
¿Como ves a los corsos de Paraná?

Tengo dos apreciaciones que hacer: por un lado me parece como un misterio a develar en cuanto a lo histórico. Que relación pueden haber tenido la batucada con esta historia del Barrio del Tambor y que otros factores lo fueron transformando en lo que es, hoy por hoy. Por otro, el tema del Carnaval. Esta bien, es solo un momento del año pero eso devela también toda una cultura fuertísima que no es solo del carnaval. En todos los barrios la cultura de la batucada es masiva a un nivel impresionante y muy fuerte, muy arraigada. ¡Que cultura marginal, no! ¿Quién tiene eso en cuenta? La cultura popular más fuerte por lo menos en esta ciudad pasa por la cumbia y la batucada. En cuanto a la música son los lenguajes más populares y masivos. Ambas están muy relacionadas con lo afro. No exclusivamente pero es la raíz mas fuerte. Son las dos cosas mas masivas y las mas despreciadas en el discurso hegemónico. No figuran en ninguna parte. A lo sumo se venden como un producto turístico. En ese caso enseguida se lo transforma en brasilero. Un funcionario de Cultura Municipal me decía: “porque este año queremos darle mucho esfuerzo al carnaval, que sea un producto turístico….” Todos los años lo mismo. Cambia el tipo pero al discurso lo tienen ahí guardado. ¡Quieren que seamos Gualeguaychu! Entonces, dice, “estamos pensando en traer gente para que capacite en el vestuario y la batucada” Y como seria, le digo. “Y, traer alguien de Brasil”. Y ahí ya está, vas muerto, perdiste lo único que había. Yo le decía al tipo: “Acá hay toda una historia que podes rescatar en vez de tener algo que siempre va a ser mejor en su lugar de origen. Tener algo propio”. Era perder el tiempo. El tipo estaba convencido de que el candombe era uruguayo y la batucada brasilera. Y acá no había nada. ¿Vos te crees que todos los que tocan el tambor y batucada, que yo estimo en miles que lo hacen con pasión y una vocación fuertísima, es porque alguna vez vieron a los brasileños y dijeron : que lindo como tocan, yo también quiero? Eso viene de generación en generación. Que haya ido recibiendo influencias, incluso de Brasil, no lo niego. No por eso van a transformarlo en brasilero. Por eso creo que el problema mas grave que tenemos es el cultural. Eso de mirar siempre hacia fuera y que viene desde Sarmiento.
¿Hay diferencia entre tocar en el centro y los barrios?
Si. En el centro también hay mucha diferencia entre un lugar y otro. En el Pasaje Baucis siempre fue bien recibido pero cuando tocamos en calle San Martín hacia el Parque, la zona del Barrio del Tambor, no hemos tenido buenas experiencias. Son gente que separan mucho más sus casas de la calle. Zonas residenciales donde en vez de timbre hay portero eléctrico. A esa gente mucho no le gustaba la historia. En los barrios estaba bueno. La gente sale más a la calle. Ya está e la calle, cuando hace calor, la gente esta toda afuera, en calle Sudamérica, por ejemplo, y gustaba mucho. En otros barrios, a traves de talleres como en Padre Kolbe, Gaucho Rivero también tocábamos, pero ya con los chicos del barrio, era distinto.
Actualmente estamos haciendo un taller pero cuesta mucho establecerlo y conseguir un lugar donde no moleste a los vecinos. En la Vieja Usina pusimos en condiciones un galponcito que estaba lleno de escombros. Pero, en un momento, hubo una historia con un funcionario de la provincia que es medio milico. Bah, re milico. No se que le caía mal pero vino y agitó. Hasta que un día nos sacaron. Un lugar que era de todos y donde no había vecinos.
Ahora estoy trabajando en el Museo de Ciencias Naturales. Estaba muy buena la relación, venia todo bien pero, a medida que aumenta el volumen ya todo se contrapone. Se supone que el museo es un lugar silencioso y el asunto no es fácil. A mucha gente le gusta pero siempre aparece el que no tolera este tipo de cosas que tiene que ver con la juntada de gente. Esta es una sociedad que, para mí, esta muy plantada en el tema de guardar las formas, de la distancia. No tiene mucha cabida el amontonamiento de gente. El revuelo no les gusta ni mierda. Un poco por la herencia del proceso militar que todavía esta presente. Y cuando es en la calle es más difícil. • “¿Cómo van a tocar en la calle?”. Yo no me olvido más: cuando vino Roberto Ayala después de un mundial pusieron un palco frente a la catedral y cortaron todas las calles. Los recibió el gobernador y creo que hasta helicópteros había. ¡Pero no se puede cortar la calle un ratito con los tambores!

TANGÓ DE SAN MIGUEL- CANDOMBES DEL LITORAL ARGENTINO
¿De que se trata el disco?

Estoy trabajando en la recreación de una comparsa de Paraná en base a crónicas de investigación histórica y antropológica. Nosotros tenemos toda una historia y un presente que no se está diciendo y que no puede decirse completamente con el candombe de Montevideo. Para sacar a luz y mostrar toda esa parte de nuestra historia, que no se conoce, que mejor que armar una expresión cultural en base a esa historia que la cuenta. Hay material de cómo era una comparsa acá en Paraná, en el siglo 19. Hay crónicas que cuentan que decían algunas canciones de la comunidad que vivía en el Barrio del Tambor. Entonces, en base a todo eso y a letras de canciones que recopilamos junto a crónicas que hablan de las características que tenían una comparsa; fuimos armando todo esto. Primero el trabajo del disco que fue una recreación de una música afro de Paraná del siglo 19 y, en segunda instancia, esta idea de formar ya una comparsa en base a ese trabajo. Pero estamos en una etapa muy inicial. El disco me llevo un año de trabajo. Comencé escribiendo el proyecto y luego vino la etapa de fabricar los instrumentos para grabar, basados en el mismo trabajo de investigación. Construimos instrumentos de tronco ahuecado con cuero clavado. Después conseguimos una quijada de caballo que se usaba mucho en la zona. Y el bombo legüero que es un instrumento que se mantiene en el país desde tiempos ancestrales.
Se trata de construir algo donde lo importante sea la relación de comunicación entre las personas que hacen algo juntas. Hay toda una trama y, si bien puede haber jerarquías y muchos códigos, siempre lo que prevalece es la comunicación. Si no esta el otro, no puede existir directamente esa forma de expresión, esa forma de comunicación. Vos tenes: tambores, voces, bailarines y todo esta relacionado de una manera que si no esta una cosa no puede estar la otra. La forma de tocar un tambor esta relacionada con la forma de tocar del otro. Al mismo tiempo, el que canta necesita del coro para poder seguir cantando. Es toda una trama intrincada de relaciones de comunicación muy rica, música comunitaria. Muy por el contrario, por ejemplo, de una sinfonía orquestal donde toda una orquesta esta en función de un solista y siempre aparece el tema del lucimiento personal. Sin desvalorizar, pero nosotros creemos que esto otro es importantísimo, que no es extraño a nosotros sino algo que esta muy dentro pero que cada vez se relega mas. Esta dentro de nuestra cultura. No solo de la parte afro. Toda la cultura de comunidades indígenas también apunta a lo comunitario”.

NOTA APARECIDA EN EL COLECTIVO 21 DE OCT/NOV 2008
(El disco puede conseguirse comunicándose con nosotros a revistaelcolectivo@hotmail.com)

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