Escribe Federico Brollo (*)
cronopio_del84@hotmail.com
Hacía unos meses que yo no militaba más activamente en la Facultad. Sin embargo estaba bastante al tanto de qué era lo que estaba pasando en torno a las reuniones del Consejo. Desde lejos, la situación se veía en aquel momento no sólo difícil para la minoría de la cual me sentía parte, sino casi imposible. ¿Era posible torcerle el brazo a los Decanos, a los Consejeros del oficialismo y al Rector de la Universidad? Y tengo que confesarlo, cuando el jueves 28 de junio me acerqué al Rectorado no terminaba de comprender, haberlo Tomado me parecía una medida tan indiscutible como límite. Era la última carta y no sabíamos qué pasaría de allí en adelante.
Después, las Asambleas, las charlas nos daban otro aire. Pudimos ver poco a poco, por más difícil que parezca, no era imposible de lograr. Se iban produciendo declaraciones, comunicados y la solidaridad fue apareciendo como un bálsamo contra la inquietud: los Centros de Estudiantes y Federaciones Universitarias de todo el país, distintas organizaciones civiles, los vecinos del rectorado, etc… tuvieron gestos valiosos para con nosotros. Ese fue quizás el germen que dio soporte a la experiencia que forjábamos, una experiencia condenada –como diría Gramsci- por el pesimismo de la razón pero oxigenada por el optimismo de la voluntad.
Y hoy, cuando todavía estamos en el ruedo, no he podido sintetizar lo que pienso sobre la Toma del Rectorado sino a través de algunas glosas. Las comparto a continuación.
1. Un marco histórico para la Toma.
Juana Molina, en una canción de su último disco, canta estos versos: “una verdad se inventa con suma precisión / y la labor inmensa de la imaginación. // Yo no quiero desgano ni falta de pasión / no quiero estar en manos de un gran simulador”. Nada más justo, nada más cierto. La verdad no puede ser propiedad del simulador, tampoco puede ser fruto del azar ni de la pereza. Y el conflicto que aún surca la UADER es prueba de esto. La palabra de los simuladores (aquí los Consejeros Superiores del oficialismo, los Decanos y el Rector) no es verdadera, a la vez que la Asamblea viene pariéndola como se debe: con convicción y grandeza. Repasemos.
Los miembros de la UADER ya sabíamos que 2007 sería un año crucial. Y lo sabíamos incluso el año pasado. La Toma del Rectorado que se suscitó el 28 de Junio, después de la bochornosa reunión del Consejo Superior[i], fue el último resguardo que nos quedó a quienes creíamos que lo que se vulneraba eran los fundamentos mismos de la Universidad.
Trataron de legitimar una Norma Transitoria para el Reglamento de Concursos. Una norma que privilegiaba a los Docentes Transferidos de los antiguos Institutos Terciarios. Y se los privilegiaba pues se les pretendía nombrar como Ordinarios y Ciudadanía Plena a pesar de que el Artículo 51 de la Ley de Educación Superior (LES), retomando un principio de la Reforma Universitaria, dictamina que el acceso a los Cargos Docentes, en la Universidad Pública, son por Concursos Ordinarios, Abiertos, de Antecedentes y Oposición (sic!). De este modo ese segmento de la planta docente (que, casualmente, es la mayoría de los miembros del claustro docente del Consejo Superior a excepción del Prof. Vera y el Prof. Raffín) quedaría exceptuado del Concurso para, en cambio, ser evaluado de modo diferencial. Así, garantizadas por una Ley la Intangibilidad Salarial y la Estabilidad Laboral, se vulneraba claramente el derecho de igualdad ante la ley ya que se están reconociendo dos calidades de profesores: aquellos que deben someterse a los Concursos Abiertos y aquellos que no. No sólo todo esto es inaceptable para alguien que conozca la ley, sino que incluso no fue discutido pues la propuesta por la minoría ni siquiera fue tenida en consideración ni objetada. Este cuadro fue el que “gatillo” la Toma del Rectorado: poner en riesgo la Normalización de la Universidad contraviniendo no sólo la Ley sino las recomendaciones del organismo evaluador, la CONEAU.
Sin embargo es insuficiente agotar el relato sólo con los cómo y el porque de la Toma. Ésta fue posible por el trabajo de las organizaciones estudiantiles de base, las que desde el nacimiento de la UADER intentaron instalar primero la importancia de la aprobación de las carreras y, luego, trataron de poner en discusión los últimos tramos del Proceso de Normalización[ii]. Y hubo una fecha clave, el 19 de abril de 2006, cuando se realizó una multitudinaria marcha desde la sede de la Facultad de Humanidades hasta el Rectorado. Allí se leyó un Documento donde se exponían las reivindicaciones claves que aún hoy sustentan nuestro reclamo. Y desde aquella fecha hasta hoy los Concursos han tenido un lugar importante en el debate por la Normalización. Poco a poco los Centros de Estudiantes junto con sus Consejeros Estudiantiles, todos hoy partícipes de la “Asamblea de Estudiantes, Docentes y Autoconvocados en Defensa de la UADER”, fueron instalando la importancia de este tema. Y la referencia inmediata al 28 de junio es la Toma Simbólica del Rectorado del martes 5 del mismo mes: los Consejeros Superiores por la mayoría dejando sin quórum el Consejo cuando se iba a comenzar a discutir el tema de Concursos.
La Toma de Rectorado, en este contexto, como se puede ver no ha sido más que el acto quizás más significativo de un largo proceso que tiene por objetivo fundamental lograr una UADER realmente Autónoma y Democrática. Afortunadamente sabemos que para lograr tal objetivo los Concurso Abiertos son imprescindibles, por ello, aún cuando un lobby gremial (en el sentido feudal del término) quiera hacer primar sus intereses por encima del de la voluntad de todos[iii] la Asamblea está en pie de lucha. Hoy, dadas una serie de garantías en el marco de la mediación llevada a cabo por el Prof. Pérez Rasetti, la Toma de Rectorado -que se inicio como una medida de fuerza extrema- hoy fue suspendida por la misma Asamblea que le dio curso. Sin embargo no es el fin de nada, la lucha continúa.
2. La apropiación del espacio: lucha y pasiones.
Hablar en nombre propio (o demasiado propio) respecto a los últimos acontecimientos que han llevado a que la UADER esté presente en los espacios que configuran la así llamada “opinión pública” me es, como mínimo, difícil y trabajoso. Es quizás porque, para todos los que nos brindamos y participamos activamente de la Toma del Rectorado de la UADER, ésta no fue una anécdota, un hecho más en nuestras biografías. Y aunque sin dudas es necesario que se produzcan y circulen textos en donde se capte y reflexione sobre qué de la Toma del Rectorado pervive en cada uno de nosotros, creo la mayoría de las veces y durante cierto tiempo ese tópico será acechado por algunos obstáculos, fundamentalmente consideraciones románticas de un hecho claramente político.
Intentaré ser más claro: en principio me es difícil tomar distancia de un acontecimiento tan singular y que movilizó pasiones adormiladas para más de uno. Y creo que es así porque “la Toma” fue justamente eso, un acontecimiento. A partir de ella, la Asamblea cobró un protagonismo inusitado ya que se apropió de un lugar: un cartel que estaba colgado en el salón del Rectorado daba muestras de ello, “Bienvenido a nuestra casa”, decía. Y fue así, el Rectorado de la Universidad Autónoma de Entre Ríos fue ese lugar en donde todos los días, durante 49 jornadas, la “Asamblea de Estudiantes, Docentes y Autocovocados en Defensa de la UADER” se actualizaba y volvía a discutir, a pensar, a evaluar y planificar desde los por qué, los cómo y los para qué de la coyuntura con la que se iba con-figurando la lucha que nos había llevado hasta allí. Así fueron sucediendo muchas cosas, demasiadas en tan poco tiempo. Y es de esa imagen, asociada a cierto tono melancólico, de la que aquí quiero tratar de distanciarme. Y es porque creo que aunque es comprensible cierta melancolía, ésta no es legítima porque hace un fetiche lo que no es otra cosa que un espacio re-apropiado a partir de una acción política que conjugó, y permitió que se compongan, afectos de distinto tenor.
Claramente la metáfora del cartel que identificó a la Toma con el espacio más propio es cierta de algún modo: allí se vivió, se durmió y comió durante más de un mes y medio. Allí hubo quienes se enamoraron, quienes hicimos amigos. Allí compartimos mates y charlas interminables con compañeros a los cuales apenas conocíamos, etc. En fin, un colectivo hizo de un despersonalizado y gris edificio público, donde se llevan a cabo mayormente tareas administrativas, un lugar. Pero esa “apropiación” que hicimos del espacio-del-otro[iv], volviéndolo un lugar donde incluso el amor y la amistad (!) se podían hacer presentes, a veces nos confunde: fue la lucha por la Excelencia Académica, por la Normalización de la Universidad y los Concursos Ordinarios la que nos instaló en el Rectorado de la UADER. Y allí no sólo se experimentó el cotidiano del vivir, fundamentalmente fue el escenario donde diariamente se montó un dispositivo político horizontal: la Asamblea. Revitalizada en el imaginario como ideal de una democracia sin jerarquías (19 y 20 de Diciembre de 2001 de por medio), vale recordar que desde hace mucho tiempo es el “corazón” de los Centros de Estudiantes: genéricamente las Comisiones Directivas de éstos son los órganos “ejecutores” mientras que el ámbito de referencia, el más democrático, son las Asambleas. Y es que ésta constituye el espacio más legítimo de la política universitaria estudiantil.
Dicho de otro modo: la Toma no comenzó ni se suspendió sino en relación a una clave. Esa lucha que lleva adelante desde hace mucho tiempo la Comunidad Universitaria de la UADER para lograr su Normalización y consecuente Autonomía. Lucha que no sólo es propiedad exclusiva de los Estudiantes o Docentes sino de la comunidad entrerriana en su conjunto pues el presupuesto de la Universidad (hoy algo así como 50.000.000 de pesos anuales) provienen de los fondos públicos que le da la Provincia, así el reclamo involucra a TODOS. Qué se hace con estos fondos no es un tema menor. Y, es en mi opinión, poniendo esta lucha por delante que obtenemos el mejor antídoto para conjurar cualquier melancolía. Porque ese lugar que supimos construir sigue aún allí, nuestra presencia y lo que hicimos con ella desde el 28 de Junio último son hoy la más pesada carga para quienes creyeron tener la “totalidad del poder” sólo por ejercerlo de modo desmesurado.
3. Tomar la voz, tener presencia.
Después de todo tu eres la única muralla
si no te saltas nunca darás un solo paso.
(Palo Pandolfo)
Desde el 28 de junio pasado la situación de la UADER no ha podido ser disimulada. Con la Toma del Rectorado se hizo visible para la comunidad en su conjunto un problema al que le costaba –pareciera- salir de las puertas de las Facultades. Desde hace casi dos meses, tres multitudinarias marchas (cuatro, si tenemos en cuenta la del 28 de junio), 49 días con el Rectorado Tomado de forma efectiva y la lucha sigue… Porque lo que se modificó, con la suspensión de la Toma, no es otra cosa que el método para llevar adelante un objetivo que tiene a los Concursos Ordinarios y Abiertos de Oposición y Antecedentes como piedra de toque: la urgente Normalización y consecuente Autonomía de la Universidad.
Con orgullo podemos decir, todos los que participamos en este acontecimiento, que hay algo inédito aquí porque somos concientes de esta experiencia inmensa a la que, a tientas, se le ha logrado dar cuerpo. No siempre se ha podido lograr que una decisión injusta (avalada en este caso por el gobierno de la Universidad) pueda ser puesta radicalmente en entredicho al punto de necesariamente ser revisada; ¿qué otra cosa supone sino la Mediación?. De este modo, muchos hoy creemos que no siempre estamos condenados a obedecer el mandato injusto: existe la resistencia legítima y, más aún, vimos cómo un acto de resistencia produce condiciones para que emerja una subjetividad capaz de bordear y acechar un abroquelamiento del poder. Porque ellos, los que patotearon, los que chicanearon y mitieron, los que incumplieron con sus funciones, los que no discutieron ni argumentaron -hace pocos días- tuvieron que darle voz a lo que, en su lógica, no era un “actor institucional” ni “representativo”: la Asamblea, en pie de igualdad, se iba a sentar como parte en la mediación encabezada por un miembro de la Secretarías de Políticas Universitarias del Ministerio de Educación de la Nación. Y el análisis que en aquel momento se forjó desde la Asamblea pensaba más o menos así: el escenario ha cambiado (y el mediador Perez Rasetti es muestra de esto), hoy obligados nos es dada la palabra que ayer nos negaron por lo cual, dada una serie de condiciones, estamos en condiciones de suspender la medida de fuerza de la Toma.
Estuvimos allí, nos fuimos porque las circunstancias políticas así lo ameritaban y volveremos si nos obligan. La Toma del Rectorado fue una herramienta que se dio ese colectivo que a diario daba cuerpo a la Asamblea, la lucha por una UADER Autónoma sigue. La Asamblea todavía sigue en pie, dispuesta a sostener y actualizar ese espacio de discusión y reflexión, de acción y movimiento que supimos generar.
NOTAS
(*) Estudiante de Ciencias Sociales de la UADER. Miembro de la “Asamblea de Estudiantes, Docentes y Autoconvocados en Defensa de la UADER”.
[i] Hay quienes, considerando que las mayorías de por sí garantizan la democracia, validan la votación. Y la validan en con argumentos inconsistentes aún cuando lo que realmente sucedió allí ha sido exponer lo que realmente son hoy los Consejos de la Universidad, todos vaciados de legitimidad por un funcionamiento que menosprecia los argumentos, la discusión, el disenso y las minorías. Incluso las formas, un ejemplo claro y grave ha sido el del mismo 28 de Junio donde se procede a una “votación” cuando aún un Consejero tiene la palabra y cuando la Lista de Oradores estaba aún abierta. Tampoco fueron clarificadas las mociones, etc… Cfr. Video del momento de la votación en http://www.youtube.com/watch?v=Xrrcw2FjEow
[ii] Recordemos que la Gestión Mathieu fue inaugurada con la recordada Resolución 002/04 que suspendia la inscripción a las Licenciaturas e Ingenierías de la Universidad bajo el pretexto de que la CONEAU así lo aconsejaba. En aquel momento no sólo se demostró que “la verdad no es del simulador” como dice Juana Molina, sino que también la lucha fue comandada desde una Asamblea. El resultado fue que, como hoy, desde Secretaría de Políticas Universitarias vino un representante. En aquel momento el Rector no le quedó otra opción que dar marcha atrás parcialmente con lo decidido y volver a abrir la inscripción a las Licenciaturas. Las Ingenierías quedaron caídas.
[iii] Crf. Rosseau
[iv] Y es que el Rectorado representó hasta el 28 de junio el ámbito del funcionario interventor que se creía capaz de contravenir, de los Consejeros por una mayoría que se consideró absoluta y que, ensoberbecida voto pasando por alto formas y leyes, etc. En fin, el Rectorado fue hasta ayer no más la encarnación de lo peor de la política.
cronopio_del84@hotmail.com
Hacía unos meses que yo no militaba más activamente en la Facultad. Sin embargo estaba bastante al tanto de qué era lo que estaba pasando en torno a las reuniones del Consejo. Desde lejos, la situación se veía en aquel momento no sólo difícil para la minoría de la cual me sentía parte, sino casi imposible. ¿Era posible torcerle el brazo a los Decanos, a los Consejeros del oficialismo y al Rector de la Universidad? Y tengo que confesarlo, cuando el jueves 28 de junio me acerqué al Rectorado no terminaba de comprender, haberlo Tomado me parecía una medida tan indiscutible como límite. Era la última carta y no sabíamos qué pasaría de allí en adelante.
Después, las Asambleas, las charlas nos daban otro aire. Pudimos ver poco a poco, por más difícil que parezca, no era imposible de lograr. Se iban produciendo declaraciones, comunicados y la solidaridad fue apareciendo como un bálsamo contra la inquietud: los Centros de Estudiantes y Federaciones Universitarias de todo el país, distintas organizaciones civiles, los vecinos del rectorado, etc… tuvieron gestos valiosos para con nosotros. Ese fue quizás el germen que dio soporte a la experiencia que forjábamos, una experiencia condenada –como diría Gramsci- por el pesimismo de la razón pero oxigenada por el optimismo de la voluntad.
Y hoy, cuando todavía estamos en el ruedo, no he podido sintetizar lo que pienso sobre la Toma del Rectorado sino a través de algunas glosas. Las comparto a continuación.
1. Un marco histórico para la Toma.
Juana Molina, en una canción de su último disco, canta estos versos: “una verdad se inventa con suma precisión / y la labor inmensa de la imaginación. // Yo no quiero desgano ni falta de pasión / no quiero estar en manos de un gran simulador”. Nada más justo, nada más cierto. La verdad no puede ser propiedad del simulador, tampoco puede ser fruto del azar ni de la pereza. Y el conflicto que aún surca la UADER es prueba de esto. La palabra de los simuladores (aquí los Consejeros Superiores del oficialismo, los Decanos y el Rector) no es verdadera, a la vez que la Asamblea viene pariéndola como se debe: con convicción y grandeza. Repasemos.
Los miembros de la UADER ya sabíamos que 2007 sería un año crucial. Y lo sabíamos incluso el año pasado. La Toma del Rectorado que se suscitó el 28 de Junio, después de la bochornosa reunión del Consejo Superior[i], fue el último resguardo que nos quedó a quienes creíamos que lo que se vulneraba eran los fundamentos mismos de la Universidad.
Trataron de legitimar una Norma Transitoria para el Reglamento de Concursos. Una norma que privilegiaba a los Docentes Transferidos de los antiguos Institutos Terciarios. Y se los privilegiaba pues se les pretendía nombrar como Ordinarios y Ciudadanía Plena a pesar de que el Artículo 51 de la Ley de Educación Superior (LES), retomando un principio de la Reforma Universitaria, dictamina que el acceso a los Cargos Docentes, en la Universidad Pública, son por Concursos Ordinarios, Abiertos, de Antecedentes y Oposición (sic!). De este modo ese segmento de la planta docente (que, casualmente, es la mayoría de los miembros del claustro docente del Consejo Superior a excepción del Prof. Vera y el Prof. Raffín) quedaría exceptuado del Concurso para, en cambio, ser evaluado de modo diferencial. Así, garantizadas por una Ley la Intangibilidad Salarial y la Estabilidad Laboral, se vulneraba claramente el derecho de igualdad ante la ley ya que se están reconociendo dos calidades de profesores: aquellos que deben someterse a los Concursos Abiertos y aquellos que no. No sólo todo esto es inaceptable para alguien que conozca la ley, sino que incluso no fue discutido pues la propuesta por la minoría ni siquiera fue tenida en consideración ni objetada. Este cuadro fue el que “gatillo” la Toma del Rectorado: poner en riesgo la Normalización de la Universidad contraviniendo no sólo la Ley sino las recomendaciones del organismo evaluador, la CONEAU.
Sin embargo es insuficiente agotar el relato sólo con los cómo y el porque de la Toma. Ésta fue posible por el trabajo de las organizaciones estudiantiles de base, las que desde el nacimiento de la UADER intentaron instalar primero la importancia de la aprobación de las carreras y, luego, trataron de poner en discusión los últimos tramos del Proceso de Normalización[ii]. Y hubo una fecha clave, el 19 de abril de 2006, cuando se realizó una multitudinaria marcha desde la sede de la Facultad de Humanidades hasta el Rectorado. Allí se leyó un Documento donde se exponían las reivindicaciones claves que aún hoy sustentan nuestro reclamo. Y desde aquella fecha hasta hoy los Concursos han tenido un lugar importante en el debate por la Normalización. Poco a poco los Centros de Estudiantes junto con sus Consejeros Estudiantiles, todos hoy partícipes de la “Asamblea de Estudiantes, Docentes y Autoconvocados en Defensa de la UADER”, fueron instalando la importancia de este tema. Y la referencia inmediata al 28 de junio es la Toma Simbólica del Rectorado del martes 5 del mismo mes: los Consejeros Superiores por la mayoría dejando sin quórum el Consejo cuando se iba a comenzar a discutir el tema de Concursos.
La Toma de Rectorado, en este contexto, como se puede ver no ha sido más que el acto quizás más significativo de un largo proceso que tiene por objetivo fundamental lograr una UADER realmente Autónoma y Democrática. Afortunadamente sabemos que para lograr tal objetivo los Concurso Abiertos son imprescindibles, por ello, aún cuando un lobby gremial (en el sentido feudal del término) quiera hacer primar sus intereses por encima del de la voluntad de todos[iii] la Asamblea está en pie de lucha. Hoy, dadas una serie de garantías en el marco de la mediación llevada a cabo por el Prof. Pérez Rasetti, la Toma de Rectorado -que se inicio como una medida de fuerza extrema- hoy fue suspendida por la misma Asamblea que le dio curso. Sin embargo no es el fin de nada, la lucha continúa.
2. La apropiación del espacio: lucha y pasiones.
Hablar en nombre propio (o demasiado propio) respecto a los últimos acontecimientos que han llevado a que la UADER esté presente en los espacios que configuran la así llamada “opinión pública” me es, como mínimo, difícil y trabajoso. Es quizás porque, para todos los que nos brindamos y participamos activamente de la Toma del Rectorado de la UADER, ésta no fue una anécdota, un hecho más en nuestras biografías. Y aunque sin dudas es necesario que se produzcan y circulen textos en donde se capte y reflexione sobre qué de la Toma del Rectorado pervive en cada uno de nosotros, creo la mayoría de las veces y durante cierto tiempo ese tópico será acechado por algunos obstáculos, fundamentalmente consideraciones románticas de un hecho claramente político.
Intentaré ser más claro: en principio me es difícil tomar distancia de un acontecimiento tan singular y que movilizó pasiones adormiladas para más de uno. Y creo que es así porque “la Toma” fue justamente eso, un acontecimiento. A partir de ella, la Asamblea cobró un protagonismo inusitado ya que se apropió de un lugar: un cartel que estaba colgado en el salón del Rectorado daba muestras de ello, “Bienvenido a nuestra casa”, decía. Y fue así, el Rectorado de la Universidad Autónoma de Entre Ríos fue ese lugar en donde todos los días, durante 49 jornadas, la “Asamblea de Estudiantes, Docentes y Autocovocados en Defensa de la UADER” se actualizaba y volvía a discutir, a pensar, a evaluar y planificar desde los por qué, los cómo y los para qué de la coyuntura con la que se iba con-figurando la lucha que nos había llevado hasta allí. Así fueron sucediendo muchas cosas, demasiadas en tan poco tiempo. Y es de esa imagen, asociada a cierto tono melancólico, de la que aquí quiero tratar de distanciarme. Y es porque creo que aunque es comprensible cierta melancolía, ésta no es legítima porque hace un fetiche lo que no es otra cosa que un espacio re-apropiado a partir de una acción política que conjugó, y permitió que se compongan, afectos de distinto tenor.
Claramente la metáfora del cartel que identificó a la Toma con el espacio más propio es cierta de algún modo: allí se vivió, se durmió y comió durante más de un mes y medio. Allí hubo quienes se enamoraron, quienes hicimos amigos. Allí compartimos mates y charlas interminables con compañeros a los cuales apenas conocíamos, etc. En fin, un colectivo hizo de un despersonalizado y gris edificio público, donde se llevan a cabo mayormente tareas administrativas, un lugar. Pero esa “apropiación” que hicimos del espacio-del-otro[iv], volviéndolo un lugar donde incluso el amor y la amistad (!) se podían hacer presentes, a veces nos confunde: fue la lucha por la Excelencia Académica, por la Normalización de la Universidad y los Concursos Ordinarios la que nos instaló en el Rectorado de la UADER. Y allí no sólo se experimentó el cotidiano del vivir, fundamentalmente fue el escenario donde diariamente se montó un dispositivo político horizontal: la Asamblea. Revitalizada en el imaginario como ideal de una democracia sin jerarquías (19 y 20 de Diciembre de 2001 de por medio), vale recordar que desde hace mucho tiempo es el “corazón” de los Centros de Estudiantes: genéricamente las Comisiones Directivas de éstos son los órganos “ejecutores” mientras que el ámbito de referencia, el más democrático, son las Asambleas. Y es que ésta constituye el espacio más legítimo de la política universitaria estudiantil.
Dicho de otro modo: la Toma no comenzó ni se suspendió sino en relación a una clave. Esa lucha que lleva adelante desde hace mucho tiempo la Comunidad Universitaria de la UADER para lograr su Normalización y consecuente Autonomía. Lucha que no sólo es propiedad exclusiva de los Estudiantes o Docentes sino de la comunidad entrerriana en su conjunto pues el presupuesto de la Universidad (hoy algo así como 50.000.000 de pesos anuales) provienen de los fondos públicos que le da la Provincia, así el reclamo involucra a TODOS. Qué se hace con estos fondos no es un tema menor. Y, es en mi opinión, poniendo esta lucha por delante que obtenemos el mejor antídoto para conjurar cualquier melancolía. Porque ese lugar que supimos construir sigue aún allí, nuestra presencia y lo que hicimos con ella desde el 28 de Junio último son hoy la más pesada carga para quienes creyeron tener la “totalidad del poder” sólo por ejercerlo de modo desmesurado.
3. Tomar la voz, tener presencia.
Después de todo tu eres la única muralla
si no te saltas nunca darás un solo paso.
(Palo Pandolfo)
Desde el 28 de junio pasado la situación de la UADER no ha podido ser disimulada. Con la Toma del Rectorado se hizo visible para la comunidad en su conjunto un problema al que le costaba –pareciera- salir de las puertas de las Facultades. Desde hace casi dos meses, tres multitudinarias marchas (cuatro, si tenemos en cuenta la del 28 de junio), 49 días con el Rectorado Tomado de forma efectiva y la lucha sigue… Porque lo que se modificó, con la suspensión de la Toma, no es otra cosa que el método para llevar adelante un objetivo que tiene a los Concursos Ordinarios y Abiertos de Oposición y Antecedentes como piedra de toque: la urgente Normalización y consecuente Autonomía de la Universidad.
Con orgullo podemos decir, todos los que participamos en este acontecimiento, que hay algo inédito aquí porque somos concientes de esta experiencia inmensa a la que, a tientas, se le ha logrado dar cuerpo. No siempre se ha podido lograr que una decisión injusta (avalada en este caso por el gobierno de la Universidad) pueda ser puesta radicalmente en entredicho al punto de necesariamente ser revisada; ¿qué otra cosa supone sino la Mediación?. De este modo, muchos hoy creemos que no siempre estamos condenados a obedecer el mandato injusto: existe la resistencia legítima y, más aún, vimos cómo un acto de resistencia produce condiciones para que emerja una subjetividad capaz de bordear y acechar un abroquelamiento del poder. Porque ellos, los que patotearon, los que chicanearon y mitieron, los que incumplieron con sus funciones, los que no discutieron ni argumentaron -hace pocos días- tuvieron que darle voz a lo que, en su lógica, no era un “actor institucional” ni “representativo”: la Asamblea, en pie de igualdad, se iba a sentar como parte en la mediación encabezada por un miembro de la Secretarías de Políticas Universitarias del Ministerio de Educación de la Nación. Y el análisis que en aquel momento se forjó desde la Asamblea pensaba más o menos así: el escenario ha cambiado (y el mediador Perez Rasetti es muestra de esto), hoy obligados nos es dada la palabra que ayer nos negaron por lo cual, dada una serie de condiciones, estamos en condiciones de suspender la medida de fuerza de la Toma.
Estuvimos allí, nos fuimos porque las circunstancias políticas así lo ameritaban y volveremos si nos obligan. La Toma del Rectorado fue una herramienta que se dio ese colectivo que a diario daba cuerpo a la Asamblea, la lucha por una UADER Autónoma sigue. La Asamblea todavía sigue en pie, dispuesta a sostener y actualizar ese espacio de discusión y reflexión, de acción y movimiento que supimos generar.
NOTAS
(*) Estudiante de Ciencias Sociales de la UADER. Miembro de la “Asamblea de Estudiantes, Docentes y Autoconvocados en Defensa de la UADER”.
[i] Hay quienes, considerando que las mayorías de por sí garantizan la democracia, validan la votación. Y la validan en con argumentos inconsistentes aún cuando lo que realmente sucedió allí ha sido exponer lo que realmente son hoy los Consejos de la Universidad, todos vaciados de legitimidad por un funcionamiento que menosprecia los argumentos, la discusión, el disenso y las minorías. Incluso las formas, un ejemplo claro y grave ha sido el del mismo 28 de Junio donde se procede a una “votación” cuando aún un Consejero tiene la palabra y cuando la Lista de Oradores estaba aún abierta. Tampoco fueron clarificadas las mociones, etc… Cfr. Video del momento de la votación en http://www.youtube.com/watch?v=Xrrcw2FjEow
[ii] Recordemos que la Gestión Mathieu fue inaugurada con la recordada Resolución 002/04 que suspendia la inscripción a las Licenciaturas e Ingenierías de la Universidad bajo el pretexto de que la CONEAU así lo aconsejaba. En aquel momento no sólo se demostró que “la verdad no es del simulador” como dice Juana Molina, sino que también la lucha fue comandada desde una Asamblea. El resultado fue que, como hoy, desde Secretaría de Políticas Universitarias vino un representante. En aquel momento el Rector no le quedó otra opción que dar marcha atrás parcialmente con lo decidido y volver a abrir la inscripción a las Licenciaturas. Las Ingenierías quedaron caídas.
[iii] Crf. Rosseau
[iv] Y es que el Rectorado representó hasta el 28 de junio el ámbito del funcionario interventor que se creía capaz de contravenir, de los Consejeros por una mayoría que se consideró absoluta y que, ensoberbecida voto pasando por alto formas y leyes, etc. En fin, el Rectorado fue hasta ayer no más la encarnación de lo peor de la política.
9 comentarios:
Excelente reflexion.Gracias porpublicarla. Desde Rosario les envio todo mi apoyo. Muy interesante experiencia la de los compañeros de UADER. Sigan adelante.
Mary
Muy buen texto. Como diría mi hermana "largo y sustancioso"
Martín
Cuando dejaran ade poner articulos sobre los zurditos estos. Me tienen harta.
Gloria
Gloria: no seras por casualidad de l@s que se quejan de la inseguridad y corrupcion que generan las mismisimas politicas elitistas con las que seguramente vos estaras de acuerdo? pensalo un poquito...
Santiago:
Seguramente te diste por aludido. Creo que la política debe estar alejada de las aulas. Yo también fuí estudiante y recuerdo que la mayoria de nosotros se dedicaba a estudiar mientras una minoría hacía política. De estos últimos muy pocos se recibieron. Y seguramente ahora deben estar ocupando algun puesto politico mientras nosotros debemos trabajar todos los dias, soportando a quienes no quieren hacerlo.
Gloria
Gloria: No me di por aludido porque no soy estudiante, ni siquiera soy "zurdito" (de hecho creo que algunos de esos grupos "zurditos" son mas bien funcionales a la ultraderecha antes que a la verdadera izquierda), pero lo que me molesta es la vision tan simplista que tiene la gente en general de este asunto y la falta de critica hacia las posturas oficialistas. Lo que se busco con la toma de la UAdER fue simplemente que se cumpla la Ley de Educacion Superior, que garantice la calidad de la educacion mediante concursos de antecedentes y oposicion, y que no deje que intervenga el gobierno bajo ninguna circunstancia con sus profesores transferidos, llámese esto tambien nombramientos oficiales o ACOMODOS. Supongo que a la Ley de Educacion Superior seguramente la gozaste en tus dias de estudiante. Pues aca se lucho para que se pueda seguir cumpliendo.
En cuanto a los que "hacen politica" en las facultades: al menos en este caso, si ellos no hubieran dado la señal de alarma, NADIE lo hubiera hecho, porque todo el cuerpo directivo responde al gobierno, cuando la universidad es un cuerpo AUTONOMO... supongo que sabras entonces que su gobierno debe ser independiente del federal, no? por que entonces el gobierno de BOSTI esta tan interesado en intervenir cuando no le corresponde? devolucion de favores, quiza? o tanta hambre de poder que ni las universidades se salvan?
Te pido Gloria que tomes con pinzas y leas entre lineas la informacion de los medios, especialmente los comprados por el gobierno (canal 9, radio La Voz, diario El Observador, etc.) y que notes ciertos tratamientos que le dan a la informacion... muchas veces delberadamente omiten detalles muy importantes o simplemente MIENTEN, ademas de hacer propaganda. Un ejemplo claro es la publicidad que dice que los docentes cobran arriba de $2000 y que el gobierno esta en todo su derecho de descontar los dias no trabajados. Una falacia compuesta por una mentira y un atropello a un derecho basico del trabajador.
Espero no haberte aburrido con tantas palabras y pensa bien en esto que te voy a decir, Gloria: a que punto hemos llegado para que se tenga que defender lo obvio? (frase de Bertolt Brecht).
Bien Santiago, respondiste con altura y con argumentos solidos. Cuantas glorias deberemos soportar todavia?
Ignacio
Siempre ha sido ese uno de los grandes problemas de Argentina. En buena parte a la culpa la tenemos nosotros mismos, por querer asegurar solo nuestra propia supervivencia y al lograrlo, que el resto se vaya por el caño... total uno ya esta comodo y puede agarrarsela con los que estan peleandola todavia. Es una falta de sentido comun muy grave. Somos un pueblo que no sabe de solidaridad ni de sentido del bien colectivo, que en definitiva eso es lo que alimenta a una sociedad mas justa, solo que esa idea no esta aceptada, quiza porque se cree que es ridicula. Es el salvese quien pueda.
Como ciudadanos siempre nos acordamos de nuestros derechos pero no de nuestras obligaciones, sobre todo las morales, esas que no estan escritas. Asi estamos.
Totalmente de acuerdo con el mensaje anterior. Esa falta de sentido común nos puede llevar a los caños a quienes tenemos un trabajo y lo básico para vivir porque, quien sabe, tal vez vengan por nosotros la próxima vez.
Cesar
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