Revista EL COLECTIVO

Revista EL COLECTIVO

sábado, 20 de agosto de 2011

"EL PERIODISMO ESTÁ LLENO DE LUGARES COMUNES"




Charla con Maxi Sanguinetti
Por Osvaldo Quintana
Maximiliano Sanguinetti es Comunicador Social, humorista gráfico y editor de múltiples publicaciones autogestionadas. Tiene un humor ácido que muchas veces molesta en un medio poco dispuesto a recibir críticas en vez de la adulación acostumbrada.
Actualmente trabaja en el Semanario Análisis de la Actualidad y coordina, junto a Florencia Penna, el fanzine cultural Menos que Cero (MQC).
De espíritu mutante y a veces contradictorio, el Maxi hizo un alto en su trabajo en una conocida librería local para dialogar con El Colectivo sobre sus sospechas, convicciones y algunas certezas.


¿Dónde estudiaste diseño gráfico?
No, yo no dibujo bien, digamos. A mí me gustaban el humor gráfico y la historieta como género, una forma muy directa y precisa de decir las cosas. De chico leí mucho a Mafalda. Mi viejo compraba la Humor. Había medios de historieta y humor muy populares. Ahora están recluidos en los diarios. Y prácticamente hace año y medio que no dibujo nada. Estoy escribiendo, me esta gustando más el laburo de edición. Lo mismo en la MQC. Ahora estoy enloquecido haciendo música con la computadora.
¿Vos sos músico?
No (se ríe con ganas) Yo no soy nada. Yo soy un cara rota. Me grabé unos programitas en la compu y empecé a descubrir algunas cosas y dije: “Puta, un beatle hubiera pagado oro por hacer esto”. Yo le digo a un amigo que voy a sacar un disco que se va a llamar “Before Librería”, porque lo voy a hacer después que salgo de laburar.

HAGALO USTED MISMO
¿Cómo empezaste a publicar?
Yo venía de la Normal. Había sido secretario de prensa del Centro de Estudiantes y ahí sacamos una revista llamada Desafío, donde escribía editoriales y metía humor grafico.
Cuando empiezo la facultad lo conozco al Faca Vázquez, un músico y dibujante, con el, Ramiro Muñoz (Ram) y Lisandro Pierotti hacemos un fanzine que se llamaba La Teta Psicodélica. Salieron cuatro números entre el 90 y 91 aproximadamente. Lo publicitábamos en la peatonal vestidos de hombres sándwich con una mina con una teta volando. Tirábamos 200 ejemplares que se agotaban. Una experiencia muy buena, con una libertad total. Y todo a fotocopia y Letraset. Durante los 90 hice varias publicaciones con las primeras computadoras que tuve.
Vos estudiaste Comunicación Social en Rosario ¿Resaca Producciones surge allí, no es cierto?
La hice un poco allá y un poco acá porque viajaba mucho. Seguía laburando acá, entre comillas, haciendo lo de Análisis. Resaca fue como diferentes nombres que se correspondían con ciertos estados anímicos míos de denominar las ganas de hacer cosas.
Resaca Comix, por ejemplo, fue un proyecto de mi hermano menor que dibujaba historietas junto con otros amigos, yo me incorpore con la intención de potenciar eso, agregándole otras cosas.



Después Terminal fue de una época media anarquista que tuve en Rosario: una experiencia okupa en un galpón del puerto. De vivir allí y generar actividades. Confluían personas muy disímiles: desde profesores universitarios hasta gente de la calle. También participé de algunos eventos en la Biblioteca Anarquista Alberto Giraldo donde había clubes de trueque y feria de libros. Estaba imbuido en ese espíritu. Y el primer número fue la idea de una revista anarquista, de choque. En realidad Terminal era como un juego estético que respondía a ciertas inquietudes mías en ese momento.
Bueno, hubo otras publicaciones. Durante el 2001, por ejemplo, en unos talleres que hice en Crespo sacamos una revistita llamada El Pollo Alegre con los trabajos de los chicos.
Siempre has trabajado en proyectos autogestionados.
Soy un convencido de que hay un plus cuando sos responsable de todo, una satisfacción extra que no tiene que ver con que se venda o lo comenten en el diario. Yo no tengo hijos pero debe ser bastante parecido. No tuviste que llorarle a nadie. Si el estado no me da publicidad. ¿A mi que me importa? Mejor, duermo más tranquilo.
Claro, a veces es un contrasentido: criticar al poder y por otro lado querer que te subsidien.
Yo digo que hay que tener en cuenta que los fondos que maneja el Estado son nuestros y por lo tanto, si eventualmente uno tiene que usufructuar algo, estamos en nuestro derecho. Y las veces que hemos solicitado un espacio para un evento, que es lo mas cerca que hemos estado, he sentido que estoy recuperando algo que me corresponde. Lo que no hay que hacer es comprometer algo del proyecto. Hay una lógica que tiene el Estado como toda institución burocrática : capta energía que ellos no tienen. Y yo pienso que lugares hay, si no nos gustan hagamos otros. Hay que crear alteridad. Es fácil pedir esos espacios, lo difícil es crear otros.

CRITICANDO ANDO
¿Cómo nace MQC?

Leo una nota que salió en Radar que hablaba del Expreso Imaginario titulada, “Que se puede hacer salvo hacer revistas” y digo, “puta, vamos a hacer la revista que a nosotros nos gustaría hacer y que como lector me gustaría leer donde se filtre todo el encefalograma que soy yo”. Yo soy geminiano y rata de agua. ¿Viste que el periodismo esta lleno de lugares comunes?: que hay que conservar el estilo, el diseño. ¿Por qué? Si ese espacio es mío. Obviamente se van filtrando ciertas búsquedas, descubrimientos. En el último número estuvimos leyendo mucho a los situacionistas franceses. Esa idea de aunar arte, política y militancia en lo cotidiano, no en proyectos. Estoy imbuido de todo ese espíritu. Siempre se filtran las lecturas que hacemos tanto Florencia como yo.
Desde la MQC critican mucho al provincianismo, los personajes culturales de la región y también al periodismo…
Sí, el estereotipo del provincianismo. Fijate los medios gráficos que reflejan de la cultura. Primero que no tienen ninguna actitud crítica, supongo que porque no pueden. Aparte se hace un folklore de las mismas personas. No es que diga que no lo merecen. Capaz que sí. Yo no lo puedo disfrutar, pero un periodista tiene que tener la inquietud de escuchar otras cosas que están pasando. Acá funciona la cuestión de que: yo laburo en un medio, la información tiene que venir a mi y no yo ir a buscarla.
Con la sección “Criticando ando” supieron tener algunos problemas.
Hemos hecho una autocrítica muy grande y la cambiamos por “Alabando ando” donde hablamos solamente de las cosas que nos gustan. Es hacer lo mismo pero más suave. Yo naturalmente soy así, muy impulsivo. La idea era poner una marca, un estilo. Pero después iba a transformarse en el motivo por el que la gente la comprase. Y cuando se esta volviendo previsible me gusta correrme. Aparte me generaba algunas situaciones con gente que yo apreciaba.
.
Muchas veces se reían de ustedes mismos.
Acá básicamente falta sentido del humor, es todo muy solemne. Hay figuras que son intocables. ¿Su obra está bárbara? ¿Su compromiso está bárbaro? ¿Porque son intocables? ¿Dónde dice? Intocables son los bustos, los mármoles. Entonces cuando empezas a joder por ese lado, saltan. De hecho durante un tiempito veíamos que no se difundían nuestras actividades. Pasa que acá hay mucha solemnidad, se la creen mucho.
Uds. dicen que no son periodistas.
Yo nunca pude laburar de periodista, no tengo disciplina. También está una de las críticas que les hace al periodismo gente como Henry Miller, Symns o Bukowski: la literatura está en otro lado, en la calle. Nosotros nos sentimos herederos de eso porque mi cultura es una cultura bien urbana, de estar en la calle, ligada a la cultura del rock. Vengo de ese palo. Entonces ver que el periodismo es una especie de sacerdocio que tiene sus padres fundadores y que sé yo. Me dan ganas de irme a otro lado. Yo veo que el trabajo en el medio te hace perder la curiosidad - como decía Symns - de salir a olerle el culo al mundo, salir a la calle y contagiarse de los olores, de lo que esta pasando, boludo. No puede ser que los medios no hablen de cosas tan obvias dentro de la cultura y otros ámbitos. En la pintura hay un grupo de pibes: Marcos Bainella, Lucas Mercado, Federico Lanzi, unos artistas de la puta madre. Están exponiendo en Buenos Aires, algunos son becarios de Guillermo Kuitca, ¿Cuándo leíste una nota sobre eso? ¡¡Le hacemos un monumento al policía!! Entendes, y ves tantos pibes en un estado de precariedad total.
Una constante en tu obra es esa intención de molestar.
Rep me influencio mucho. Es lo más grosso que hay acá. Él decía que siempre hay que molestar. Una vez me dijo: “lo más lesivo que uno puede hacerle al sistema es no consumir”. Una sencillez y una contundencia absoluta. Muy lúcido. Molestar implica un ejercicio de pensamiento. Es como cuando te separas, tu mujer te tira de todo y la primera reacción es: “Yo no soy así”. Después se va, cierra la puerta y decís: “Vamos a ver que pasa” y empezas a pensar. Molestar es apuntar a ciertos lugares comunes que se van sedimentando para conseguir movimiento.

¿Cómo compatibilizas esto con tu trabajo de horarios y obligaciones?Yo no quería hacer algo con lo que no me sintiera cómodo. Hay dos medios en los que no voy a trabajar nunca, (se ríe) en el que queda trabajo. Ahí tenemos libertad absoluta. Acá son muchas horas pero, para mí que soy hasta fetichista con los libros, esto es lo más. Aunque lea menos que cuando no trabajaba acá. Aparte yo puedo hacer cualquier cosa. No se si será porque soy geminiano y rata de agua, que las ratas se están escapando siempre por el tirante. Yo si quisiera, mañana dejo todo: Análisis, la MQC. Se percibir cuando hay etapas que cierran, por ejemplo dibujar historietas. No lo hago hace más de un año y no me siento mal. Escribir si, pero de un tirón, no metódicamente. Tengo una novela hecha hace unos años cuando realicé un par de viajes por Latinoamérica de mochilero con un amigo.
Ahora tengo una novelita hecha en clave, con más humor, más ácida. Se llama “Kalib se va a Miami” y quizás la edite en forma independiente. Tengo pensado venderla anticipadamente como hacía Juanele en los años 40,50.
Otra cosa que no te conté es que, con un grupo de amigos que nos llamamos Macedonia, por el lugar donde nos reunimos, hacemos fiestas, eventos y muestras. Es una especie de laboratorio social donde trabajamos y nos relacionamos tratando que la forma de organización sea lo más parecido al “comunismo” que podamos. Nos manejamos por asamblea y se genera un fondo que es común. En las fiestas en Casacueva todos hacemos todo. Es una forma de desaprender toda una carga sistémica que tenemos y autofinanciar nuestro ocio. Los situacionistas decían:”somos productivos hasta en nuestro ocio”. Estamos pagando para que nos diviertan capitales privados. Nuestro ocio es nuestro. Es una buena experiencia horizontal, sin líderes y esta bueno como ejercicio de desaprender y aprender otras formas de relacionarse aunque sea en ese pequeño momento y lugar ya que uno no puede hacerlo todo el tiempo.
En Análisis satirizan mucho a la clase política. ¿Han tenido problemas con eso?
No. Lo bueno es que a mi no me conocen mucho la cara, entendes? (se ríe) De hecho yo acá lo atiendo al Pacha Mori. Porque hay una cosa: los tipos que se saben impunes son muy cínicos. Una vez teníamos acá un cuadro de Juanele. Cae Mori y dice” ¡Un cuadro del desnutrido este! ¡Después se quejan que en la provincia hay desnutrición si tenes como ejemplo al desnutrido ese!”. Vos sabes, boludo, que a mí se me infló la vena. Me fui y lo termino de atender la Fer. Yo agarre y lo llamé a Enz: “Esto al Of The Record”. Entonces dije; “Este va a volver la próxima vez y me va a pegar una piña o a decir algo. No .Y como soy medio paranoico digo: o el tipo no sabe quien soy yo (que seria bárbaro) o tiene un cinismo tan grande que te lo refriega. Vos decís: “Puta, loco, si hay desnutrición es por gente como vos que se roba la plata, viste”. Y esto ponelo por favor, porque él es el que debería esconderse como una rata ¿Por qué uno va a andar escondiendo lo que piensa?

No hay comentarios.: