Revista EL COLECTIVO

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miércoles, 2 de mayo de 2007

Wal Mart y la cultura de la represión


(AW) Militares supuestamente retirados, despidos discriminatorios y persecución sindical es la cara oculta del monstruo de los precios bajos. El cuerpo de delegados de la empresa denuncia a quienes están a la cabeza del directorio.

Buenos Aires, 1 de amyo de 2007 (Cuerpo de Delegados Wal-Mart Avellaneda). La empresa Wal Mart es conocida en el mundo por su persecución a todo trabajador y trabajadora que tenga actividad sindical, se encuentre afiliado/a al sindicato o, simplemente, manifieste cualquier tipo de compromiso: desde participar en algún reclamo, aceptar un folleto proveniente de manos sindicales hasta la sola lectura de una línea que figure en la cartelera sindical de la sucursal.

Colaboradores, simpatizantes, indiferentes y hasta tímidos son transformados en sospechosos por esta empresa que recuerda las más lamentables prácticas totalitarias de nuestra historia.

Por este motivo “mantener la empresa libre de sindicatos” se transforma en una actividad de tiempo completo para sus directivos. Para lograrlo recurren a numerosos métodos que abarcan: sanciones salariales, el aislamiento, la imposibilidad de ascenso laboral, la estigmatización a través de la “cultura del rumor”, la amenaza y hasta el despido de trabajadores como ocurre actualmente en la sucursal de Avellaneda. Asimismo, “presiones” a sindicatos con el objeto de acordar ausencia de delegados en los lugares de trabajo; éste es el caso del Sindicato de Empleados de Comercio de la Ciudad de Buenos Aires en Wal Mart, sucursal Constituyentes.

Ese pasado de terrorismo y dictadura se infiltra en esas geografías laborales a través de las trayectorias de muchos de los directivos de Casa Central y de los mercados: militares retirados que reproducen la cultura totalitaria y antidemocrática en la cual se formaron. “La orden que menos me gusta, es la que mejor cumplo”, es la frase repetida, un eco aún sonoro de ese pasado que muchos trabajadores jóvenes reiteran imitando las “consignas clásicas” de sus jefes.

Alfredo Oscar Saint Jean (h) nada menos que el Director General de la Seguridad de Wal Mart Argentina es un militar retirado que egresó del Colegio Militar de la Nación en 1975 como subteniente. En el año 1976 se desempeñó en Tucumán bajo las órdenes de Antonio Domingo Bussi, posteriormente en Bahía Blanca. Desde principios de 1979 fue destinado a Tandil y Azul, localidades ambas donde funcionaron centros clandestinos de detención, que formaban parte de la subzona 12, que tenía como jefe a su padre el General Alfredo Oscar Saint Jean; procesado por la comisión de 33 delitos durante la dictadura militar; quien luego de su paso genocida por aquella subzona, se desempeñó como Ministro del Interior de Leopoldo Fortunato Galtieri y finalmente como presidente de facto de nuestro país por un breve lapso. Azul y Tandil forman parte de la provincia de Buenos Aires, que gobernó con métodos criminales su tío, Ibérico Saint Jean, de quien recordamos su incitación y su apología al genocidio.

En este día del trabajador y la trabajadora, los abajo firmantes, queremos repudiar profundamente que se siga negando y vulnerando nuestra dignidad social.

Porque esa dignidad es una conquista histórica que sólo puede ser ejercitada cuando se garantiza nuestro acceso al trabajo, cuando se nos reconoce jurídicamente como trabajadores, cuando obtenemos salarios y condiciones de trabajo justas, cuando se respetan nuestros derechos y cuando las luchas colectivas, la organización sindical, barrial y/o política de los trabajadores pueden realizarse libremente.

Partiendo del concepto de que al no disponer del libre acceso a la sindicalización es otra forma de exclusión social, hacemos un llamado a las autoridades correspondientes a intervenir para terminar con estas prácticas y a la comunidad toda a acompañar con su repudio los hechos antes mencionados.

Cuerpo de Delegados Wal-Mart Avellaneda

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